viernes, 29 de agosto de 2014

DIOS ES AMOR PERO FUEGO CONSUMIDOR CON LOS IRREVERENTES

No hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia… por medio de la fe… a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús. Romanos 3:22-26 Algunas personas esperan que Dios pase por alto sus faltas. Pero, ¿es Dios indulgente? ¿Puede tomar a la ligera el pecado? ¿Puede sacrificar su santidad para manifestar su gracia? No. Cuando en la cruz Jesús cargó con los pecados de los que creían y creerían en él, Dios lo juzgó como si fuese un hombre culpable. Ni siquiera nos negó a su amado Hijo, sino que lo entregó a la muerte, aunque los pecados que cargaba no eran suyos. No contemos con la indulgencia divina, pues Dios no es indulgente, sino justo. Jesús llevó nuestra culpabilidad sobre él y sufrió el castigo que nosotros merecíamos. El precio de nuestra salvación fue pagado, por lo tanto Dios no exigirá un segundo pago. Fue necesario el sacrificio de una víctima santa, sin pecado, para expiar el pecado de los demás. “Cristo murió por nuestros pecados” (1 Corintios 15:3). ¡Esto es lo que se debe creer! Dios no es indulgente, sino amor. Desde ahora ofrece un perdón completo, y no una reducción de pena. Ningún hombre en el mundo, independientemente de su título, tiene el poder para perdonar pecados, porque “todos pecaron”. Pero Dios no tendrá en cuenta los pecados de los que creemos en Jesús, porque su sangre nos purificó de ellos. Dios es justo con respecto a la obra que su Hijo cumplió, pues justifica al que cree en Jesús. El que confía totalmente en él tiene la paz con Dios por la eternidad.

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