miércoles, 24 de diciembre de 2014

SE REORGNIZA EL CULTO

Esdras 3:1-13 Dios Habla Hoy 3 Cuando llegó el mes séptimo, y los israelitas se habían instalado ya en sus poblaciones, todo el pueblo se reunió en Jerusalén. 2 Entonces Josué, hijo de Josadac, y sus compañeros los sacerdotes, así como Zorobabel, hijo de Salatiel, y sus parientes, se pusieron a construir el altar del Dios de Israel, para ofrecer sobre él los holocaustos que ordena la ley de Moisés, hombre de Dios. 3 Construyeron el altar bien firme, porque tenían miedo de la gente de la región, y cada mañana y cada tarde ofrecían sobre él holocaustos en honor del Señor. 4 Celebraron además la fiesta de las Enramadas, conforme a la ley escrita, ofreciendo diariamente los holocaustos acostumbrados, según la cantidad correspondiente a cada día, 5 así como los holocaustos diarios y de luna nueva, los correspondientes a las fiestas sagradas del Señor, y los que alguien ofrecía voluntariamente al Señor. 6 Desde el primer día del mes séptimo empezaron a ofrecer holocaustos al Señor, aun cuando el templo del Señor no se había comenzado a reconstruir. 7 Luego dieron dinero a los albañiles y carpinteros, y comida, bebida y aceite a la gente de Tiro y Sidón, para que desde el Líbano llevaran por mar madera de cedro hasta Jope, según el permiso que les había dado Ciro, rey de Persia. Comienza la reconstrucción del templo 8 Zorobabel, hijo de Salatiel, y Josué, hijo de Josadac, junto con sus compañeros los sacerdotes y levitas, y con todos los desterrados que volvieron a Jerusalén, iniciaron la reconstrucción del templo de Dios en el mes segundo del segundo año de su llegada a Jerusalén, dejando la dirección de las obras en manos de los levitas mayores de veinte años. 9 Josué y sus hijos y hermanos formaron un solo grupo con Cadmiel y sus hijos, que eran descendientes de Judá, y con los descendientes e hijos y hermanos de Henadad, que eran levitas, para dirigir a los que trabajaban en el templo de Dios. 10 Cuando los constructores echaron los cimientos del templo del Señor, los sacerdotes se pusieron de pie, vestidos para la ocasión y con trompetas. Los levitas descendientes de Asaf llevaban platillos para alabar al Señor, según lo ordenado por David, rey de Israel. 11 Unos cantaban alabanzas, y otros respondían: «Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor por Israel es eterno.» Y todo el pueblo gritaba de alegría y alababa al Señor, porque ya se había comenzado a reconstruir el templo del Señor. 12 Y muchos de los sacerdotes, levitas y jefes de familia, que eran ya ancianos y que habían visto el primer templo, lloraban en alta voz porque veían que se comenzaba a construir este nuevo templo. Al mismo tiempo, muchos otros gritaban de alegría. 13 Nadie podía distinguir entre los gritos de alegría y el llanto de la gente, pues gritaban tanto que desde muy lejos se oía el alboroto.

sábado, 13 de diciembre de 2014

CUANDO DIOS TOCA EL CORAZÓN DE UNA PERSONA

Esdras 7:1-28 Dios Habla Hoy Esdras y sus compañeros llegan a Jerusalén 7 Tiempo después, durante el reinado de Artajerjes, rey de Persia, hubo un hombre llamado Esdras, descendiente en línea directa de Seraías, Azarías, Hilquías, 2 Salum, Sadoc, Ahitub, 3 Amarías, Azarías, Meraiot, 4 Zeraías, Uzí, Buquí, 5 Abisúa, Finees, Eleazar y Aarón, el primer sacerdote. 6 Este Esdras era un maestro instruido en la ley que el Señor, Dios de Israel, había dado por medio de Moisés, y contaba con la ayuda del Señor, así que el rey Artajerjes le concedió todo lo que él pidió. De esta manera, Esdras regresó de Babilonia 7 a Jerusalén con un grupo de israelitas compuesto de sacerdotes, levitas, cantores, porteros y sirvientes del templo, en el séptimo año del reinado de Artajerjes. 8-9 Contando Esdras con la bondadosa ayuda de Dios, inició el regreso de Babilonia el día primero del mes primero del séptimo año del reinado de Artajerjes, y llegó a Jerusalén el día primero del mes quinto de ese mismo año. 10 Y Esdras tenía el firme propósito de estudiar y de poner en práctica la ley del Señor, y de enseñar a los israelitas sus leyes y decretos. 11 Ésta es la copia de la carta que el rey Artajerjes entregó a Esdras, sacerdote y maestro instruido en todos los mandamientos y leyes del Señor para Israel: 12 «El emperador Artajerjes saluda a Esdras, sacerdote y maestro instruido en la ley del Dios del cielo. 13 »He ordenado que todo israelita que se encuentre en mi reino y que quiera irse a Jerusalén contigo, pueda hacerlo, incluso si es levita o sacerdote. 14 Porque el rey y sus siete consejeros te envían a estudiar la situación en Judá y Jerusalén, conforme a la ley de tu Dios que tienes en la mano. 15 Lleva contigo la plata y el oro que el rey y sus consejeros ofrecen voluntariamente al Dios de Israel, que habita en Jerusalén, 16 y toda la plata y el oro que puedas conseguir en toda la provincia de Babilonia, más los donativos que el pueblo y los sacerdotes ofrezcan voluntariamente para el templo de Dios en Jerusalén. 17 Con ese dinero deberás comprar becerros, carneros y corderos, junto con sus ofrendas de cereales y de vino, para ofrecerlos sobre el altar del templo del Dios de ustedes, en Jerusalén. 18 En cuanto al oro y la plata restantes, hagan tú y tus compañeros lo que les parezca mejor, conforme a la voluntad de Dios. 19 Pero los utensilios que se te han entregado para el culto en el templo de tu Dios, entrégalos tú mismo al Dios de Jerusalén. 20 »Cualquier otra cosa que debas proporcionar para el templo de tu Dios, puedes conseguirla en los almacenes reales. 21 Y yo, el rey Artajerjes, ordeno a todos los tesoreros al oeste del río Éufrates que, sin falta, entreguen a Esdras, sacerdote y maestro instruido en la ley del Dios del cielo, todo lo que él pida, 22 hasta tres mil trescientos kilos de plata, veintidós mil litros de trigo, dos mil doscientos litros de vino, dos mil doscientos litros de aceite y toda la sal que pida. 23 »Todo lo que pida el Dios del cielo para su templo, debe ser entregado rápidamente, para que no venga ningún castigo sobre los hijos del rey y sobre sus dominios. 24 Han de saber también que está prohibido imponer tributo, impuestos o derechos a cualquiera de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros, sirvientes del templo o cualquier otra persona que sirva en el templo de Dios. 25 »En cuanto a ti, Esdras, de acuerdo con los conocimientos que tu Dios te ha dado, nombra jueces y gobernantes que hagan justicia a toda la gente de la provincia al oeste del río Éufrates, o sea, a todos los que conocen la ley de tu Dios; y a los que no la conozcan, enséñasela. 26 Y a todo el que no cumpla la ley de tu Dios y las leyes del rey, que se le condene inmediatamente a muerte, a destierro, al pago de una multa o a prisión.» Oración de Esdras 27 Entonces Esdras oró: «Bendito sea el Señor, Dios de nuestros padres, porque impulsó al rey a honrar el templo del Señor en Jerusalén, 28 y porque me demostró su bondad ante el rey y sus consejeros y los hombres más importantes de la corte, y me dio ánimo, pues con su ayuda pude reunir a los israelitas más importantes para que regresaran conmigo.»

domingo, 30 de noviembre de 2014

DANIEL EN EL FOSO DE LOS LEONES

Daniel 6:1-28 Dios Habla Hoy 6 (2) El rey Darío decidió nombrar ciento veinte gobernadores regionales para que se encargaran de las distintas partes del reino. 2 (3) Al frente de ellos puso tres supervisores, para que vigilaran la administración de los gobernadores, con el fin de que el rey no saliera perjudicado en nada. Uno de los supervisores era Daniel, 3 (4) quien pronto se distinguió de los otros supervisores y jefes regionales por su gran capacidad; por eso el rey pensó en ponerlo al frente del gobierno de la nación. 4 (5) Los supervisores y gobernadores buscaron entonces un motivo para acusarlo de mala administración del reino, pero como Daniel era un hombre honrado, no le encontraron ninguna falta; por lo tanto no pudieron presentar ningún cargo contra él. 5 (6) Sin embargo, siguieron pensando en el asunto, y dijeron: «No encontraremos ningún motivo para acusar a Daniel, a no ser algo que tenga que ver con su religión.» 6 (7) Así pues, los supervisores y gobernadores se pusieron de acuerdo para ir a hablar con el rey Darío, y cuando estuvieron en su presencia le dijeron: —¡Que viva Su Majestad para siempre! 7 (8) Todas las autoridades que gobiernan la nación han tenido una junta, en la que acordaron la publicación de un decreto real ordenando que, durante treinta días, nadie dirija una súplica a ningún dios ni hombre, sino sólo a Su Majestad. El que no obedezca, deberá ser arrojado al foso de los leones. 8 (9) Por lo tanto, confirme Su Majestad el decreto, y fírmelo para que no pueda ser modificado, conforme a la ley de los medos y los persas, que no puede ser anulada. 9 (10) Ante esto, el rey Darío firmó el decreto. 10 (11) Y cuando Daniel supo que el decreto había sido firmado, se fue a su casa, abrió las ventanas de su dormitorio, el cual estaba orientado hacia Jerusalén, y se arrodilló para orar y alabar a Dios. Esto lo hacía tres veces al día, tal como siempre lo había hecho. 11 (12) Entonces aquellos hombres entraron juntos en la casa de Daniel, y lo encontraron orando y alabando a su Dios. 12 (13) En seguida fueron a ver al rey para hablarle del decreto, y le dijeron: —Su Majestad ha publicado un decreto, según el cual, aquel que durante estos treinta días dirija una súplica a cualquier dios o a cualquier hombre que no sea Su Majestad, será arrojado al foso de los leones, ¿no es verdad? —Así es —respondió el rey—. Y el decreto debe cumplirse conforme a la ley de los medos y los persas, que no puede ser anulada. 13 (14) Entonces ellos siguieron diciendo: —Pues Daniel, uno de esos judíos desterrados, no muestra ningún respeto por Su Majestad ni por el decreto publicado, ya que lo hemos visto hacer su oración tres veces al día. 14 (15) Al oír esto, el rey quedó muy triste, y buscó la manera de salvar a Daniel. Hasta la hora de ponerse el sol hizo todo lo posible para salvarlo, 15 (16) pero aquellos hombres se presentaron otra vez al rey y le dijeron: —Su Majestad sabe bien que, según la ley de los medos y los persas, ninguna prohibición o decreto firmado por el rey puede ser anulado. 16 (17) Entonces el rey ordenó que trajeran a Daniel y lo echaran al foso de los leones. Pero antes que se cumpliera la sentencia, el rey le dijo a Daniel: —¡Que tu Dios, a quien sirves con tanta fidelidad, te salve! 17 (18) En cuanto Daniel estuvo en el foso, trajeron una piedra y la pusieron sobre la boca del foso, y el rey la selló con su sello real y con el sello de las altas personalidades de su gobierno, para que también en el caso de Daniel se cumpliera estrictamente lo establecido por la ley. 18 (19) Después el rey se fue a su palacio y se acostó sin cenar y sin entregarse a sus distracciones habituales; además, no pudo dormir en toda la noche. 19 (20) Tan pronto como amaneció, se levantó y fue a toda prisa al foso de los leones. 20 (21) Cuando el rey estuvo cerca, llamó con voz triste a Daniel, diciendo: —Daniel, siervo del Dios viviente, ¿pudo tu Dios, a quien sirves con tanta fidelidad, librarte de los leones? 21 (22) Y Daniel le respondió: —¡Que viva Su Majestad para siempre! 22 (23) Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones para que no me hicieran ningún daño, pues Dios sabe que soy inocente y que no he hecho nada malo contra Su Majestad. 23 (24) Entonces el rey se alegró mucho y ordenó que sacaran del foso a Daniel. Cuando lo sacaron, no le encontraron ninguna herida, porque tuvo confianza en su Dios. 24 (25) Después, por orden del rey, fueron traídos los hombres que habían acusado a Daniel, y junto con sus mujeres y sus hijos fueron echados al foso de los leones; y aún no habían llegado al fondo cuando ya los leones se habían lanzado sobre ellos y los habían despedazado. 25 (26) Entonces el rey Darío escribió a la gente de todas las naciones y lenguas de la tierra, diciéndoles: «Deseo a ustedes paz y prosperidad, 26 (27) y ordeno y mando que en todo mi imperio se respete y reverencie al Dios de Daniel. »Porque él es el Dios viviente, y permanece para siempre. Su reino no será jamás destruido ni su poder tendrá fin. 27 (28) Él es el salvador y el libertador; el que hace señales maravillosas en el cielo y en la tierra. Él ha salvado a Daniel de las garras de los leones.» 28 (29) Y Daniel siguió siendo una alta personalidad del gobierno en el reinado de Darío, y también en el reinado de Ciro, rey de Persia.

viernes, 21 de noviembre de 2014

LO QUE VIVINOS NO ES CUMPLIENDO LA LEY SI NO POR LA FE EN JESUCRISTO

Gálatas 2:1-21 Dios Habla Hoy 2 Catorce años después fui otra vez a Jerusalén con Bernabé, y llevé a Tito conmigo. 2 Fui porque Dios me había mostrado que tenía que ir. Y allí expuse ante la comunidad el evangelio que anuncio a los no judíos. Y lo expliqué también en privado ante aquellos que eran reconocidos como de mayor autoridad, para dejar en claro que lo que yo estaba haciendo o había hecho no era trabajo inútil. 3 Pero ni siquiera Tito, que estaba conmigo y que era griego, fue obligado a someterse al rito de la circuncisión. 4 Algunos falsos hermanos se habían metido entre nosotros a escondidas, para espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús y hacernos otra vez esclavos de la ley. 5 Pero ni por un momento nos dejamos llevar por ellos, porque queríamos que la verdad del evangelio permaneciera en ustedes. 6 Pero no me añadieron nada nuevo los que eran reconocidos como de mayor autoridad (aunque a mí no me interesa lo que hayan sido ellos, porque Dios no juzga por las apariencias). 7 Al contrario, reconocieron que Dios me había encargado el trabajo de anunciar el evangelio a los no judíos, así como a Pedro le había encargado el trabajo de anunciarlo a los judíos. 8 Pues el mismo Dios que envió a Pedro como apóstol a los judíos, me envió también a mí como apóstol a los no judíos. 9 Santiago, Cefas y Juan, que eran tenidos por columnas de la iglesia, reconocieron que Dios me había concedido este privilegio, y para confirmar que nos aceptaban como compañeros, nos dieron la mano a mí y a Bernabé, y estuvieron de acuerdo en que nosotros fuéramos a trabajar entre los no judíos, mientras que ellos trabajarían entre los judíos. 10 Solamente nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, cosa que he procurado hacer con todo cuidado. 11 Pero cuando Cefas fue a la ciudad de Antioquía, lo reprendí en su propia cara, porque lo que estaba haciendo era condenable. 12 Pues primero comía con los no judíos, hasta que llegaron algunas personas de parte de Santiago; entonces comenzó a separarse, y dejó de comer con ellos, porque tenía miedo de los fanáticos de la circuncisión. 13 Y los otros creyentes judíos consintieron también con Pedro en su hipocresía, tanto que hasta Bernabé se dejó llevar por ellos. 14 Por eso, cuando vi que no se portaban conforme a la verdad del evangelio, le dije a Cefas delante de toda la comunidad: «Tú, que eres judío, has estado viviendo como si no lo fueras; ¿por qué, pues, quieres obligar a los no judíos a vivir como si lo fueran?» Dios nos hace justos por la fe en Jesucristo 15 Nosotros somos judíos de nacimiento, y no pecadores paganos. 16 Sin embargo, sabemos que nadie es reconocido como justo por cumplir la ley sino gracias a la fe en Jesucristo. Por esto, también nosotros hemos creído en Jesucristo, para que Dios nos reconozca como justos, gracias a esa fe y no por cumplir la ley. Porque nadie será reconocido como justo por cumplir la ley. 17 Ahora bien, si buscando ser reconocidos como justos por medio de Cristo, resulta que también nosotros somos pecadores, ¿acaso esto querrá decir que Cristo nos hace pecadores? ¡Claro que no! 18 Pues si destruyo algo y luego lo vuelvo a construir, yo mismo soy el culpable. 19 Porque por medio de la ley yo he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo he sido crucificado, 20 y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí. 21 No quiero rechazar la bondad de Dios; pues si se obtuviera la justicia por medio de la ley, Cristo habría muerto inútilmente.

sábado, 15 de noviembre de 2014

CANTO DE VICTORIA DE DAVID

2 Samuel 22:1-51 Dios Habla Hoy 22 David entonó este canto al Señor cuando el Señor lo libró de caer en manos de Saúl y de todos sus enemigos. 2 Dijo así: «Tú, Señor, eres mi protector, mi lugar de refugio, mi libertador, 3 mi Dios, la roca que me protege, mi escudo, el poder que me salva, mi más alto escondite, mi más alto refugio, mi salvador. ¡Me salvaste de la violencia! 4 Tú, Señor, eres digno de alabanza: cuando te llamo, me salvas de mis enemigos. 5 »Pues la muerte me enredó en sus olas; sentí miedo ante el torrente destructor. 6 La muerte me envolvió en sus lazos; ¡me encontré en trampas mortales! 7 En mi angustia llamé al Señor, pedí ayuda a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mis gritos llegaron a sus oídos! 8 »Hubo entonces un fuerte temblor de tierra: temblaron las bases del cielo; fueron sacudidas por la furia del Señor. 9 De su nariz brotaba humo, y de su boca un fuego destructor; ¡por la boca lanzaba carbones encendidos! 10 Descorrió la cortina del cielo, y descendió. ¡Debajo de sus pies había grandes nubarrones! 11 Montó en un ser alado, y voló; se le veía sobre las alas del viento. 12 Tomó como tienda de campaña la densa oscuridad que le rodeaba y los nubarrones cargados de agua. 13 Un fulgor relampagueante salió de su presencia; llovieron carbones encendidos. 14 »El Señor, el Altísimo, hizo oír su voz de trueno desde el cielo: 15 lanzó sus flechas, sus relámpagos, y a mis enemigos hizo huir en desorden. 16 El fondo del mar quedó al descubierto; las bases del mundo quedaron a la vista, por la voz amenazante del Señor, por el fuerte soplo que lanzó. 17 »Dios me tendió la mano desde lo alto, y con su mano me sacó del mar inmenso. 18 Me salvó de enemigos poderosos que me odiaban y eran más fuertes que yo. 19 Me atacaron cuando yo estaba en desgracia, pero el Señor me dio su apoyo: 20 me sacó a la libertad; ¡me salvó porque me amaba! 21 El Señor me ha dado la recompensa que merecía mi limpia conducta, 22 pues yo he seguido el camino del Señor; ¡jamás he renegado de mi Dios! 23 Yo tengo presentes todos sus decretos; ¡jamás me he desviado de sus leyes! 24 Me he conducido ante él sin tacha alguna; me he alejado de la maldad. 25 El Señor me ha recompensado por mi limpia conducta en su presencia. 26 »Tú, Señor, eres fiel con el que es fiel, irreprochable con el que es irreprochable, 27 sincero con el que es sincero, pero sagaz con el que es astuto. 28 Tú salvas a los humildes, pero te fijas en los orgullosos y los humillas. 29 Tú, Señor, eres mi luz; tú, Dios mío, alumbras mi oscuridad. 30 Con tu ayuda atacaré al enemigo y pasaré sobre el muro de sus ciudades. 31 »El camino de Dios es perfecto; la promesa del Señor es digna de confianza. ¡Dios protege a todos los que en él confían! 32 ¿Quién es Dios, fuera del Señor? ¿Qué otro dios hay que pueda protegernos? 33 Dios es mi refugio poderoso, quien hace intachable mi conducta, 34 quien me da pies ligeros, como de ciervo, quien me hace estar firme en las alturas, 35 quien me entrena para la batalla, quien me da fuerzas para tensar arcos de bronce. 36 »Tú me proteges y me salvas; tu bondad me ha hecho prosperar. 37 Has hecho fácil mi camino, y mis pies no han resbalado. 38 »Perseguí a mis enemigos, los destruí, y sólo volví después de exterminarlos. 39 ¡Los exterminé! ¡Los hice pedazos! Ya no se levantaron: ¡cayeron debajo de mis pies! 40 Tú me diste fuerza en la batalla; hiciste que los rebeldes se inclinaran ante mí, 41 y que delante de mi huyeran mis enemigos. Así pude destruir a los que me odiaban. 42 Pedían ayuda, y nadie los ayudó; llamaban al Señor, y no les contestó. 43 ¡Los deshice como a polvo del suelo! ¡Los pisoteé como a barro de las calles! 44 Me libraste de las luchas de mi pueblo, me mantuviste como jefe de las naciones, y me sirve gente que yo no conocía. 45 En cuanto me oyen, me obedecen; gente extranjera me halaga, 46 gente extranjera se acobarda y sale temblando de sus refugios. 47 »¡Viva el Señor! ¡Bendito sea mi protector! ¡Sea enaltecido Dios, que me salva y me protege! 48 Él es el Dios que me ha vengado y que me ha sometido los pueblos. 49 Él me libra de mis enemigos, de los rebeldes que se alzaron contra mí. ¡Tú, Señor, me salvas de los hombres violentos! 50 Por eso te alabo entre las naciones y canto himnos a tu nombre. 51 Concedes grandes victorias al rey que has escogido; siempre tratas con amor a David y a su descendencia.»

domingo, 9 de noviembre de 2014

ELISEO Y LA MUJER DE SUNEM

2 Reyes 4:8-37 8 Un día en que Eliseo pasó por Sunem, una mujer importante que allí vivía lo invitó con mucha insistencia a que pasara a comer. Y cada vez que Eliseo pasaba por allí, se quedaba a comer. 9 Entonces ella le dijo a su marido: —Mira, yo sé que este hombre que cada vez que pasa nos visita, es un santo profeta de Dios. 10 Vamos a construir en la azotea un cuarto para él. Le pondremos una cama, una mesa, una silla y una lámpara. Así, cuando él venga a visitarnos, podrá quedarse allí. 11 Una vez en que llegó a ese cuarto para quedarse a dormir en él, 12 le dijo a Guehazí, su criado: —Llama a la señora sunamita. El criado la llamó, y cuando ella se presentó ante él, Eliseo ordenó al criado: 13 —Dile a esta señora que ha sido tan amable con nosotros, que si podemos hacer algo por ella; que si quiere que hablemos en su favor con el rey o con el jefe del ejército. —Yo estoy bien aquí entre mi propia gente —respondió ella. 14 —Entonces, ¿qué podemos hacer por ella? —No sé —respondió Guehazí—. No tiene hijos, y su marido es anciano. 15 —Llámala —dijo Eliseo. El criado fue a llamarla, pero ella se quedó de pie en la puerta. 16 Entonces Eliseo le dijo: —Para el año que viene, por este tiempo, tendrás un hijo en tus brazos. Ella respondió: —No, mi señor, no engañe un hombre de Dios a su servidora. 17 Pero tal como Eliseo se lo anunció, ella quedó embarazada y al año siguiente dio a luz un hijo. 18 Y el niño creció. Pero un día en que salió a ver a su padre, que estaba con los segadores, 19 comenzó a gritarle a éste: —¡Ay, mi cabeza! ¡Me duele la cabeza! Entonces su padre dijo a un criado: —Llévalo con su madre. 20 El criado lo tomó y lo llevó a donde estaba su madre, la cual lo sentó sobre sus rodillas hasta el mediodía. Entonces el niño murió. 21 Pero ella lo subió al cuarto del profeta, lo puso sobre la cama y salió, dejando cerrada la puerta. 22 Luego llamó a su marido y le dijo: —Envíame un criado con una asna, para que yo vaya a ver al profeta. Luego volveré. 23 —¿Por qué vas a verlo hoy? —preguntó su marido—. No es luna nueva ni sábado. —No te preocupes —contestó ella. 24 Y ordenó que le aparejaran el asna, y dijo a su criado: —Vamos, adelántate. Y hasta que yo te lo diga, no hagas que me detenga. 25 Así ella se fue y llegó al monte Carmelo, donde estaba el profeta. Cuando Eliseo la vio venir a lo lejos, dijo a Guehazí, su criado: —Mira, es la señora sunamita. 26 Corre a recibirla y pregúntale cómo está, y cómo están su marido y su hijo. El criado fue, y ella le dijo que estaban bien. 27 Luego llegó al monte en donde se encontraba Eliseo, y se abrazó a sus pies. Guehazí se acercó para apartarla, pero Eliseo le ordenó: —Déjala, porque está muy angustiada, y hasta ahora el Señor no me ha dicho lo que le ocurre. 28 Entonces ella le dijo: —Señor, ¿acaso le pedí a usted tener un hijo? ¿No le pedí a usted que no me engañara? 29 Eliseo dijo entonces a Guehazí: —Prepárate, toma mi bastón y ve allá. Si te encuentras con alguien, no lo saludes; y si alguien te saluda, no le respondas. Luego coloca mi bastón sobre la cara del niño. 30 Pero la madre del niño dijo a Eliseo: —Juro por el Señor, y por usted mismo, que de aquí no me iré sin usted. Entonces Eliseo se fue con ella. 31 Mientras tanto, Guehazí se había adelantado a ellos y había colocado el bastón sobre la cara del muchacho, pero éste no daba la menor señal de vida; así que Guehazí fue al encuentro de Eliseo y le dijo: —El niño no vuelve en sí. 32 Cuando Eliseo entró en la casa, el niño ya estaba muerto, tendido sobre la cama. 33 Entonces entró, y cerrando la puerta se puso a orar al Señor. Sólo él y el niño estaban adentro. 34 Luego se subió a la cama y se acostó sobre el niño, colocando su boca, sus ojos y sus manos contra los del niño y estrechando su cuerpo contra el suyo. El cuerpo del niño empezó a entrar en calor. 35 Eliseo se levantó entonces y anduvo de un lado a otro por la habitación; luego se subió otra vez a la cama y volvió a estrechar su cuerpo contra el del niño. De pronto el muchacho estornudó siete veces, y abrió los ojos. 36 Eliseo llamó a Guehazí, y le dijo: —Llama a la señora sunamita. Guehazí lo hizo así, y cuando ella llegó a donde estaba Eliseo, éste le dijo: —Aquí tienes a tu hijo. 37 La mujer se acercó y se arrojó a los pies de Eliseo; luego tomó a su hijo y salió de la habitación.

domingo, 2 de noviembre de 2014

MENSAJE DE DIOS AL PROFETA HABACUC

Habacuc 1:1-17 Dios Habla Hoy 1 Éste es el mensaje que el Señor reveló al profeta Habacuc. 2 Señor, ¿hasta cuándo gritaré pidiendo ayuda sin que tú me escuches? ¿Hasta cuándo clamaré a causa de la violencia sin que vengas a librarnos? 3 ¿Por qué me haces ver tanta angustia y maldad? Estoy rodeado de violencia y destrucción; por todas partes hay pleitos y luchas. 4 No se aplica la ley, se pisotea el derecho, el malo persigue al bueno y se tuerce la justicia. 5 «Miren ustedes a las naciones que los rodean; mírenlas y llénense de espanto. Estoy a punto de hacer cosas tales que ustedes no las creerían, si alguien se las contara. 6 Voy a poner en pie de guerra a los caldeos, que son gente cruel, que siempre están dispuestos a recorrer el mundo de lado a lado para adueñarse de tierras que no les pertenecen. 7 Son espantosos y terribles, y no reconocen más ley que la suya. 8 Sus caballos son más veloces que los leopardos, más salvajes que los lobos del desierto. Sus jinetes galopan en gran número y se lanzan al ataque desde lejos, como el águila se lanza sobre su presa. 9 Todo lo destruyen a su paso; en su avance van sembrando el terror, y son más los prisioneros que hacen que las arenas que hay en el mar. 10 Se burlan de los reyes y de la gente importante. Se ríen de las fortalezas, pues levantan rampas ante ellas y las toman por asalto. 11 Pasan como un huracán; no reconocen más dios que su propia fuerza.» 12 Señor, ¿acaso no existes tú eternamente, mi Dios santo e inmortal? Señor y protector mío, tú has dado fuerza a los caldeos para que ellos ejecuten tu justicia. 13 Tú eres demasiado puro para consentir el mal, para contemplar con agrado la iniquidad; ¿cómo, pues, contemplas callado a los criminales, y guardas silencio mientras el malvado destruye a los que son mejores que él? 14 ¿Por qué tratas a los hombres como a peces del mar, como a animales sin gobierno? 15 Los caldeos se apoderan de otras naciones como el pescador se apodera del pescado: lo atrapa con anzuelos y con redes, y luego, al verlo todo junto, se llena de alegría. 16 Por eso el pescador adora sus redes y anzuelos, y ofrece sacrificios y quema incienso en su honor, pues gracias a ellos tiene comida buena y abundante. 17 Así, ¿seguirán los caldeos pescándonos con sus redes? ¿Seguirán matando sin compasión a la gente?

miércoles, 29 de octubre de 2014

LA PALABRA DE VIDA

1 Juan 1:1-10 Dios Habla Hoy 1 Les escribimos a ustedes acerca de aquello que ya existía desde el principio, de lo que hemos oído y de lo que hemos visto con nuestros propios ojos. Porque lo hemos visto y lo hemos tocado con nuestras manos. Se trata de la Palabra de vida. 2 Esta vida se manifestó: nosotros la vimos y damos testimonio de ella, y les anunciamos a ustedes esta vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos ha manifestado. 3 Les anunciamos, pues, lo que hemos visto y oído, para que ustedes estén unidos con nosotros, como nosotros estamos unidos con Dios el Padre y con su Hijo Jesucristo. 4 Escribimos estas cosas para que nuestra alegría sea completa. LIBERACIÓN DE PECADO 5 Éste es el mensaje que Jesucristo nos enseñó y que les anunciamos a ustedes: que Dios es luz y que en él no hay ninguna oscuridad. 6 Si decimos que estamos unidos a él, y al mismo tiempo vivimos en la oscuridad, mentimos y no practicamos la verdad. 7 Pero si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces hay unión entre nosotros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado. 8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no hay verdad en nosotros; 9 pero si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos cometido pecado, hacemos que Dios parezca mentiroso y no hemos aceptado verdaderamente su palabra.

sábado, 25 de octubre de 2014

JUICIOS CON LAS NACIONES VECINAS

Sofonías 2 Dios Habla Hoy 2 Reúnanse, júntense ustedes, gente falta de vergüenza, 2 antes de ser aventados como paja, que en un día desaparece; antes que caiga sobre ustedes la ira ardiente del Señor; antes que caiga sobre ustedes el día de la ira del Señor. 3 Busquen al Señor todos ustedes, los humildes de este mundo, los que obedecen sus mandatos. Actúen con rectitud y humildad, y quizás así encontrarán refugio en el día de la ira del Señor. El castigo que recibirán las naciones 4 La ciudad de Gaza quedará desierta, y Ascalón, desolada; en pleno día serán expulsados los que viven en Asdod, y los de Ecrón serán arrancados de raíz. 5 ¡Ay de ustedes, gente de Creta, que viven a orillas del mar! Dios ha pronunciado esta sentencia contra ustedes: «¡Canaán, país de los filisteos, te voy a destruir y a dejar sin habitantes! 6 El país que está a orillas del mar quedará convertido en pastizales donde se junten los pastores, y en corrales para los rebaños.» 7 Los sobrevivientes del pueblo de Judá tomarán posesión de ese país cuando el Señor su Dios venga en su ayuda y cambie la suerte de ellos. Allí cuidarán de sus rebaños, y por las noches descansarán en las casas de Ascalón. 8-9 Esto afirma el Señor todopoderoso, el Dios de Israel: «He oído los insultos de los moabitas y las ofensas de los amonitas. Porque ellos han insultado a mi gente y se han engrandecido a costa de su territorio. Por eso, juro por mi vida que a Moab le pasará como a Sodoma y que los de Amón quedarán como Gomorra, convertidos en campo de espinos, en mina de sal, en un lugar de permanente soledad. Los sobrevivientes de mi pueblo los saquearán y se quedarán con sus tierras.» 10 Éste es el pago que recibirán Moab y Amón por haber insultado al pueblo del Señor, por haberse engrandecido a costa del pueblo del Señor todopoderoso. 11 El Señor será terrible con ellos. Destruirá todos los dioses del país, y él será adorado en todo lugar, aun por la gente de las islas. 12 ¡También ustedes, los de Etiopía, caerán heridos por la espada del Señor! 13 Extenderá él su mano contra el norte para destruir Asiria, y dejará desolada la ciudad de Nínive, convirtiéndola en un seco desierto. 14 La madera de sus casas será arrancada, y en ellas se echarán los rebaños de ovejas y toda clase de animales salvajes. El búho y el erizo dormirán en lo alto de sus postes, y los cuervos graznarán en las ventanas y en los umbrales. 15 Ésa es la ciudad llena de orgullo que vivía confiada, de la que decían sus habitantes que no tenía igual en el mundo. ¡Cómo ha quedado desolada y convertida en guarida de fieras! Cuantos pasen cerca de ella, silbarán y harán gestos de desprecio.

martes, 21 de octubre de 2014

EPISTOLA UNIVERSAL DE SAN JUDAS APOSTOL

Judas 1 Dios Habla Hoy Saludo 1 Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago, saluda a los que Dios el Padre ama y ha llamado, los cuales son protegidos por Jesucristo. 2 Reciban ustedes abundancia de misericordia, paz y amor. Denuncia de la conducta de algunos 3 Queridos hermanos, he sentido grandes deseos de escribirles acerca de la salvación que tanto ustedes como yo tenemos; pero ahora me veo en la necesidad de hacerlo para rogarles que luchen por la fe que una vez fue entregada al pueblo santo. 4 Porque por medio de engaños se han infiltrado ciertas personas a quienes las Escrituras ya habían señalado desde hace mucho tiempo para la condenación. Son hombres malvados, que toman la bondad de nuestro Dios como pretexto para una vida desenfrenada, y niegan a nuestro único Dueño y Señor, Jesucristo. Anuncio del castigo divino 5 Aunque ustedes ya lo saben, quiero recordarles que el Señor, después que sacó de Egipto al pueblo de Israel, destruyó a los que no creyeron. 6 Y a los ángeles que no conservaron su debido puesto, sino que dejaron su propio hogar, Dios los retiene en prisiones oscuras y eternas para el gran día del juicio. 7 Lo mismo que esos ángeles, también Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas se entregaron a la prostitución, y se dejaron llevar por vicios contra la naturaleza. Por eso sufrieron el castigo del fuego eterno y quedaron como advertencia para todos. 8 A pesar de ello, también esos hombres, viviendo en sueños, contaminan su cuerpo, rechazan la autoridad del Señor e insultan a los poderes superiores. 9 El mismo arcángel Miguel, cuando luchaba contra el diablo disputándole el cuerpo de Moisés, no se atrevió a condenarlo con insultos, sino que solamente le dijo: «¡Que el Señor te reprenda!» 10 Pero esos hombres hablan mal de las cosas que no conocen; y en cuanto a las que conocen por instinto, como las conocen los animales sin entendimiento, las usan para su propia condenación. 11 ¡Ay de ellos!, porque han seguido el ejemplo de Caín. Por ganar dinero se han desviado, como Balaam, y como Coré, mueren por su rebeldía. 12 Son una vergüenza en las fiestas de amor fraternal que ustedes celebran, en las que ellos comen y beben alegremente, sin mostrar ningún respeto. Son pastores que cuidan solamente de sí mismos. Son nubes sin agua, llevadas por el viento. Son árboles que no dan fruto a su tiempo, dos veces muertos y arrancados de raíz. 13 Son violentas olas del mar, que arrojan como espuma sus acciones vergonzosas. Son estrellas que han perdido su rumbo y están condenadas a pasar la eternidad en la más negra oscuridad. 14 También Henoc, que fue el séptimo después de Adán, habló proféticamente cuando dijo acerca de esa gente: «Vi al Señor, que venía con miles y miles de sus ángeles 15 a juzgar a todos los hombres y a condenarlos por todo el mal que cometieron en su maldad y por todas las palabras insolentes que como malvados pecadores dijeron contra él.» 16 De todo se quejan, todo lo critican y sólo buscan satisfacer sus propios deseos. Hablan con jactancia, y adulan a los demás para aprovecharse de ellos. Exhortación a la fidelidad 17 Pero ustedes, queridos hermanos, acuérdense de que los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo 18 les habían dicho: «En los últimos tiempos habrá gente burlona, que vivirá de acuerdo con sus malos deseos.» 19 Ésos son los que causan divisiones; siguen sus deseos naturales y no tienen el Espíritu de Dios. 20 Pero ustedes, queridos hermanos, manténganse firmes en su santísima fe. Oren guiados por el Espíritu Santo. 21 Consérvense en el amor de Dios y esperen el día en que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, nos dará la vida eterna. 22 Tengan compasión de los que dudan. 23 A unos sálvenlos sacándolos del fuego, y tengan compasión de otros, aunque cuídense de ellos y aborrezcan hasta la ropa que llevan contaminada por su mala vida. Alabanza final a Dios 24-25 El Dios único, Salvador nuestro, tiene poder para cuidar de que ustedes no caigan, y para presentarlos sin mancha y llenos de alegría ante su gloriosa presencia. A él sea la gloria, la grandeza, el poder y la autoridad, por nuestro Señor Jesucristo, antes, ahora y siempre. Amén.

viernes, 17 de octubre de 2014

LA CESTA DE FRUTA ESTA MADURA

Amós 8 Dios Habla Hoy 8 Esto me mostró Dios el Señor: Había una cesta de fruta madura, 2 y él me preguntó: —¿Qué ves, Amós? —Una cesta de fruta madura —respondí. Y me dijo el Señor: —Ya Israel está maduro; no le voy a perdonar ni una vez más. 3 Ese día los cantos del palacio se volverán lamentos. Mucha gente morirá, y en silencio serán arrojados fuera sus cadáveres. El Señor lo afirma. Se acerca el juicio de Israel 4 Oigan esto, ustedes que oprimen a los humildes y arruinan a los pobres del país; 5 ustedes que dicen: «¿Cuándo pasará la fiesta de la luna nueva, para que podamos vender el trigo? ¿Cuándo pasará el sábado, para que vendamos el grano a precios altos y usando medidas con trampa y pesas falsas? 6 ¡Arruinaremos a los pobres hasta que ellos mismos se nos vendan como esclavos para pagar sus deudas, aunque sólo deban un par de sandalias! ¡Venderemos hasta el desecho del trigo!» 7 El Señor ha jurado por la gloria de Jacob: «Nunca olvidaré lo que han hecho.» 8 ¿Y no habrá de temblar la tierra por todo esto? ¿No habrán de llorar todos sus habitantes? ¡La tierra subirá y bajará, como suben y bajan las aguas del Nilo! 9 «Ese día —afirma el Señor—, haré que se oculte el sol al mediodía, y en pleno día cubriré de oscuridad la tierra. 10 Cambiaré las fiestas en llanto por los muertos, y los cantos en lamentos fúnebres; haré que ustedes se vistan de luto, y que se rapen la cabeza en señal de dolor. Llorarán como el que ha perdido a su único hijo, y todo acabará en amargura. 11 Vienen días —afirma el Señor— en los cuales mandaré hambre a la tierra; no hambre de pan, ni sed de agua, sino hambre de oír la palabra del Señor. 12 La gente andará errante, buscando la palabra del Señor; irán de un mar al otro mar, y desde el norte y hasta el oriente, pero no podrán encontrarla. 13 Hermosas muchachas y valientes muchachos se desmayarán de sed ese día. 14 Los que juran por los ídolos de Samaria; los que dicen: “Por vida de tu dios, oh Dan”, “Por vida de los dioses de Beerseba”, caerán para no levantarse más.»

jueves, 16 de octubre de 2014

NÍNIVE SE ARREPIENTE

Jonás 3 Dios Habla Hoy 3 El Señor se dirigió por segunda vez a Jonás, y le dijo: 2 «Anda, vete a la gran ciudad de Nínive y anuncia lo que te voy a decir.» 3-4 Jonás se puso en marcha y fue a Nínive, como el Señor se lo había ordenado. Nínive era una ciudad tan grande que para recorrerla toda había que caminar tres días. Jonás entró en la ciudad y caminó todo un día, diciendo a grandes voces: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!» 5 Los habitantes de la ciudad, grandes y pequeños, creyeron en Dios, proclamaron ayuno y se pusieron ropas ásperas en señal de dolor. 6 Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, también él se levantó de su trono, se quitó sus vestiduras reales, se puso ropas ásperas y se sentó en el suelo. 7 Luego, el rey y sus ministros dieron a conocer por toda la ciudad el siguiente decreto: «Que nadie tome ningún alimento. Que tampoco se dé de comer ni de beber al ganado y a los rebaños. 8 Al contrario, vístanse todos con ropas ásperas en señal de dolor, y clamen a Dios con todas sus fuerzas. Deje cada uno su mala conducta y la violencia que ha estado cometiendo hasta ahora; 9 tal vez Dios cambie de parecer y se calme su ira, y así no moriremos.» 10 Dios vio lo que hacía la gente de Nínive y cómo dejaba su mala conducta, y decidió no hacerles el daño que les había anunciado.

martes, 14 de octubre de 2014

ALABANZA A DIOS POR SU OBRA SALVADORA

Efesios 1:3-23 Dios habla hoy 3 Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues en Cristo nos ha bendecido en los cielos con toda clase de bendiciones espirituales. 4 Dios nos escogió en Cristo desde antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos y sin defecto en su presencia. Por su amor, 5 nos había destinado a ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, hacia el cual nos ordenó, según la determinación bondadosa de su voluntad. 6 Esto lo hizo para que alabemos siempre a Dios por su gloriosa bondad, con la cual nos bendijo mediante su amado Hijo. 7-8 En Cristo, gracias a la sangre que derramó, tenemos la liberación y el perdón de los pecados. Pues Dios ha hecho desbordar sobre nosotros las riquezas de su generosidad, dándonos toda sabiduría y entendimiento, 9 y nos ha hecho conocer el designio secreto de su voluntad. Él en su bondad se había propuesto realizar en Cristo este designio, 10 e hizo que se cumpliera el término que había señalado. Y este designio consiste en que Dios ha querido unir bajo el mando de Cristo todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra. 11 En Cristo, Dios nos había escogido de antemano para que tuviéramos parte en su herencia, de acuerdo con el propósito de Dios mismo, que todo lo hace según la determinación de su voluntad. 12 Y él ha querido que nosotros seamos los primeros en poner nuestra esperanza en Cristo, para que todos alabemos su glorioso poder. 13 Gracias a Cristo, también ustedes que oyeron el mensaje de la verdad, la buena noticia de su salvación, y abrazaron la fe, fueron sellados como propiedad de Dios con el Espíritu Santo que él había prometido. 14 Este Espíritu es el anticipo que nos garantiza la herencia que Dios nos ha de dar, cuando haya completado nuestra liberación y haya hecho de nosotros el pueblo de su posesión, para que todos alabemos su glorioso poder. ORACIÓN POR LOS CREYENTES 15 Por esto, como sé que ustedes tienen fe en el Señor Jesús y amor para con todo el pueblo santo, 16 no dejo de dar gracias a Dios por ustedes, recordándolos en mis oraciones. 17 Pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, al glorioso Padre, que les conceda el don espiritual de la sabiduría y se manifieste a ustedes, para que puedan conocerlo verdaderamente. 18 Pido que Dios les ilumine la mente, para que sepan cuál es la esperanza a la que han sido llamados, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da al pueblo santo, 19 y cuán grande y sin límites es su poder, el cual actúa en nosotros los creyentes. Este poder es el mismo que Dios mostró con tanta fuerza y potencia 20 cuando resucitó a Cristo y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, 21 poniéndolo por encima de todo poder, autoridad, dominio y señorío, y por encima de todo lo que existe, tanto en este tiempo como en el venidero. 22 Sometió todas las cosas bajo los pies de Cristo, y a Cristo mismo lo dio a la iglesia como cabeza de todo. 23 Pues la iglesia es el cuerpo de Cristo, de quien ella recibe su plenitud, ya que Cristo es quien lleva todas las cosas a su plenitud.

domingo, 12 de octubre de 2014

SE VIENE EL DIA DEL ENOJO DE DIOS

Sofonías 1 Dios Habla Hoy 1 Éste es el mensaje que el Señor dirigió a Sofonías en el tiempo en que Josías, hijo de Amón, era rey de Judá. Sofonías era hijo de Cusí, éste de Guedalías, éste de Amarías y éste de Ezequías. 2 Esto afirma el Señor: «Voy a destruir completamente todo lo que hay sobre la tierra. 3 Destruiré a los hombres y los animales, destruiré las aves y los peces, pondré tropiezo a los malvados y eliminaré de la tierra al hombre.» Esto afirma el Señor: 4 «Extenderé mi mano contra el pueblo de Judá y contra todos los que viven en Jerusalén. Borraré de este lugar todo rastro del falso dios Baal, y hasta el nombre de sus sacerdotes. 5 Destruiré a los que suben a las azoteas para adorar a los astros, y a los que se arrodillan jurando al mismo tiempo por mi nombre y por el nombre del dios Milcom. 6 También destruiré a los que se apartan de mí, a los que no me buscan ni acuden a consultarme.» 7 ¡Guarden silencio en presencia del Señor, porque el día del Señor está cerca! ¡El Señor ha dispuesto un sacrificio y ha consagrado a sus invitados! 8 «En el día del sacrificio castigaré a los jefes —dice el Señor—, a los hijos del rey y a todos los que visten ropa extraña. 9 También castigaré en aquel día a los que saltan sobre los umbrales, y a los que llenan de violencia y engaños la casa de sus amos.» 10 Esto afirma el Señor: «En aquel día se oirán gritos de socorro desde la Puerta de los Pescados. Gritará la gente en el Segundo Barrio y habrá gran ruido de derrumbes desde las colinas. 11 ¡Aúllen ustedes, habitantes del Barrio del Mortero, porque todos los comerciantes van a morir, todos los que trafican con dinero van a ser destruidos! 12 »En aquel tiempo tomaré una lámpara y registraré Jerusalén. Castigaré entonces a la gente que se siente tranquila como el vino reposado, y que se dice a sí misma: “¡El Señor no hará nada, ni bueno ni malo!” 13 Por eso, sus tesoros serán saqueados y sus casas destruidas. Construirán casas, pero no vivirán en ellas; plantarán viñas, pero no beberán de su vino.» 14 ¡Ya está cerca el gran día del Señor! ¡Ya está cerca, viene de prisa! El estruendo del día del Señor será amargo: ¡hasta los más valientes gritarán entonces! 15 Será un día de ira, de angustia y aflicción, de ruina y desolación, de oscuridad y tinieblas, de nublado y sombras profundas; 16 será un día de trompeta y de clamor contra las ciudades fortificadas y sus altas torres. 17 Dice el Señor: «Pondré en apuros a la gente. Caminarán como ciegos, porque pecaron contra mí. Su sangre será derramada como polvo, y su carne amontonada como estiércol.» 18 En el día de la ira del Señor, no salvará a la gente ni su plata ni su oro, porque el fuego del enojo del Señor consumirá todo el país. ¡Todos los habitantes de la tierra quedarán destruidos en un solo instante!

miércoles, 8 de octubre de 2014

SUFRIR CON VALENTÍA

2 Timoteo 2:1-13 2 Y tú, hijo mío, saca fuerzas de la bondad que Dios te ha mostrado por medio de Cristo Jesús. 2 Lo que me has oído decir delante de muchos testigos, encárgaselo a hombres de confianza que sean capaces de enseñárselo a otros. 3 Toma tu parte en los sufrimientos como un buen soldado de Cristo Jesús. 4 Ningún soldado en servicio activo se enreda en los asuntos de la vida civil, porque tiene que agradar a su superior. 5 De la misma manera, el deportista no puede recibir el premio, si no lucha de acuerdo con las reglas. 6 El que trabaja en el campo tiene derecho a ser el primero en recibir su parte de la cosecha. 7 Piensa en esto que digo, porque el Señor te lo hará comprender todo. 8 Acuérdate de Jesucristo, que resucitó y que era descendiente del rey David, según el evangelio que yo anuncio. 9 Y por causa del evangelio soporto sufrimientos, incluso el estar encadenado como un criminal; pero la palabra de Dios no está encadenada. 10 Por eso lo soporto todo en bien de los que Dios ha escogido, para que también ellos alcancen la salvación y la gloria eterna en Cristo Jesús. 11 Esto es muy cierto: Si hemos muerto con él, también viviremos con él; 12 si sufrimos con valor, tendremos parte en su reino; si le negamos, también él nos negará; 13 si no somos fieles, él sigue siendo fiel, porque no puede negarse a sí mismo.

sábado, 20 de septiembre de 2014

SOMOS CARTAS ABIERTAS

Santiago 5:16-20 Mi pecado te declaré […]. Dije: Confesaré mis transgresiones al Señor; y tú perdonaste la maldad de mi pecado. —Salmo 32:5 Uno de los conflictos internos más difíciles que tenemos es nuestro deseo de ser conocidos y el temor a que nos conozcan. Como seres creados a la imagen de Dios, somos hechos para ser conocidos, por Él y por los demás. Sin embargo, debido a nuestra naturaleza caída, todos tenemos debilidades y pecados que no queremos que los demás descubran. Usamos la frase «lado oscuro» para referirnos a aspectos de nuestra vida que mantenemos escondidos. También empleamos dichos, tales como «trata de causar una buena impresión», para alentar a otros a revelar su mejor lado. Una de las razones por las que no queremos arriesgar que nos conozcan es el miedo al rechazo y el ridículo. Pero, cuando descubrimos que Dios nos conoce, nos ama y está dispuesto a perdonar aun lo peor que tenemos, el temor a que Él nos conozca empieza a desaparecer. Además, cuando encontramos una comunidad de creyentes que entienden la relación dinámica que hay entre el perdón y la confesión, nos sentimos seguros al confesar nuestros pecados los unos a los otros (Santiago 5:16). La vida de fe no se trata de mostrar solamente nuestro lado bueno, sino de exponer el lado oscuro a la luz de Cristo por medio de la confesión a Dios y a los demás. De este modo, podemos sanar el alma y vivir en la libertad del perdón. —«La voz del pecado puede ser fuerte, pero la del perdón es mayor». —D. L. Moody

jueves, 18 de septiembre de 2014

Y AHORA SEÑOR, ¿QUE ESPERO? MI ESPERANZA ESTA EN TI

Salmo 27:7-14 Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Señor. —Salmo 27:8 Mientras viajaba en un avión con sus hijas de dos y cuatro años, una joven mamá se esforzaba por mantenerlas ocupadas, para que no molestaran a los demás. Cuando se oyó la voz del piloto por el intercomunicador dando los anuncios, la más pequeña dejó lo que estaba haciendo e inclinó la cabeza. Cuando el piloto terminó, ella susurró: «Amén». Como un tiempo antes se había producido una catástrofe natural, quizá la niña pensó que él estaba orando. Tal como esa niñita, yo también deseo tener un corazón que guíe inmediatamente mis pensamientos hacia la oración. Pienso que sería justo decir que el salmista David tenía esa clase de corazón. En el Salmo 27, vemos algunos indicios de esto cuando habla de enfrentar enemigos difíciles (v. 2). También declaró: «Tu rostro buscaré, oh Señor» (v. 8). Algunos dicen que, al escribir este salmo, recordaba el momento cuando huía de Saúl (1 Samuel 21:10) o de su hijo Absalón (2 Samuel 15:13-14). La oración y la dependencia de Dios ocupaban el primer lugar en la mente del salmista, y descubrió que Él era su santuario (Salmo 27:4-5). Nosotros también necesitamos un santuario. Quizá leer u orar este salmo y otros nos ayude a desarrollar esa intimidad con nuestro Padre Dios. Cuando Él se convierta en nuestro santuario, tendremos el corazón más dispuesto a buscarlo en oración. —Padre, enséñame a expresar lo que hay en mi corazón y a refugiarme más en ti. En la oración, Dios puede calmar nuestro corazón y tranquilizar nuestra mente.

lunes, 15 de septiembre de 2014

CUANDO EL HOMBRE O LA MUJER DE DIOS SE ADELANTAN A HACER LA OBRA DE DIOS..., FRACASAN ¡Y DESPUÉS LAS CONSECUENCIAS...!

Génesis 16:1-6; 21:8-13 … Mi afrenta sea sobre ti; […] juzgue el Señor entre tú y yo —Génesis 16:5 Cuando el esposo de Julia la dejó por otra mujer, ella juró que nunca conocería a su nueva esposa. Pero, cuando se dio cuenta de que su amargura perjudicaba la relación de sus hijos con el padre, le pidió al Señor que la ayudara a dar el primer paso para superar ese sentimiento frente a una realidad que ella no podía cambiar. En Génesis 16, leemos la historia de una pareja a quien Dios le prometió un bebé. Cuando Sara le sugirió a Abram que tuviera un hijo con su sierva Agar, estaba perdiendo su confianza en que el Señor cumpliera su promesa. Cuando nació el bebé, Agar despreció a Sara (Génesis 16:3-4) y esta se llenó de amargura (vv. 5-6). De repente, Agar dejó de ser una esclava sin derechos y se convirtió en alguien especial. ¿Cómo reaccionó Sara? Culpó a los demás, incluso a Abram (v. 5). Años después, la promesa de Dios se cumplió con el nacimiento de Isaac. La actitud de Sara también arruinó la celebración de su destete (21:8-10). Probablemente, a Sara nunca le fue fácil vivir con las consecuencias de decidir adelantarse al Señor. Cambiar su actitud tal vez hubiese requerido un milagro de la gracia, pero eso habría transformado todo. No podía volver atrás; pero, con el poder del Señor, podría haber vivido la situación de manera distinta y glorificado a Dios. —Señor, gracias porque, aunque las situaciones no cambien, tu gracia es suficiente para cambiarnos a nosotros. Por la gracia de Dios, podemos reflejar su luz en los momentos oscuros.

sábado, 13 de septiembre de 2014

UNA VEZ QUE NOS ARREPENTIMOS DE NUESTROS PECADOS DIOS LOS ARROJA AL MAR DEL OLVIDO

Isaías 43:22-28 Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados. —Isaías 43:25 Mis primeros años de creyente en Cristo estuvieron cargados de presentimientos. Tenía la impresión de que, cuando Jesús volviera, se proyectarían todos mis pecados en una pantalla grande, para que todos los vieran. Ahora sé que Dios prefiere no recordar ni siquiera una de mis transgresiones. Cada pecado ha sido sepultado en el mar más profundo, y nunca volverán a ser exhumados ni examinados. Amy Carmichael escribió: «Hace uno o dos días, pensaba tristemente en el pasado; tantos pecados, fracasos y fallas de todo tipo. Estaba leyendo Isaías 43 y, en el versículo 24, vi: «…me fatigaste con tus maldades». Entonces, por primera vez, noté que no hay ningún espacio entre el versículo 24 y el 25: «Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados». En realidad, cuando nuestro Señor Jesucristo vuelva, «… aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios» (1 Corintios 4:5). Ese día, nuestras obras serán examinadas y tal vez perdamos algo, pero no seremos juzgados por nuestro pecado (3:11-15). Dios verá lo que Cristo hizo por nosotros y no se acordará de nuestras maldades. —Cuando Dios nos salva, nuestros pecados son perdonados para siempre.

viernes, 12 de septiembre de 2014

EL MAS PEQUEÑO EN EL REINO DE LOS CIELOS ES MAS GRANDE QUE LOS GIGANTES DE ESTE MUNDO.

1 Samuel 17:32-37 … [el Señor] me librará… —1 Samuel 17:37 El imponente enemigo entra de repente en el valle de Ela. Mide 2,70 metros de altura, y su armadura, hecha de varias planchas pequeñas de bronce, brilla bajo los rayos del sol. La vara de su lanza está envuelta en cordeles, para que gire en el aire y pueda arrojarse más lejos y con suma precisión. Goliat parece invencible. Pero David sabe que no es así. Aunque su adversario parezca un gigante y actúe como tal, comparado con el Dios viviente es pequeño. David tiene una perspectiva correcta del Señor y, en consecuencia, una visión apropiada de las circunstancias. Ve a Goliat como alguien que desafía a los ejércitos del Dios vivo (1 Samuel 17:26). Con confianza, aparece vestido de pastor delante del gigante, y armado tan solo con su cayado, cinco piedras y una honda. Su confianza no está en lo que él es, sino en quien lo acompaña (v. 45). ¿Qué «Goliat» estás enfrentando en este momento? Tal vez sea una situación imposible en el trabajo, una dificultad financiera o la ruptura de una relación afectiva con otra persona. Comparada con Dios, toda situación es insignificante. Nada es demasiado grande para Él. Las palabras de Carlos Wesley, el escritor de himnos, nos recuerdan: «La fe, la poderosa fe, la promesa ve y no mira otra cosa; se ríe de los imposibles y exclama que será hecho». Si el Señor desea librarte, puede hacerlo, y quizá lo haga de maneras que no esperas. —No le digas a Dios cuán grandes son los gigantes; dile a los gigantes cuán grande es tu Dios.

jueves, 11 de septiembre de 2014

SOMOS NACIDOS DE UN DIOS VIVO PARA DAR VIDA

Marcos 10:35-45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. —Marcos 10:45 Después del ataque terrorista a las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York, el 11 de septiembre del 2001, Cynthia Otto estuvo a cargo de los perros de búsqueda y rescate. Años después, fundó el Working Dog Center [Centro de perros trabajadores], donde los cachorros se entrenan de manera especial a fin de prepararlos para ayudar a víctimas de tragedias. Otto comentó sobre estos animales de rescate: «Ahora hay muchísimas tareas para las que se usan los perros […], y pueden salvar vidas». También agregó que, algún día, esos cachorros proporcionarán una ayuda vital a las personas en medio de circunstancias amenazadoras. Han «nacido» para rescatar a otros. La Biblia nos habla del Mesías, quien nació para rescatar a la humanidad de la pena del pecado. Lo que Él hizo está más allá de toda comparación terrenal. Hace 2.000 años, Dios tomó forma humana para hacer a nuestro favor lo que nosotros no podíamos llevar a cabo. Cuando Jesús se hizo hombre, entendió y proclamó que había nacido para rescatar (Juan 12:27). «Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos» (Marcos 10:45). Alabemos a nuestro Salvador maravilloso, Jesucristo, que nació para salvar a todos los que acepten su ofrecimiento de salvación. —Cristo vino a buscar y a salvar a los perdidos.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

EL LIBRO DE LA VIDA

Salmo 119:9-16 … No me olvidaré de tus palabras. —Salmo 119:16 De vez en cuando, mi esposa y yo abrimos la correspondencia y encontramos una «carta» sin palabras. Cuando la sacamos del sobre, vemos un trozo de papel que lo único que tiene es una raya de color hecha con un rotulador. Esas «cartas» nos enternecen porque las envía nuestra nieta, de edad preescolar y que vive lejos. Aun sin palabras, esas misivas nos dicen que ella nos ama y que piensa en nosotros. Todos valoramos las cartas de personas que nos aman y a quienes amamos. Por eso, es sumamente alentador que nuestro Padre celestial nos haya dejado una carta llamada Biblia. Su valor va más allá de las expresiones de poder, desafío y sabiduría. Además de todas las historias, enseñanzas e instrucciones, este Libro también transmite la idea fundamental de que Dios nos ama y ha planeado cómo rescatarnos. Nos habla de su amor al supervisar nuestra existencia (Salmo 139), suplir nuestras necesidades (Mateo 6:31-34), consolarnos (2 Corintios 1:3-4) y salvarnos mediante el sacrificio de su Hijo Jesús (Romanos 1:16-17). No te imaginas cuánto te ama Dios. Él lo expresa en el mensaje inspirado e inspirador que te ha dejado. Con razón el salmista escribió: «No me olvidaré de tus palabras» (Salmo 119:16). ¡Es una carta asombrosa! —Señor, ayúdame a examinar las páginas de la Biblia. Que me entusiasme más que una carta, un e-mail o un comentario de un amigo en Facebook. La Biblia es la carta de Dios donde nos revela que nos ama.

martes, 9 de septiembre de 2014

CUANDO QUEDEMOS EXPUESTOS AL PELIGRO CLAMEMOS A DIOS QUE EL NOS RESPONDERÁ

1 Samuel 28:5-6, 15-20 [El Señor] no desfallece, ni se fatiga con cansancio… —Isaías 40:28 Las comadrejas son conocidas por su capacidad de hacerse las muertas: el cuerpo se les relaja, les cuelga la lengua y el ritmo cardíaco disminuye. Después de unos 15 minutos, el animal se reaviva. Lo interesante es que los expertos no creen que lo hagan intencionalmente para prevenirse de los depredadores, sino que, de manera involuntaria, ¡se desmayan cuando se sienten abrumadas o ansiosas! Al final de su reinado, Saúl reaccionó de manera similar ante el peligro: «cayó en tierra cuan grande era, y tuvo gran temor por las palabras de Samuel; y estaba sin fuerzas» (1 Samuel 28:20). Lo hizo cuando el profeta Samuel le dijo que los filisteos atacarían Israel al día siguiente, y que Dios no iba a ayudarlos. Como la vida del rey se había caracterizado por la desobediencia, la precipitación y los celos, el Señor ya no lo guiaba (v. 16), y sus esfuerzos por defenderse él mismo y a los israelitas serían inútiles (v. 19). Tal vez nos sintamos débiles y desesperados a causa de nuestra rebeldía o por las dificultades de la vida, pero, aunque la ansiedad nos quite la fuerza, el Señor puede renovarla si dependemos de Él (Isaías 40:31). Dios «no desfallece, ni se fatiga con cansancio» (v. 28), y está dispuesto a extender su mano y reavivarnos cuando no podamos dar un paso más. —Señor, eres todo para mí. Gracias por fortalecerme día tras día. Sé que, sin ti, no soy nada. El secreto de la paz es poner toda ansiedad al cuidado de Dios.

lunes, 8 de septiembre de 2014

EL SEMBRADOR DEBE FIJARSE LO QUE SIEMBRA

Marcos 4:1-20 … el que siembra justicia tendrá galardón firme. —Proverbios 11:18 La universidad donde estudié tiene una torre adornada con una escultura titulada El Segador. Debajo de la figura, aparece una inscripción tomada de Gálatas 6:7: «Todo lo que el hombre sembrare». La Universidad Estatal de Michigan continúa siendo un baluarte en investigación agrícola; no obstante, a pesar de los numerosos adelantos en las técnicas de labranza y la producción de granos, esta verdad permanece inamovible: las semillas de trigo no producirán frijoles. Jesús empleó muchas metáforas agrícolas para explicar el reino de Dios. En la parábola del sembrador (Marcos 4), comparó la Palabra de Dios con semillas sembradas en diferentes tipos de terreno. Tal como se indica allí, el sembrador siembra de manera indiscriminada, sabiendo que algunas semillas caerán en lugares donde no van a crecer. Al igual que Jesús, debemos sembrar semillas buenas en todo lugar y sin cesar. Dios es responsable de dónde caen y de cómo crecerán. Lo importante es que sembremos. El Señor no quiere que cosechemos destrucción; por eso, desea que sembremos lo bueno y recto (Proverbios 11:18). El apóstol Pablo amplió esta misma metáfora al advertirles a los creyentes que no sembraran semillas de corrupción, sino aquellas que produjeran la vida eterna (Gálatas 6:8). La respuesta a «¿qué siembro?» es: «Siembra lo que quieras cosechar». Para que tu vida produzca una buena cosecha, siembra semillas de bondad. —Una semilla enterrada da fruto; una vida generosa recoge una cosecha eterna.

domingo, 7 de septiembre de 2014

SINO ALABAMOS A DIOS NOSOTROS LO HARÁN LAS PIEDRAS (JESÚS)

Salmo 150 Todo lo que respira alabe al Señor. Aleluya. —Salmo 150:6 Cuando le pregunté a un amigo cómo andaba su madre, me dijo que la demencia senil le había robado su capacidad de recordar muchos nombres y acontecimientos del pasado. «Aun así —agregó—, todavía puede sentarse al piano y, sin la partitura, tocar de memoria himnos hermosos». Hace 2.500 años, Platón y Aristóteles escribieron sobre el poder auxiliador y sanador de la música. Pero, siglos antes, el registro bíblico estaba saturado de canciones. Desde la primera mención de Jubal, «padre de todos los que tocan arpa y flauta» (Génesis 4:21), hasta aquellos que «cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero» (Apocalipsis 15:3), las páginas de la Biblia resuenan de música. Salmos, llamado a menudo «el himnario bíblico», nos señala el amor y la fidelidad de Dios. El libro concluye con un llamado incesante a adorar: «Todo lo que respira alabe al Señor. Aleluya» (Salmo 150:6). Como nunca antes en la historia, hoy necesitamos que Dios ministre con música nuestro corazón. Sea lo que sea que enfrentemos durante el día, que la noche nos encuentre cantando: «Fortaleza mía, a ti cantaré; porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia» (59:17). —Señor, no sé lo que vendrá hoy ni mañana, pero te agradezco que estás a mi lado. Dame un espíritu de alabanza y gratitud ante todo lo que esté por delante. La alabanza a Dios surge naturalmente cuando enumeras tus bendiciones.

viernes, 5 de septiembre de 2014

NO ESTAMOS HABLANDO DE SETENTA U OCHENTA AÑOS QUE PODEMOS VIVIR EN ESTE CUERPO

En 1859, durante los turbulentos años previos a la Guerra Civil Estadounidense, el presidente Lincoln tuvo la oportunidad de hablar con los miembros de la Sociedad Agrícola de uno de los estados. En su discurso, compartió con ellos la historia de un antiguo monarca que buscaba una frase que fuera «verdadera y apropiada en todo tiempo y situación». Frente a un desafío tan emocionante, sus sabios consejeros le respondieron con esta frase: «Y esto también pasará». No hay duda de que nuestro mundo está en un constante proceso de deterioro. Y esto no solo le sucede al mundo; nosotros también somos conscientes de que los días de nuestra vida están contados. Santiago escribió: «… Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece» (Santiago 4:14). Aunque nuestra vida actual es efímera y se desvanecerá, el Dios a quien adoramos y servimos es eterno. Él ha compartido esa eternidad con nosotros mediante el regalo de su Hijo Jesucristo. Nos promete una vida que nunca pasará: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan 3:16). Cuando Cristo vuelva, ¡nos llevará a casa para estar con Él para siempre! Para tener esperanza hoy, recuerda el final de la historia: la eternidad con Dios.

jueves, 4 de septiembre de 2014

CUANDO MAS OSCURA ESTA LA NOCHE MAS CERCA ESTA EL AMANECER

Lamentaciones 3:19-33 Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana… —Lament. 3:22-23 El aeroplano Solar Impulse, que funciona con energía solar, puede volar día y noche sin combustible. Sus inventores, Bertrand Piccard y André Borschberg, esperan hacerlo volar alrededor del mundo en el 2015. Mientras que el avión vuela durante todo el día con energía solar, reúne suficiente reserva como para seguir haciéndolo toda la noche.«Cuando sale el sol —Piccard señala—, vuelve a traer esperanza para poder continuar». La idea de que el amanecer trae esperanza me hace pensar en Lamentaciones 3,: «Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré. Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana…» (vv. 21-23). Aun cuando el pueblo de Dios estaba sumido en la desesperación mientras la ciudad de Jerusalén era invadida por los babilonios, el profeta Jeremías dijo que tenían motivos para mantener la esperanza: todavía permanecían las misericordias y la compasión del Señor. A veces, nuestras luchas parecen peores durante la noche, pero, cuando llega el amanecer, este vuelve a traer esperanza para que podamos seguir adelante. El salmista declaró: «… Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría» (Salmo 30:5). Señor, gracias por la esperanza que envías con cada salida del sol. ¡Tus misericordias y tu compasión son nuevas cada mañana! —Cada nuevo día nos da una nueva razón para alabar al Señor.

martes, 2 de septiembre de 2014

YA CASI NADIE AGRADECE.

Lucas 17:11-19 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz. —Lucas 17:15 Era una tarde calurosa, el tránsito era terrible y todos estaban de mal humor. Vi un automóvil con dos jóvenes esperando para salir de un restaurante, y pensé que el conductor que estaba delante de mí había tenido una buena actitud al dejarlos pasar. Pero, cuando el conductor «amable» no recibió ni siquiera un gesto de agradecimiento, se enfureció. Primero, bajó la ventanilla y le gritó al otro conductor. Después, aceleró al máximo y avanzó como si fuera a chocarlo por atrás, tocando la bocina y gritando enojado. ¿Quién «fue peor»? ¿La ingratitud del joven conductor justificaba la respuesta airada del conductor «amable»? ¿Le debía un «gracias»? Sin duda, los diez leprosos que Jesús había sanado le debían su gratitud. ¿Cómo es que solamente uno volvió para darle las gracias? Me sorprende la respuesta de Jesús: «¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?» (Lucas 17:18). Si el Rey de reyes puede recibir tan solo una de diez respuestas de agradecimiento, ¿cómo podemos nosotros esperar más? Es mejor llevar a cabo nuestras obras para honrar a Dios y servir a los demás que para que nos agradezcan lo que hicimos. Que la gracia del Señor se vea en nosotros aunque no valoren nuestros actos de bondad. —Señor, nos gusta ser reconocidos por lo que hacemos, pero ayúdanos a recordar que no merecemos nada, sino que debemos nuestra gratitud a ti por la salvación en Cristo. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que […] glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. —Mateo 5:16

domingo, 31 de agosto de 2014

JESÚS POR TODOS MURIÓ, PARA QUE LOS QUE VIVEN LO HAGAN PARA DIOS EN CRISTO.

1 Juan 3:16-23 En esto hemos conocido el amor, en que [Jesús] puso su vida por nosotros… —1 Juan 3:16 Cuando Deng Jinjie vio personas que luchaban en el agua del río Sunshui, en la provincia de Hunan, en China, no pasó de largo. En un acto heroico, saltó al agua y ayudó a salvar a cuatro miembros de una familia. Por desgracia, la familia se marchó antes de que él saliera del agua. Lo lamentable fue que Jinjie, exhausto por el esfuerzo, fue arrastrado por la corriente del río y se ahogó. Cuando estábamos ahogándonos en nuestro pecado, Jesucristo dio su vida para venir a ayudarnos. Nosotros éramos las personas que Él vino a rescatar. Descendió del cielo y nos llevó hasta un lugar seguro, al morir en la cruz para cargar con el castigo por todas nuestras iniquidades (1 Pedro 2:24). Pero, tres días más tarde, resucitó. La Biblia afirma: «En esto hemos conocido el amor, en que [Jesús] puso su vida por nosotros…» (1 Juan 3:16). El sacrificio de amor de Jesús a nuestro favor nos inspira ahora a mostrar amor genuino, «de hecho y en verdad» (v. 18), a las personas con quienes estamos relacionados. Si pasamos por alto el sacrificio supremo de Cristo por nosotros, no veremos ni experimentaremos su amor. Considera hoy la relación entre su sacrificio y su amor por ti. Él ha venido a rescatarte. —Jesús entregó su vida para mostrarnos que nos amaba.

viernes, 29 de agosto de 2014

DIOS ES AMOR PERO FUEGO CONSUMIDOR CON LOS IRREVERENTES

No hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia… por medio de la fe… a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús. Romanos 3:22-26 Algunas personas esperan que Dios pase por alto sus faltas. Pero, ¿es Dios indulgente? ¿Puede tomar a la ligera el pecado? ¿Puede sacrificar su santidad para manifestar su gracia? No. Cuando en la cruz Jesús cargó con los pecados de los que creían y creerían en él, Dios lo juzgó como si fuese un hombre culpable. Ni siquiera nos negó a su amado Hijo, sino que lo entregó a la muerte, aunque los pecados que cargaba no eran suyos. No contemos con la indulgencia divina, pues Dios no es indulgente, sino justo. Jesús llevó nuestra culpabilidad sobre él y sufrió el castigo que nosotros merecíamos. El precio de nuestra salvación fue pagado, por lo tanto Dios no exigirá un segundo pago. Fue necesario el sacrificio de una víctima santa, sin pecado, para expiar el pecado de los demás. “Cristo murió por nuestros pecados” (1 Corintios 15:3). ¡Esto es lo que se debe creer! Dios no es indulgente, sino amor. Desde ahora ofrece un perdón completo, y no una reducción de pena. Ningún hombre en el mundo, independientemente de su título, tiene el poder para perdonar pecados, porque “todos pecaron”. Pero Dios no tendrá en cuenta los pecados de los que creemos en Jesús, porque su sangre nos purificó de ellos. Dios es justo con respecto a la obra que su Hijo cumplió, pues justifica al que cree en Jesús. El que confía totalmente en él tiene la paz con Dios por la eternidad.

jueves, 28 de agosto de 2014

NO NOS VAYAMOS TRISTES

Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Marcos 10:21-22 ¿Qué nos falta para ser felices? ¿Un trabajo mejor, otra vivienda o un teléfono nuevo? No, ¡eso nunca será suficiente! ¿Una buena salud, un cónyuge agradable o unos amigos atentos? ¡Eso tampoco será suficiente! La verdadera felicidad está relacionada con la vida eterna. Un hombre muy rico preguntó a Jesús cómo obtener la vida eterna, y él le respondió: “Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes… y ven, sígueme”. ¡Para obtener lo que le faltaba, ese hombre debía deshacerse de lo que tenía! Para obtener la vida eterna, debía seguir a Jesús. El hombre que hizo esta pregunta no respondió al llamado de Jesús, y se fue triste. La publicidad transmite un trágico error muy común: trata de hacernos creer que la felicidad está ligada a los bienes materiales. ¡Pero es falso! Además, si nos aferramos a esos bienes, nuestro corazón correrá el riesgo de cerrarse a Dios. Para seguir a Jesús y gozar junto a él la felicidad que anhelamos, debemos desprendernos interiormente de nuestros bienes, tanto materiales como culturales, de todo lo que nos estorba o nos impide seguir al Señor. Pero, ¿dónde hallar el deseo y la fuerza para hacerlo? En el llamado de Jesús para seguirle, en su amor que nos atrae hacia él. El que mediante la fe responde afirmativamente al llamado de Jesús halla una paz y una felicidad más profunda y grande que todas las alegrías de este mundo. Nace de nuevo y vive del amor de Cristo, para seguir sus pisadas sirviéndole cada día con humildad.

martes, 26 de agosto de 2014

SER HOMBRES DE VERDAD COMO EL HIJO DEL HOMBRE

Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar. 1 Corintios 14:20 Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos. 1 Corintios 16:13 «¡Sea hombre!», dicen a veces los adultos a un adolescente, es decir, haga como nosotros, siga nuestras pisadas. ¡Déjese llevar por las mismas tendencias! Malamente dicen: ¡Si uno no bebe alcohol, no es un hombre, si no tiene libertad sexual, no es un hombre! Y, para mostrarse hombre, uno hace callar la conciencia, sus propias convicciones, si las tiene, y se deja llevar por sus impulsos… así pierde su alma e influencia a otras personas a seguir la misma dirección. ¡Ah, esos hombres «valientes», incapaces de resistir ante una sonrisa burlona! ¡Esos hombres «fuertes», que ceden ante cualquier tentación! ¡Esos hombres «libres», esclavos de sus intereses, de sus pasiones, de la opinión de los demás! En cambio, la Palabra de Dios nos dice algo totalmente diferente: “Portaos varonilmente” (1 Corintios 16:13), pero como hombres que saben permanecer puros, sobrios, que respetan a los demás, se respetan a sí mismos y resisten al mal. Como hombres dignos que se enfrentan a las burlas para obedecer al Señor Jesucristo, y de este modo se atreven a desafiar la opinión de los demás. Estos son los hombres a quienes forma la Biblia, cuando la creen y la obedecen, pues hay dos maneras de «ser hombres»: vivir en el mundo según nuestra naturaleza llevada por nuestra propia voluntad, por nuestras codicias, o vivir según la nueva vida que Dios nos dio mediante la fe en Cristo, quien nos amó (Efesios 5:2) e hizo de nosotros hijos de Dios, hombres según Dios.

lunes, 25 de agosto de 2014

RESISTIR AL DIABLO SOMETIÉNDOSE A DIOS SINO ES IMPOSIBLE (Santiago 4:7)

No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Romanos 7:19 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Mateo 26:41 Cuando iba para la escuela, Andrés se detuvo ante un puesto de frutas. Como no vio a nadie, ni en la tienda ni en la calle, el niño tomó una manzana y la metió en su bolsillo. Pero el vendedor vio al pequeño ladronzuelo, lo atrapó y lo reprendió severamente: «Espero que sea la primera vez que tomas algo que no te pertenece. ¡Pero más te vale que también sea la última!». Ya adulto, Andrés aún recuerda la lección que aprendió aquel día. También recibió el perdón de sus pecados por medio de Cristo, comprendió que además podía ser liberado del poder del pecado (Romanos 8:2) y resistir a la tentación. Desde el huerto de Edén, la humanidad siempre estuvo tentada a hacer el mal. El apóstol Santiago describe así la espiral del mal: “Cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” (cap. 1:14-15). No son nuestras buenas intenciones, ni siquiera una firme determinación, lo que nos hace resistir a la tentación. Pedro, el discípulo de Jesús, tenía la buena intención de permanecer fiel a su Maestro, pero no pudo velar ni siquiera una hora con él la noche antes de la crucifixión, ¡e incluso lo negó! “El espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”, dijo el Señor (Mateo 26:41). Sólo por el poder del Espíritu Santo seremos guardados de sucumbir ante las trampas del tentador.

domingo, 24 de agosto de 2014

¿QUE SON LAS BUENAS NUEVAS? ¿PARA QUE SIRVEN?

Jesús de Nazaret… anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo. Hechos 10:38 Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras. 1 Corintios 15:3-4 El Evangelio no es una doctrina, y mucho menos una ideología, es un mensaje; proclama que Dios viene a nuestro encuentro por medio de Jesucristo. ¡Este es su objetivo! El Evangelio no sólo tiene que ver con la relación nueva y definitiva que se establece entre Dios y el creyente, sino también con las nuevas relaciones entre creyentes, relaciones de fraternidad y amor. Para ser cristiano uno necesita recibir el mensaje del Evangelio. Es preciso reconocerse perdido ante Dios y depositar su confianza en Jesús, el Salvador. La fe personal en el Señor Jesús establece una relación viva entre Dios y nosotros: entonces Dios nos llena con su paz. Cuando leemos la Biblia, el Señor nos habla de forma misteriosa pero muy real. Los evangelios están llenos de testimonios sobre la vida, la muerte y la resurrección de Cristo. Leyendo estos con fe aprendemos a conocer a Jesús y sus enseñanzas. Este conocimiento no es teórico, sino muy real, dinámico, porque Jesús está vivo y se revela a todo el que deposita su confianza en él. Una vez que hayamos acudido al Señor, perseveremos en la lectura de la Biblia y en la oración. Esta lectura nos llenará de paz y fortalecerá nuestra fe. Necesitamos esta fuerza para seguir a Jesús y ser sus discípulos. Para ser guiados en ese nuevo camino, la lectura de las epístolas del Nuevo Testamento será una preciosa ayuda. Toda esta actividad con Cristo va a producir experiencias con el Señor que luego de éste encuentro entonces pasamos a ser testigos del poder, amor y misericordia de Jesucristo que debemos de trasladar al mundo que no conoce a Él ni a su propósito. Alguien dijo: El evangelio es por Ej: "Cuando un mendigo le dice a otro donde hay pan".

sábado, 23 de agosto de 2014

EN LA OBEDIENCIA A DIOS ESTA LA BENDICIÓN DE LA FELICIDAD

El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala. 1 Pedro 3:10-11 Muchas personas se imaginan que quienes obedecen al Señor tienen una vida aburrida. Los que razonan así muestran que no conocen el gozo cristiano, pero sobre todo que no conocen a Aquel a quien estamos invitados a someternos por amor. Igualmente es hacer un mal cálculo: algunos dicen: «Necesito un poco de religión para librarme de la condenación, pero también quiero disfrutar los placeres de esta vida». Sin embargo esos placeres no pueden ser comparados a la felicidad que da la aprobación de Dios en nuestra vida. Como dijo alguien: «La felicidad que uno busca sólo para sí mismo se esfumará ante nosotros como un espejismo; nunca podremos alcanzarla. Pero si nuestra prioridad como cristianos es obedecer al Señor, en vez de pensar en nosotros, nuestra felicidad vendrá de forma natural como resultado de esta obediencia». Quizás esto explica por qué nosotros, los cristianos, no siempre somos tan felices como podríamos serlo, pues ¿dónde están nuestras prioridades? Dios no nos promete un futuro eterno de felicidad al precio de una vida de frustración en la tierra. Desde hoy desea lo mejor para sus hijos que caminan con él. “Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien… porque yo te mando hoy que ames al Señor tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos” (Deuteronomio 30:15-16). “Tú diste alegría a mi corazón mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto” (Salmo 4:7).

viernes, 22 de agosto de 2014

EL VERDADERO AMOR DE DIOS TOMA COMO PROPIAS LAS NECESIDADES AJENAS NO HACE MAL AL PRÓJIMO

El amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios… Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. 1 Juan 4:7-9 El «amor» es un tema muy popular en la literatura, las canciones, las películas… ¿Qué no se haría en nombre del amor? Se codicia, engaña… ¡Incluso algunos matan en nombre del amor! Y todo esto porque el amor humano, en realidad fuertemente motivado por el amor a sí mismo, está muy cercano al odio. El versículo citado en el encabezamiento muestra que el verdadero amor sólo puede venir de Dios. Fue manifestado al hombre cuando apareció en la persona de Jesucristo. El Hijo de Dios vino a dar a conocer el corazón del Padre. El amor de Dios también puede ser visto en la vida de un creyente que manifiesta humildad y olvido de sí mismo. El amor no se enorgullece, pues no piensa en sí mismo, no se compara con los demás, sino que se pone a su servicio. Cristianos, ¡recordemos que en nosotros mismos no tenemos amor! Éste no emana de nuestra propia naturaleza humana, la cual es incapaz de hacer el bien según Dios. Cristo mostró, durante toda su vida, lo que es la verdadera humildad; y su muerte por seres odiosos es la mayor expresión de su amor. Nos dio a conocer a Dios, quien es amor (1 Juan 4:8). “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo” (Romanos 5:5), para que lo irradiemos en nuestro alrededor. La responsabilidad y el papel de todo creyente es mostrar el amor de Dios que, en su pureza, “se goza de la verdad” (1 Corintios 13:6).

jueves, 21 de agosto de 2014

CUANDO EL SILENCIO TIENE SU VALOR

Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Mateo 6:6 Vivimos en la época del ruido. Éste es ocasionado por diferentes medios de transporte, máquinas, televisores, música a alto volumen… Nuestra vida a menudo está aturdida por ruidos de todo tipo. Para muchos, el silencio se ha convertido en sinónimo de vacío, por ello tratan de huir de él. Además del ruido exterior, existe ese incesante torbellino de pensamientos al que el mundo nos arrastra. ¡Todo esto nos carga la mente! Debemos redescubrir el valor del silencio. No se trata de un silencio estéril para volver sobre nuestros pensamientos, o llorar sobre sueños que no se hicieron realidad. Se trata de un silencio para escuchar a Dios, para orar y adorarle. Nuestra alma necesita ese silencio como nuestros pulmones necesitan el aire. El silencio es más que la ausencia de ruido; es una actitud de escucha y de apertura. Nos permite detenernos para presentarnos ante Dios mediante la fe. “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” (Salmo 46:10). Si tomamos esos momentos de silencio para reponer nuestras fuerzas junto a Dios, para escuchar su voz “apacible” y delicada (1 Reyes 19:12), lejos de los ruidos y preocupaciones, nuestra vida será más estable. Además estará enriquecida con la presencia del Señor y con una alabanza preparada en el corazón para la hora de la adoración. “Tuya es la alabanza en Sion, oh Dios” (Salmo 65:1). Esto nos ayudará a estar atentos a los demás, a sus buenos y malos momentos. Así nos haremos mensajeros de paz, de la paz que Dios ofrece a todos los que confían en él.

miércoles, 20 de agosto de 2014

CUANDO DIOS ESTA EN SILENCIO ES PORQUE ESTA TRABAJANDO

Conozco, oh Señor, que tus juicios son justos, y que conforme a tu fidelidad me afligiste. Sea ahora tu misericordia para consolarme. Salmo 119:75-76 (Jesús) les dijo: Venid vosotros… y descansad un poco. Marcos 6:31 Alguien escribió: «En un fragmento de música hay pausas y suspiros, pero éstos forman parte de la melodía. Desempeñan un papel tan importante como las notas que escuchamos. Omitirlos perturbaría y cambiaría la melodía». Lo mismo sucede en la vida del creyente. Dios tenía en vista un «fragmento» preciso cuando compuso la melodía de nuestra vida. Que no nos sorprendan esas pausas, pues forman parte del plan de Dios para nosotros. Tendemos mucho a creer que la vida está compuesta únicamente por diversas actividades, pero nuestro Señor también nos pide que nos detengamos y descansemos en su presencia. Necesitamos realmente esos momentos de descanso, para que nuestra vida sea armoniosa, abundante y productiva. Entonces podremos ser de bendición para los que nos rodean. A veces nos encontramos con una pausa inesperada en el pentagrama de nuestra vida. Aparentemente Dios nos pone «fuera de servicio» por un tiempo. Nos vemos obligados a permanecer inactivos debido a un accidente, una enfermedad, el cansancio, la edad avanzada… No nos desanimemos pensando que esos periodos son una pérdida de tiempo. Quizá durante ese tiempo podamos consagrarnos más a la alabanza y la oración. Dios quiere hacernos más pacientes, más dóciles, y que confiemos más en él. Quiere que nos parezcamos más a Jesús. Pidámosle que nos enseñe a emplear para él esos momentos que nos da. ¡De este modo ya estaremos sirviéndole!

martes, 19 de agosto de 2014

PARA LOS HOMBRES LA SALVACIÓN ES GRATIS PERO A DIOS LE COSTÓ SU ÚNICO HIJO AMADO O SEA LO MÁS PRECIADO

¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado. Juan 6:28-29 Si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio? 2 Reyes 5:13 Que Dios haya puesto la salvación al alcance de todos es una prueba de su amor y de su justicia. Podría haber impuesto al hombre condiciones severas, pues esta salvación le costó muy caro, pero no lo hizo. El sacrificio redentor llevado a cabo por Jesús es perfecto; el hombre no tiene nada que añadir. Pero por orgullo o debido a una enseñanza errónea, unos intentan participar en su propia salvación. Sin embargo la Biblia es categórica y pone totalmente de lado el esfuerzo personal en este campo: “Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate” (Salmo 49:7). Para ser salvo debo reconocer que estoy perdido y creer en el valor perfecto que tiene a los ojos de Dios la obra cumplida por Cristo en la cruz. Cuando escuchamos a una persona afirmar: «Es demasiado fácil», sentimos mucha pena. Si la obra de Cristo fuese insuficiente, entonces la salvación no sería posible. Pensar así es insultar la gracia de Dios, es insultar a Dios mismo. La salvación nos es ofrecida gratuitamente porque alguien pagó en nuestro lugar. Las exigencias divinas debían ser satisfechas, el pecado que nos separaba de Dios tenía que ser expiado, y todo esto sólo fue posible en virtud de la muerte de Cristo. Sólo la sangre de Cristo podía lavarnos de nuestra iniquidad. Lo hizo perfectamente, de manera que no hay nada que añadir. “Puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios” (Hebreos 7:25).

lunes, 18 de agosto de 2014

ES MEJOR CONFIAR EN EL SEÑOR QUE EN EL HOMBRE (SALMO 118:8)

Mirad a mí, y sed salvos… porque yo soy Dios, y no hay más. Isaías 45:22 El universo es un inmenso libro que está continuamente abierto ante mí: “Los cielos cuentan la gloria de Dios” (Salmo 19:1). Me deja entrever el poder eterno y la divinidad de su autor (Romanos 1:20), pero no me dice lo que soy para Dios. ¿Quién me lo puede mostrar? Puedo examinar mis pensamientos, analizar mis sentimientos, juzgar mis actos, pero sólo veo lo que soy a mis propios ojos y no lo que Dios piensa de mí. Sólo él puede revelarme a la vez lo que él es y lo que yo soy. Lo podemos leer en un libro: la Biblia. La Biblia declara: “Todos se desviaron, a una se han corrompido” (Salmo 14:3). Tengo que reconocerlo humildemente, sin ocultarlo. La Biblia declara que Dios es santo, que es perfecto, puro, feliz en sí mismo. El mal no puede estar en su presencia; tiene que juzgarlo. Por lo tanto, tal como soy me es imposible tener una buena relación con Dios. Pero la Biblia no se detiene en esta triste constatación, sino que presenta un mensaje de gracia. Si afirma que estoy perdido debido al pecado, también me dice que puedo ser salvo mediante Jesucristo. Me muestra mi miseria moral, pero al mismo tiempo me revela la gracia de Dios, la cual es mayor que mi miseria. La Biblia me condena, pero si reconozco mi estado y creo en Jesucristo, me asegura que soy lavado por la sangre de Cristo derramada en la cruz, justificado ante Dios y adoptado por él como su amado hijo. Dios mete el dedo en la repugnante llaga de mi pecado, pero luego cura perfectamente la herida.

domingo, 17 de agosto de 2014

CUANDO NO SE CONOCE A DIOS LO SUFICIENTE NO ENTENDEMOS SU MOVER

En quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Isaías 30:15 En Dios solamente está acallada mi alma; de él viene mi salvación. Salmo 62:1 Amigo cristiano que está agobiado por un problema, detenido por la enfermedad o desanimado por un fracaso, y se pregunta cabizbajo: «¿Por qué?». Buenos amigos lo han rodeado y han tratado de animarle y consolarle, pero sus palabras no han disminuido su dolor. Cuando se van lo dejan solo con su dolor. Quizás usted quiera buscar en la Biblia la solución divina a sus problemas, pero ¿será ésta la que desea? Tal vez Dios le dé una respuesta muy diferente de la que usted espera, pero será su respuesta, la buena respuesta. Incluso si su sufrimiento es la consecuencia de un error, él se acercará a usted como lo hizo en otro tiempo con Jacob (Génesis 28:13-15). Confesarle una falta ya es hallar la paz. Pero a menudo Dios permite la prueba no como consecuencia de una falta, sino para darnos una enseñanza espiritual. Por lo tanto, permaneciendo atento a lo que Dios permite que suceda en su vida, y consciente de las salidas que da a las pruebas, descanse en Aquel que lo ama con un amor inalterable. ¡Cuántas veces suspiramos buscando el porqué de nuestras dificultades, la razón de nuestro dolor! No hagamos como el patriarca Jacob, quien después de una larga lista de pruebas, clamó: “Contra mí son todas estas cosas” (Génesis 42:36), mientras iba precisamente a recobrar lo que había perdido. Dios, quien siempre nos ama con el mismo amor, quiere prepararnos para el cielo. ¡Confiemos en él! Él hace que todas las cosas ayuden para el bien de los que le aman (Romanos 8:28). ¡Estemos seguros de ello!

sábado, 16 de agosto de 2014

QUIEN A BUEN ÁRBOL SE ARRIMA BUENA SOMBRA LO COBIJA

El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo al Señor: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré. Salmo 91:1-2 Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. Hechos 17:23 Entre las imágenes empleadas en la Biblia, la sombra a menudo es una protección bienvenida. Para el pobre y el miserable, Dios es una “sombra contra el calor” (Isaías 25:4). David se sentía seguro junto a Dios: “En la sombra de tus alas me ampararé”. “En la sombra de tus alas me regocijaré” (Salmo 57:1; 63:7). Pero la sombra, opuesta a la luz, a menudo provoca el miedo de la noche, de las tinieblas, de la muerte: Job tenía miedo de ir y no volver de “la tierra de tinieblas y de sombra de muerte” (Job 10:21). A menudo la sombra insinúa el misterio: veo una sombra que se mueve en la calle, pero no puedo reconocer a la persona. Es imposible conocer perfectamente a nuestro prójimo, pero cuando queremos conocer a Dios, nos sentimos aún más incapaces. En la Biblia, a veces la sombra sugiere realidades del ámbito espiritual que todavía no habían sido totalmente reveladas. Desde la venida de Jesús, Dios se dio plenamente a conocer. En Jesús pasamos de la sombra a la realidad, pues él es “el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia” (Hebreos 1:3). Dios se revela como el “Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 15:6). Mediante la fe podemos contemplar a Dios en la persona de Cristo, quien nos dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). Jesús nos revela quién es Dios: un Dios de perdón que salva al hombre perdido, cuida de él y lo lleva a su presencia a partir de ahora mismo, pues es un Dios de luz y de amor.

viernes, 15 de agosto de 2014

EL PROPÓSITO DE DIOS

Todo fue creado por medio de él (Jesús) y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Colosenses 1:16-17 «¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?». Este es el título de uno de los cuadros más famosos del pintor francés Paul Gauguin. El artista hace tres preguntas sobre el origen, el sentido y la finalidad del destino humano. En el cuadro se pueden ver tres grupos de personas: tres mujeres con un niño representan el principio de la vida, el grupo del medio simboliza la vida cotidiana de jóvenes adultos, y en el último grupo el artista pintó a una mujer anciana acercándose a la muerte. Sin Dios, ¿qué otro curso normal de la vida imaginar, sino el que conduce a la muerte y al juicio? Pero la Biblia propone una perspectiva muy diferente. ¿De dónde venimos? La Biblia nos dice que Cristo creó todo y es antes de todas las cosas. ¿Quiénes somos? Somos seres creados a imagen de Dios para conocerle y estar en relación con él (Génesis 1:27). ¿A dónde vamos? Vamos a Dios, incluso si pasamos por la muerte de nuestro cuerpo. Todos resucitaremos, como dijo Jesús. “Los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación” (Juan 5:29). «Sólo hice el bien en mi vida», dirá alguien. Cada uno puede responder a su manera, pero la Biblia nos dice que todos somos pecadores ante Dios. Sin embargo Jesús abre un camino de salvación para escapar del juicio: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).

jueves, 14 de agosto de 2014

JESUCRISTO HOY IRÁ A TU CASA

Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Lucas 19:5-6 (Lucas 19:1-10) Cuando Jesús pasaba por la ciudad de Jericó, Zaqueo, un rico recaudador de impuestos, trató de verle, pero como era muy pequeño de estatura, no lo consiguió. Entonces corrió y se subió a un árbol. Cuando Jesús llegó a ese lugar, levantó la vista y le dijo: “Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa” (Lucas 19:5-6). Zaqueo era generoso y siempre estaba dispuesto a reparar sus errores respecto a los demás, pero nada de esto podía salvarlo. Como tenía necesidades espirituales, hizo todo lo posible para encontrar a Jesús, sin preocuparse por lo que la gente dijera de él. ¡Y oyó que Jesús lo llamaba por su nombre! Entonces bajó rápidamente del árbol y recibió con gozo al Señor Jesús en su casa. Hoy, quizá por medio de esta hoja, Jesús todavía esté pasando cerca de usted. No se deje detener por ninguna dificultad o por temor a lo que piensen los demás. Haga todo lo posible para acercarse a él. Jesús lo llama ahora mismo: “… hoy es necesario que pose yo” en tu corazón. ¿Lo dejará pasar de largo, sin abrirle la puerta? Zaqueo no imaginaba que Jesús lo conocía y discernía su deseo de verle. Quizás usted piense que nadie se da cuenta de su sed espiritual. Sin embargo, el Señor lo conoce por su nombre y comprende sus deseos más profundos. Él vino a este mundo para colmarlos, pero desea que usted le abra la puerta de su corazón para llenarlo de gozo. Apocalipsis 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.¡Permítale entrar!

miércoles, 13 de agosto de 2014

LA PACIENCIA ES AMARGA PERO SUS FRUTOS SON DULCES

La prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna. Santiago 1:3-4 La tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza. Romanos 5:3-4 Generalmente empleamos la palabra «pa*ciencia» para designar la capacidad de alguien para esperar, ya sea en una vía congestionada, en la fila del supermercado, a su cónyuge que siempre llega tarde… En los versículos del encabezamiento, la paciencia designa la capacidad espiritual que el creyente puede adquirir para atravesar con serenidad y sin desanimarse los momentos difíciles. Cuando la practicamos así, porque esto agrada al Señor, la paciencia pasa a ser una virtud que nada tiene que ver con el fatalismo o la resignación ante circunstancias que no podemos cambiar. El creyente sabe que la prueba no viene por casualidad, pues “el Señor prueba los corazones” (Proverbios 17:3). Dios la permite con un objetivo muy preciso: “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” (Hebreos 12:11). Dios también mide la prueba, y no dejará que vaya más allá de lo que podemos soportar (1 Corintios 10:13). El creyente puede tener paciencia porque confía en Dios, ese Padre todopoderoso y totalmente sabio que lo ama. Por ello acepta sin quejarse las dificultades que se le presentan. Si las vive con el Señor, en sumisión y confianza, puede atravesarlas con serenidad. La prueba en las manos de Dios hará progresar a sus hijos en el conocimiento de lo que él es, es decir: amor, sabiduría, poder y fidelidad.

martes, 12 de agosto de 2014

PERO SI ESPERAMOS LO QUE NO VEMOS, CON PACIENCIA LO AGUARDAMOS...

La esperanza que os está guardada en los cielos. Colosenses 1:5 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera. Hebreos 11:1 Se cuenta que un general romano iba de la Galia a Italia con lo que quedaba de su ejército victorioso. Los soldados caminaban con mucha dificultad al atravesar los Alpes. Algunos incluso estaban dispuestos a renunciar a ascender por las rocosas cumbres. Mientras continuaban escalando pesadamente, la nieve los azotó y los más intrépidos se desanimaron. Entonces el victorioso general se subió a una roca y, señalando el límite de la cumbre, gritó: «¡Soldados! ¡Más allá de esta línea está Italia!». ¡Oh, Italia! ¡Campos fértiles, maravillosos huertos, ríos, el hogar… un padre, una madre, una esposa, hijos, una prometida! Entonces aquellos corazones desalentados cobraron ánimo y los músculos se fortalecieron. Así la legión atravesó el último obstáculo. Más allá de esta tierra, después de muchas pruebas, tenemos la segura esperanza de ir al cielo. ¿Qué significa el cielo para el creyente? Estar con Jesús para siempre en la perfecta felicidad. Lo que nos permite ir al cielo no es el hecho de haber atravesado las dificultades con valentía, sino el don gratuito de Aquel que dijo: “Voy, pues, a preparar lugar para vosotros… para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:2-3). Allá el Señor también dará las recompensas que prometió a los que, por pura gracia, le hayan servido fielmente. ¡Ánimo, amigo cristiano, algunos pasos más y estará en su casa, la casa del Padre junto a Jesús! “De esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 1:11).

lunes, 11 de agosto de 2014

EL EVANGELIO DE JESUCRISTO ES SENCILLO, AUNQUE LOS RELIGIOSOS DE TURNO COMO LOS DE ANTES LO COMPLICAN...

Marcos 12:28-34 Acercándose uno de los escribas, […] le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? —Marcos 12:28 Según la revista Forbes, especializada en temas económicos y financieros, en la mayoría de los países, las leyes y los códigos que rigen la actividad impositiva son prácticamente innumerables. Es más, estas leyes se han vuelto tan complejas que aun a los expertos les resulta complicado y pesado procesar todas las reglamentaciones. Los líderes religiosos de la antigua Israel hacían lo mismo en cuanto a su relación con Dios. Las leyes que tenían eran sumamente complicadas. El peso de las reglamentaciones religiosas había aumentado de tal manera que aun un experto en la ley de Moisés luchaba para entender su esencia. Cuando uno de esos líderes le preguntó a Jesús qué era lo más importante de los mandamientos, Él respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos» (Marcos 12:30-31). La ley de Moisés era pesada, pero la fe en Cristo es sencilla, y su «yugo es fácil» (Mateo 11:30). Es fácil porque Dios estuvo dispuesto a perdonarnos y amarnos. Y ahora, el Señor nos capacita para que lo amemos a Él y a nuestro prójimo. —El amor de Dios en nosotros abre nuestro corazón a Él y a los demás.

viernes, 8 de agosto de 2014

REVELACIONES A TRAVÉS DE UN HORMIGUERO

A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer. Juan 1:1, 14, 18 Un naturalista reconocía perfectamente la huella del Creador en todo lo que descubría a través de su microscopio, pero había algo que no se explicaba: ¿Cómo pudo Dios, el creador de todas las maravillas del universo, darse a conocer a la humanidad? Un día, cuando caminaba por el campo, se detuvo al pie de un hormiguero. Cada vez que su sombra cubría la multitud de hormigas, éstas se mostraban muy agitadas. «Si estas hormigas supiesen cuánto me intereso en ellas, pensó, dejarían de atormentarse debido a mi presencia». El naturalista, siguiendo con sus reflexiones, se preguntó si algún día el hombre podría comunicar con las hormigas. Y llegó a la conclusión de que no era posible, pues, para hacerlo, el hombre tendría que volverse una hormiga. De repente le surgió una idea: «Eso fue lo que sucedió con nosotros. ¡El Dios que creó este mundo debía hacerse hombre para que los hombres pudieran conocerlo y saber cuáles son sus sentimientos y pensamientos!». En efecto, Dios se hizo hombre. Jesucristo, el Hijo de Dios, tomó nuestra condición para traducir en nuestro lenguaje lo que de otra manera no se hubiese podido comunicar. “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9). “Ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar” (Mateo 11:27). Sus palabras y su conducta revelaron perfectamente a Dios a los hombres, para que lo conociesen a Él, el único verdadero Dios, y a Aquel a quien envió, Jesucristo (Juan 17:3).

jueves, 7 de agosto de 2014

SURFISTAS ESPIRITUALES

Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia. 2 Tesalonicenses 2:16 Esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria. 2 Corintios 4:17 Un hermoso día de verano, en la bahía de Biarritz (Francia), observamos fascinados la habilidad de los surfistas. De pie en su tabla de windsurf, mantenían el equilibrio sobre la cresta de una ola más alta que ellos y así eran llevados hasta que la ola se desvanecía en la orilla. ¡Qué diferencia entre el nadador que es llevado por esas fuertes olas y el surfista que navega sobre ellas! Esta es una ilustración de lo que debería ser un creyente. En vez de dejarnos engullir por las olas de las pruebas y las dificultades de la vida, fijemos nuestra mirada en nuestro Salvador; así podremos caminar con él sobre las olas. Esto fue lo que el apóstol Pablo recordó a los creyentes de Roma. Las pruebas podrían ser, incluso, un motivo de gozo para ellos, pues los llevaban a apreciar mucho más su esperanza y a confiar en el amor de Dios (Romanos 5:3-5). Hay situaciones en las que podemos experimentar que él es el “Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones” (2 Corintios 1:3-4). Pero sobre todo nos muestra la gloria y la bienaventurada esperanza que nos aguarda. Así nuestra mirada se fija, no en las cosas visibles que nos hacen sufrir, sino en el futuro celestial que nos está esperando, donde no “habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apocalipsis 21:4).