miércoles, 30 de abril de 2014

AL DISCIPLINARNOS DIOS TAMBIÉN NOS DEMUESTRA SU AMOR

LEA: Salmo 51:1-13 Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido. —Salmo 51:8 Hace años, jugaba como guardameta en un equipo de fútbol universitario. No puedo describir aquí cómo nos divertíamos, pero tuve que pagar un alto precio… hasta el día de hoy. Ser portero significa estar constantemente arriesgando el cuerpo para impedir que el otro equipo marque goles, lo cual suele generar lesiones. Durante una temporada, ¡me fracturé una pierna y varias costillas, me luxé un hombro y perdí el conocimiento! Ahora, en especial los días de frío, tengo dolorosos recuerdos de aquellos tiempos. David también tenía recuerdos de huesos rotos, pero sus lesiones eran espirituales, no físicas. Después de su colapso moral por el amorío con Betsabé y el asesinato de su esposo, Dios lo disciplinó con firmeza. Pero después, el rey se arrepintió y oró: «Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido» (Salmo 51:8). La disciplina divina fue tan aplastante que David sentía como si tuviera los huesos fracturados. No obstante, confiaba en que el Dios de gracia lo sanaría y le devolvería el gozo. En medio de nuestros pecados y fracasos, es consolador saber que el Señor nos ama lo suficiente como para restaurarnos con su disciplina. La mano de Dios al disciplinar es una mano de amor.

martes, 29 de abril de 2014

CUANDO PUEDO HACERLO TODO

LEA: Gálatas 6:1-10 Cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro. —Gálatas 6:4 Eliana, de cuatro años, estaba ayudando a su mamá a recoger algunas de sus cosas antes de ir a dormir. Cuando la madre le dijo que guardara la ropa que había sobre la cama, la niña no aguantó más. Se dio la vuelta, puso sus manitos en la cintura y exclamó: «¡No puedo hacerlo todo!». ¿Te sientes así a veces con las tareas que Dios te ha llamado a hacer? Es fácil sentirse abrumado por las actividades en la iglesia, testificar de Cristo y criar una familia. Tal vez suspiramos exasperados y oramos: «Señor, ¡no puedo hacerlo todo!». Sin embargo, las instrucciones de Dios indican que sus expectativas no deben abrumarnos. Por ejemplo, al tratar con otros, se incluye esta característica: «Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres» (Romanos 12:18). Dios entiende nuestras limitaciones. Otra: «Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor…» (Colosenses 3:23). No exige perfección, como para impresionar a los demás, sino que simplemente lo honremos con nuestro trabajo. Y una más: «Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro» (Gálatas 6:4). No hacemos obras para competir con los demás, sino simplemente para cumplir con nuestra responsabilidad. En su sabiduría, Dios nos ha equipado para hacer exactamente lo que desea que hagamos… ¡y sin duda, eso no es hacerlo todo! Cuando Dios asigna algo, también nos capacita para hacerlo. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. (Filipenses 4:13)

lunes, 28 de abril de 2014

QUÉ APTITUD TOMAR ANTE PREGUNTAS INQUISITIVAS

1 Pedro 3:8-17 … estad siempre preparados para presentar defensa […] ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros. —1 Pedro 3:5; "... Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. (Juan 8:6) Mientras viajaba en un tren, pocos años después de la guerra civil en los Estados Unidos, el general Lew Wallace se encontró accidentalmente con un colega del ejército, el coronel Robert Ingersoll. Este era uno de los agnósticos más notorios del siglo xix, y Wallace era un hombre de fe. Cuando la conversación entre ambos se centró en sus diferencias espirituales, el general se dio cuenta de que era incapaz de responder a las preguntas y las dudas del coronel. Avergonzado por su falta de conocimiento sobre su fe, Wallace empezó a escudriñar las Escrituras para hallar las respuestas. El resultado fue su exposición de la persona del Salvador en su clásica novela histórica Ben Hur: Una historia del Cristo. Las preguntas inquisitivas de los escépticos no tienen que ser una amenaza para nuestra fe, sino que deben motivarnos a estudiar más y a prepararnos para responder con sabiduría y amor a quienes cuestionen nuestra fe. El apóstol Pedro nos instó a buscar la sabiduría de Dios en las Escrituras, al escribir: «estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros» (1 Pedro 3:15). No es necesario que tengamos una respuesta para todas las preguntas, pero sí precisamos coraje, confianza y convicción para hablar de nuestro amor a Cristo y de la esperanza que tenemos. —Cristo es la respuesta final a las preguntas más importantes de la vida.

sábado, 26 de abril de 2014

COMO CONSEGUIR EL FAVOR DE DIOS EN CIERTAS OCASIONES

Lectura: 2 Crónicas 12:1-8 Si se humillare mi pueblo […] y oraren, […] y se convirtieren de sus malos caminos; entonces […] perdonaré sus pecados… —2 Crónicas 7:14 El vídeo comienza con una perrita parada en la parte superior de una escalera, que tiene miedo de bajar. A pesar de todo el ánimo que le imparten las personas que están abajo, Camila no sabe cómo hacer. Está desesperada por llegar hasta ellos, pero el miedo le impide moverse. Entonces, aparece un perro más grande para ayudarla. Sultán empieza a subir y bajar la escalera, para mostrarle a Camila lo fácil que es. Camila no está convencida. Sultán intenta de nuevo, pero esta vez más lentamente. Después, ve que Camila trata de bajar, pero todavía tiene mucho miedo. Una vez más, Sultán va hasta arriba y demuestra la técnica. Por fin, Camila deja que sus patas traseras sigan a las de adelante. Sultán permanece a su lado. ¡Lo logra! ¡Todos celebran! ¡Qué cuadro tan hermoso del discipulado! Pasamos mucho tiempo tratando de enseñarles a otros a subir, pero lo más importante y difícil es aprender a «bajar». A lo largo de todas las Escrituras, leemos que Dios desea que seamos humildes. Como el pueblo de Judá se había humillado, el Señor declaró: «no los destruiré» (2 Crónicas 12:7). En numerosas ocasiones, Dios demostró humildad al haber descendido (Éxodo 3:7-8; 19:10-12; Miqueas 1:3). Finalmente, envió a Jesús, quien pasó su vida enseñando la técnica que debemos seguir (Filipenses 2:5-11). —Si primero no aprendes a ser humilde, el resto de las lecciones no sirven para nada.

viernes, 25 de abril de 2014

"...y señoread en los peces de mar...,"

Lectura: Juan 1:6-14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria…). —Juan 1:14 Descubrí que administrar un acuario de agua salada no es tarea fácil. Tenía que utilizar un laboratorio químico portátil para monitorear los niveles de nitrato y el contenido de cloro. Agregaba vitaminas, antibióticos, sulfato y enzimas. Filtraba el agua a través de fibra de vidrio y carbón. Tal vez pienses que mis peces estaban agradecidos, pero no es así. Cuando mi sombra se asomaba encima del tanque para alimentarlos, se sumergían para esconderse en el caparazón más cercano. Yo era demasiado grande para ellos; no comprendían mi proceder. No sabían que mis actos eran misericordiosos. Modificar su percepción hubiese requerido alguna forma de encarnación: tendría que haberme convertido en pez y «hablar» con ellos de alguna manera que pudieran entender, lo cual era imposible. Dios vio que ésto se tornaba complicado para el hombre mortal en su relación con la creación sujetada e hizo lo que hace el verdadero maestro: mostrar con sus hechos cómo se atiende no sólo a la creación sino lo más importante que es la salvación del hombre. Según las Escrituras, Dios, el Creador del universo, hizo algo que parece imposible. Descendió a la Tierra en forma humana, como un bebé. Juan declara: «el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció» (1:10). Por eso, Él, que creó la materia, tomó forma dentro de ella, tal como un escritor podría convertirse en un personaje dentro su propia obra. El Señor escribió una historia, con personajes reales, en las páginas de la historia verdadera. «Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros» (v. 14). —Dios entró en la historia humana para mostrarnos como enseñorearnos de su creación y ofrecernos el regalo de la vida eterna, obviamente ÉL es el Señor de Señores.

jueves, 24 de abril de 2014

COMO MOSTRAR LAS BONDADES DE DIOS.

Lectura: Hechos 4:1-13 … en el nombre de Jesucristo […], por él este hombre está en vuestra presencia sano. —Hechos 4:10 Viajaba con un grupo de hombres cuando detectamos a una familia varada al costado del camino. Mis amigos detuvieron el automóvil de inmediato para ayudarlos. Lograron poner el motor en funcionamiento, hablaron con el matrimonio y les dieron dinero para comprar combustible. Cuando la mujer les agradecía una y otra vez, ellos respondieron: «Es un placer ayudarlos, y lo hacemos en el nombre de Jesús». Cuando seguimos camino, pensé en la naturalidad con que estos amigos ayudaron a esas personas necesitadas y reconocieron que el Señor era la fuente de su generosidad. Pedro y Juan exhibieron esa misma actitud generosa y llena de gozo cuando sanaron a un paralítico que mendigaba en la puerta del templo de Jerusalén (Hechos 3:1-10). Esto hizo que los arrestaran y los llevaran ante las autoridades, las cuales preguntaron: «¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto?». Entonces, Pedro respondió: «Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, […] sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano» (Hechos 4:7-10). La bondad es fruto del Espíritu (Gálatas 5:22) y un contexto poderoso en el cual hablarles de manera genuina a los demás sobre el Señor Jesucristo. —Una obra bondadosa puede enseñar más sobre el amor de Dios que muchos sermones.

lunes, 21 de abril de 2014

Y EL ULTIMO ENEMIGO QUE SERÁ DERROTADO ES LA MUERTE

LEA:1 Corintios 15:26 y Juan 5:24-30 … vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; […] y […] saldrán a resurrección de vida… —Juan 5:28-29 Una pintura antigua que vi hace poco me impactó profundamente. Su título, Anastasis, significa «resurrección», y muestra de manera asombrosa la triunfante victoria de Cristo sobre la muerte. El Señor Jesús, recién salido de la tumba, saca a Adán y Eva de sus féretros, para darles vida eterna. Lo asombroso de esta obra de arte es su forma de mostrar que la muerte física y la espiritual, resultados de la caída, fueron radicalmente revertidas por el Cristo resucitado. Antes de su muerte en la cruz, el Señor Jesús predijo que, un día, llamará a los creyentes a una existencia nueva y glorificada: «vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y […] saldrán» (Juan 5:28-29). Por la victoria de Cristo sobre la muerte, la tumba no es el final. Es natural sentir tristeza y dolor cuando nos separamos de las personas a quienes amamos en esta vida. Pero el creyente no se desconsuela como los que no tienen esperanza (1 Tesalonicenses 4:13). El testimonio de la resurrección de Cristo es que, un día, todos los creyentes en Él serán levantados de sus tumbas para ser revestidos de cuerpos glorificados (1 Corintios 15:42-44). Y entonces, «estaremos siempre con el Señor» (1 Tesalonicenses 4:17). Porque Cristo vive, nosotros también viviremos.

domingo, 20 de abril de 2014

RESUCITÓ..., ¡COMO DIJO...! Y POR LO TANTO NOSOTROS VIVIMOS EN RESURRECCIÓN CONSTANTE PARA DIOS

Lectura: Hebreos 10:11-18 No está aquí, pues ha resucitado, como dijo… —Mateo 28:6 Una amiga mía, maestra de preescolar, escuchó sin querer una conversación entre sus alumnos. La pequeña María lanzó la pregunta: «¿Quién ama a Dios?». Todos respondieron: «¡Yo! ¡Yo! ¡Yo!». Guillermito dijo: «Yo amo a Jesús». A lo cual, Carla protestó: «Pero Él murió». El niño respondió: «Sí, ¡pero cada Semana Santa resucita!». Es evidente que Guillermito todavía tiene que aprender algunas cosas sobre la Pascua. Sabemos que Jesús murió una vez y para siempre (Romanos 6:19; Hebreos 10:12), y que, por supuesto, resucitó de los muertos una vez. Tres días después de pagar en la cruz la pena por nuestros pecados, el Jesús inmaculado conquistó la muerte al resucitar de la tumba y destruir el poder del pecado. Este último sacrificio de sangre abrió el único camino para que ahora tengamos una relación personal con Dios y un hogar con Él para la eternidad. «Cristo murió por nuestros pecados […]; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día» (1 Corintios 15:3-4). Prometió preparar un lugar para nosotros (Juan 14:1-4) y que un día volverá. Llegará el momento en que estemos con nuestro Salvador resucitado. Por esta razón, cada Semana Santa (en realidad, todos los días del año) tenemos un motivo para celebrar la resurrección de nuestro Salvador. «Bendeciré al Señor en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca» (Salmo 34:1). —La resurrección de Cristo es la razón de nuestra celebración.

sábado, 19 de abril de 2014

HACIA DONDE REDIRIGIR LOS HALAGOS Y RECONOCIMIENTOS DE NUESTROS LOGROS Y CONQUISTAS

Lectura: Romanos 5:1-11 … también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo… —Romanos 5:11 Nunca olvidaré el Domingo de Resurrección de 1993, cuando Bernhard Langer ganó el torneo Masters de golf. Cuando se retiró del hoyo 18 para recibir la chaqueta verde, uno de los premios más codiciados de este deporte, un periodista le dijo: «¡Este debe de ser el día más maravilloso de su vida!». Sin pensarlo ni un instante, Langer respondió: «Es maravilloso ganar el torneo más importante del mundo, pero es mucho más significativo hacerlo el Domingo de Resurrección, para celebrar la resurrección de mi Salvador y Señor». Langer tuvo la oportunidad de jactarse de su logro, pero en cambio, dirigió la atención hacia Jesucristo. Pablo estaba refiriéndose exactamente a esto cuando escribió: «… también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación» (Romanos 5:11). Es fácil buscar maneras de atraer la atención hacia nuestros logros personales y hacer una lista mental de las cosas que nos hacen «geniales». Aun Pablo admitía que tenía mucho de lo cual jactarse, pero que consideraba todo eso como «basura» en comparación con conocer a Cristo (Filipenses 3:8). Haríamos bien en seguir su ejemplo. Así que, si tienes realmente algo de qué jactarte, que sea en Jesús y en lo que Él hizo y hace por ti. Busca oportunidades para que toda la atención se centre en Cristo. —No puedes gloriarte en Cristo mientras estés ocupado en ti mismo.

viernes, 18 de abril de 2014

¡ESTOY VIVO!¡VERDADERAMENTE, GRACIAS A DIOS!

Efesios 2:1-10 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados. —Efesios 2:1 Laura Brooks, de 52 años y madre de dos hijos, no lo sabía, pero era una de las 14.000 personas cuyo nombre, en el 2011, se había ingresado en la base de datos del gobierno de los Estados Unidos como muerta. Se preguntaba por qué ya no recibía el subsidio por discapacidad y rechazaban sus cheques para pagar las cuotas de un crédito y el alquiler. Fue al banco para aclarar la situación, ¡pero el representante le dijo que habían cerrado sus cuentas porque estaba muerta! Evidentemente, había un error. El apóstol Pablo no estaba equivocado cuando dijo que los creyentes de Éfeso estaban antes muertos… espiritualmente. Muertos en el sentido de que se encontraban separados de Dios, eran esclavos del pecado (Efesios 2:5) y estaban sujetos a la ira divina. ¡Qué condición tan desesperante! Sin embargo, Dios, en su bondad, se puso en acción para revertir esta condición, tanto para ellos como para nosotros. El Dios vivo, «el cual da vida a los muertos» (Romanos 4:17), derramó su abundante misericordia y gran amor al enviar a su Hijo Jesús a este mundo. Mediante la muerte y la resurrección de Cristo, somos hechos vivos (Efesios 2:4-5). Cuando creemos en la muerte y la resurrección de Jesucristo, pasamos de muerte a vida. ¡Ahora vivimos para regocijarnos en la bondad del Señor! —Aceptar la muerte de Jesús me da vida.

jueves, 17 de abril de 2014

COMO AYUDAR

LEA: Génesis 41:46-57 Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. —Génesis 41:39 Después de un tiroteo en una escuela primaria, donde murieron varios niños, muchas personas se sintieron impulsadas a ayudar. Algunas donaron sangre para los heridos, otras ofrecieron a los colaboradores almuerzos y café sin cargo en sus restaurantes. Algunas escribían cartas de consuelo o simplemente abrazaban a los afectados. Enviaban dinero y ositos de regalo para los niños u ofrecían consejos. La gente encontraba maneras de servir según su personalidad, capacidad y recursos. La historia de José, en la Biblia, relata cómo utilizó sus talentos para jugar un papel importante al brindar su ayuda a las personas para que sobrevivieron a una hambruna de siete años (Génesis 41:53-54). En su caso, él pudo anticiparse a la situación, ya que sabía que se acercaba una época difícil. Después de advertirle a Faraón, el rey de Egipto, que vendrían años de escasez, este lo puso a cargo de los siete años de preparativos. José utilizó la sabiduría y el discernimiento que Dios le dio para preparar la nación (41:39). Después, cuando «el hambre estaba por toda la extensión del país […] abrió José todo granero» (v. 56). Pudo incluso ayudar a su propia familia (45:16-18). Estas historias revelan el sentir del corazón de Dios por el mundo. Él nos ha preparado y nos ha hecho lo que somos para que nos ocupemos de los demás de todas las maneras en que nos guíe a hacerlo. La compasión brinda lo necesario para sanar.

miércoles, 16 de abril de 2014

EL ADOPTADO DEBE VIVIR CON LA FAMILIA QUE LO ADOPTÓ

Lectura: Gálatas 3:26–4:7 Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. —Gálatas 3:26 Lisa y Charles Godbold adoptaron a Maurice Griffin cuando tenía 32 años, después que este había vivido bajo su custodia temporal durante 20 años. Aunque Maurice ya era adulto y vivía solo, la adopción había sido siempre el anhelo de la familia. Cuando se volvieron a reunir y se oficializó la adopción, comentó: «Este es probablemente el momento más feliz de mi vida […]. Soy feliz de estar en mi hogar». Los que nos unimos a la familia de Dios tal vez nos referimos a ese momento como el más feliz de nuestra vida. Cuando aceptamos por fe a Cristo como Salvador, nos convertimos en hijos de Dios, y Él se vuelve nuestro Padre celestial. La Biblia afirma: «Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús» (Gálatas 3:26). Como hijos adoptados por Dios, también tenemos hermanos en la fe en Cristo, y todos compartimos una herencia eterna (Colosenses 1:12). Además, el Espíritu de Cristo mora en nuestro corazón y nos permite orar utilizando el nombre Abba, Padre (Gálatas 4:6), como si un niño dijera: «Papito». Ser hijo de Dios significa experimentar la intimidad y el sentimiento de protección de un Padre que nos ama, acepta y desea conocernos. Nuestra adopción para formar parte de su familia es una maravillosa bienvenida a casa. —Los brazos de Dios siempre están abiertos para dar la bienvenida a casa a sus hijos.

martes, 15 de abril de 2014

CON UN POCO DE AZÚCAR

Salmo 19:7-14 … Los juicios del Señor son verdad, todos justos. […] dulces más que miel, y que la que destila del panal. —Salmo 19:9-10 ¿Dónde está Mary Poppins cuando la necesitas? Sé que suena como si anhelara aquellos buenos tiempos pasados cuando las películas idealistas y alegres presentaban personajes como esa institutriz ficticia, pero lo que en verdad deseo es que haya personas con una visión realmente optimista del futuro. Estoy ansiosa de ver personas gozosas y creativas que puedan mostrarnos el lado positivo de lo que consideramos negativo, que sean capaces de recordarnos que «la peor medicina, con azúcar gustará». David escribió una canción que expresaba una verdad similar: «Los juicios del Señor son […] dulces más que miel» (Salmo 19:9-10). Raras veces oímos que la verdad sea dulce. Lo más frecuente es escuchar que es amarga y difícil de absorber. Pero la verdad es mucho mejor que un remedio para tratar lo que anda mal. Es la dieta que previene la enfermedad. No es una inoculación ni una inyección, sino una comida gourmet que debería presentarse como un deleite culinario y que seduce al hambriento para que guste y vea que el Señor es bueno (34:8). Cantamos «¡Jesús, qué dulce nombre!», pero algunos lo presentamos como si se hubiese vuelto amargo. La verdad pura, que no está manchada por la soberbia, es el sabor más dulce y renovador de todos para quienes están hambrientos de sustento espiritual. Y nosotros tenemos el privilegio de servírsela a un mundo que está muriendo de inanición. —Tu justicia es justicia eterna, y tu ley la verdad. —Salmo 119:142

lunes, 14 de abril de 2014

IDENTIDAD EQUIVOCADA

Bill Crowder Mateo 16:13-20 Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? —Mateo 16:15 Scott, mi hermano menor, nació cuando yo estaba en el último año de la escuela secundaria. Esta diferencia de edad generó una situación interesante cuando llegó el momento de que él fuera a la universidad. Nuestra mamá y yo lo acompañamos cuando viajó por primera vez a conocer las instalaciones donde se quedaría. Cuando llegamos, la gente pensó que éramos el padre y la abuela de Scott Crowder. Al final, nos cansamos de explicar que no era así. Independientemente de lo que dijéramos o hiciéramos, los vínculos correctos eran dejados de lado por este cómico caso de identidad equivocada. Jesús les preguntó a los fariseos sobre su identidad: «¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? Le dijeron: De David» (Mateo 22:42). La identidad del Mesías era un asunto crucial, y la respuesta de ellos fue correcta, pero incompleta. Las Escrituras afirmaban que el Mesías vendría y reinaría sobre el trono de su padre David, pero Jesús les recordó que, si bien David sería antepasado de Cristo, también sería algo más, ya que David lo trató de «Señor». Frente a una pregunta similar, Pedro respondió acertadamente: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente» (Mateo 16:16). Aún hoy, la pregunta sobre la identidad de Jesús es más importante que todas las demás, y es de relevancia eterna que no cometamos ningún error al entender quién es Él. No hay error más peligroso que confundir la identidad de Jesús.

domingo, 13 de abril de 2014

DETERMINACIÓN

Rut 1:6, 11-18; … Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. —Rut 1:16 Durante un informe televisivo sobre las dificultades de los refugiados desplazados en un país destruido por la guerra, me impactaron las palabras de una niña de diez años. A pesar de tener pocas posibilidades de volver a su casa, mostró un espíritu fuerte al declarar con calma y determinación: «Cuando volvamos, voy a visitar a mis vecinos y a jugar con mis amigos. Mi padre dice que no tenemos una casa, pero yo le dije que la íbamos a reparar». La tenacidad siempre tiene un lugar en la vida; en especial, cuando está arraigada en nuestra fe en Dios y en el amor a los demás. El libro de Rut comienza con tres mujeres unidas por la tragedia. Después de la muerte del esposo y de los dos hijos de Noemí, ella decidió volver a su casa en Belén e instó a sus nueras viudas a quedarse en su tierra, Moab. Orfa se quedó, pero Rut se comprometió a ir con su suegra: «Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios» (Rut 1:16). Cuando Noemí vio que ella estaba «tan resuelta a ir con ella» (v. 18), empezaron el viaje juntas. La obstinación tiene sus raíces en el orgullo, pero la entrega brota del amor. Cuando Jesús fue a la cruz, «afirmó su rostro para ir a Jerusalén» (Lucas 9:51). En su determinación a morir por nosotros, encontramos la decisión de vivir para Él. El amor exige compromiso.

sábado, 12 de abril de 2014

«¡QUÉ DIOS TAN PODEROSO!»

Salmo 29 Dad al Señor la gloria debida a su nombre… —Salmo 29:2 Un día, mi nieta Katie, de tres años, sorprendió a sus padres con un toque de sabiduría teológica. Les dijo: «Ustedes dos tuvieron hermanas que murieron. Entonces, Dios las llevó al cielo para que estuvieran con Él. ¡Qué Dios tan poderoso!». El poder ilimitado del Señor es un misterio; sin embargo, es lo suficientemente sencillo como para que un niño lo entienda. En su manera infantil de pensar, Katie sabía que si Dios podía hacer algo tan milagroso, eso significaba que era poderoso. Sin entender todos los detalles, comprendía que el Señor había hecho algo maravilloso al llevar a sus dos tías al cielo. ¿Con cuánta frecuencia nos detenemos en nuestro mundo más sofisticado y nos maravillamos pensando: ¡Qué Dios tan poderoso!? Probablemente, no tanto como deberíamos. No podemos saber cómo hizo Dios para que el cosmos existiera tras ordenarlo con su voz (Job 38–39; Salmo 33:9; Hebreos 11:3) ni cómo lo controla (Nehemías 9:6). Somos incapaces de entender cómo planeó y cumplió la encarnación de Jesús ni cómo hizo que su sacrificio en la cruz bastara para darnos salvación. Pero sí sabemos que estas cosas son ciertas. El poder de Dios: maravilloso sin medida, y al mismo tiempo, lo suficientemente claro como para que lo entendamos. Este es otro motivo para alabarlo. «Todo lo que Dios hace se caracteriza por la sencillez y el poder». —Tertuliano

viernes, 11 de abril de 2014

HAY ALGUIEN QUE SI SABE LO QUE TE ESTA PASANDO

En estos momentos de tu vida en los que te has encontrado triste, desilusionada, cansada, a veces quizás sin ánimos de nada, a lo mejor ha pasado por tu mente rendirte, y decir que ya no aguantas más que ya no soportas esta situación que estas atravesando en tu vida que por más que tratas de entender o buscar explicaciones no encuentras ninguna, en realidad no puedo decir que te entiendo por qué no se en realidad lo que estas sintiendo en estos momentos pero si quiero expresarte mi más sincero cariño, a lo mejor no podre estar físicamente a tu lado, ni brindarte la ayuda oportuna pero si puedo enviarte unas palabras de ánimo en una situación dura, si puedo hacerte saber que puedes contar conmigo a pesar de la distancia aunque pueden haber muchas veces que no entienda por lo que estés pasando o a lo mejor no logre comprender con exactitud cómo te sientes. Pero quiero decirte que Dios si sabe cómo te sientes como el conoce tu corazón y aunque tú sientas a veces que el silencio es demasiado que no aguantas más... Dios tiene cuidado de ti pues eres una vasija muy especial para él y aunque este proceso sea duro Dios no te desamparara mientras dure esto pues él te fortalecerá más y te dará las fuerzas necesarias para soportar y seguir adelante, él ve tu actitud también sabe que te esfuerzas, que eres valiente porque a pesar de todo no te has rendido y sigues confiando, sigues esperando, sigues creyendo en que eso tan anhelado llegara, que esa promesa se cumplirá en el momento perfecto. Por eso te animo a seguir firme por que tu recompensa llegara cuando menos te lo esperes, ese milagro por el que tanto has clamado ha de llegar solo mantente firme y sigue siendo valiente. Yo sé que tú no eres de las personas que retroceden, no eres de las que miran atrás, tú eres de las que no se rinden por más duras que estén las cosas pues a lo mejor ya hasta estas alturas has soportado bastante. Dios siempre ha estado contigo y sé que él obrara de una manera sorprendente en tu vida, porque así es él pues hace cosas maravillosas que nuestra mente no puede comprenden pues sus pensamientos no son iguales a los nuestros. Él tiene todo bajo control y sé que estas en sus manos y siempre ha estado pendiente de ti, seguirá dándote lindos detalles porque eres muy amada por él, eres la niña de sus ojos. Confío en que pronto estarás bien, que Dios hará un gran milagro en tu vida y será glorificado su nombre por las maravillas que hará en ti.

jueves, 10 de abril de 2014

A LA IZQUIERDA

Dennis Fisher Gálatas 5:1-14 Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. —Gálatas 5:14 Al haber nacido en un país donde se conduce por la derecha, me resulta interesante que, en otros, los automóviles avancen por el lado izquierdo del camino. Una vez, estando en Inglaterra, oí a un guía turístico de Londres que explicaba una posible razón de esta ley: «En el siglo xix, los peatones y los carros tirados por caballos usaban los mismos caminos. Cuando un carro estaba a la derecha, podía ser que el látigo de un jinete golpeara a un peatón. Para evitar este peligro, se promulgó una ley que exigía que todos los carros anduvieran por el lado izquierdo del camino, para que los caminantes no sufrieran ninguna lesión». Así como las reglas de tránsito son para beneficiarnos y protegernos, lo mismo sucede con los mandamientos de Dios. Como Él nos ama, nos los ha dado para nuestro beneficio. Pablo escribe: «Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Gálatas 5:13-14). Al aplicar la Palabra de Dios a nuestra vida, tengamos en mente que el Dios de gracia nos ha dado instrucciones para ayudarnos a amarlo más a Él y a interesarnos en los demás. La Biblia tiene tesoros de sabiduría para descubrir.

miércoles, 9 de abril de 2014

AMADO PARA AMAR

Deuteronomio 10:12-22 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor… —Deuteronomio 10:19 La vida de Dietrich Bonhoeffer corría peligro cada día que permanecía en la Alemania de Hitler, pero, de todos modos, se quedó. Supongo que, al igual que el apóstol Pablo, anhelaba estar en el cielo, pero sabía que seguir donde estaba era el propósito de Dios en ese momento (Filipenses 1:21). Por eso, no se fue, y como pastor, lideró reuniones subterráneas y se opuso al régimen perverso de Hitler. A pesar del peligro diario, Bonhoeffer escribió Vida comunitaria, un libro sobre el ministerio de la hospitalidad. Puso a prueba sus principios mientras vivió y trabajó en un monasterio, y cuando estuvo preso. Pensaba que toda comida, tarea y conversación eran una oportunidad de mostrar a Cristo a los demás, aun bajo una gran tensión o estrés. En Deuteronomio, leemos que así como Dios se ocupó de los israelitas que dejaban Egipto, les ordenó que lo imitaran amando y hospedando a los extranjeros y a las viudas (10:18-19; Éxodo 22:21-22). Nosotros también somos receptores del amor de Dios y su Espíritu nos da poder para que lo sirvamos ministrando a otros de innumerables maneras, todos los días, mediante palabras y acciones bondadosas. En nuestro diario andar, ¿hay alguien que parezca solitario o perdido? Podemos confiar en que el Señor nos capacitará para transmitirle esperanza y compasión mientras vivimos y trabajamos juntos para Él. Entender el amor de Dios hacia nosotros nos permite amar más a los demás.

martes, 8 de abril de 2014

SUPERACIÓN PERSONAL

2 Corintios 3:7-18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados… —2 Corintios 3:18 Tengo un amigo que parece ser mejor que yo en todo. Es más inteligente, reflexiona con mayor discernimiento y sabe dónde encontrar mejores libros para leer. Incluso, juega mejor al golf. Pasar tiempo con él me desafía a convertirme en una persona mejor y más reflexiva. Su patrón de la excelencia me incentiva a cosas más importantes. Esto enfatiza un principio espiritual: es crucial que dediquemos tiempo a la Palabra de Dios para poder vincularnos con la persona de Cristo. Leer sobre su amor incondicional nos impulsa a amar sin demandas. Su misericordia y la gracia abundante que derrama sobre los más indignos hacen que me avergüence de mi tendencia a no perdonar y a buscar venganza. Descubro que mi gratitud aumenta cuando me doy cuenta de que, a pesar de mi pecado, el Señor me ha vestido con la hermosura de su justicia perfecta. Sus caminos asombrosos y su sabiduría sin igual me motivan y transforman. Es difícil estar satisfecho con mi vida tal como es cuando, en su presencia, soy impulsado a parecerme más a Él. El apóstol Pablo nos invita a disfrutar contemplando a Cristo. Al hacerlo, «somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen» (2 Corintios 3:18). Mantente cerca del Señor y nunca serás el mismo.

lunes, 7 de abril de 2014

FRUTILLAS POR DOQUIER

Anne Cetas Filipenses 4:1-5 … sean de un mismo sentir en el Señor. —Filipenses 4:2 Poco después de que mi esposo y yo nos mudamos a nuestra nueva casa, un hombre dejó un cajón de frutillas en la acera del frente. Le había puesto una nota donde decía que quería que la compartiéramos con los vecinos. Sus intenciones eran buenas, pero unos niños descubrieron el cajón antes que nadie y decidieron hacer una fiesta arrojándose frutillas junto a nuestra casa blanca. Cuando volvimos, vimos que unos muchachitos conocidos nos miraban desde detrás de una cerca. Habían «regresado a la escena del crimen», para ver cómo reaccionábamos ante semejante caos. Podríamos simplemente haberlo limpiado, pero para restaurar nuestra relación, nos pareció importante hablar con ellos y pedirles que nos ayudaran a quitar las manchas de frutilla. La vida puede volverse un caos con las luchas relacionales. Este fue el caso en la iglesia de Filipos. Dos siervas fieles, Evodia y Síntique, estaban en total desacuerdo. El apóstol Pablo le escribió a la iglesia para exhortar a sus miembros a solucionar sus problemas (Filipenses 4:2); además, quería que otra persona se acercara a ellas con un espíritu bondadoso: «Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio…» (v. 3). Al darnos cuenta de que todos hemos generado caos en la vida, podemos confiar en que el Señor nos ayudará a tratar amablemente a los demás. El amor verdadero confronta, pero también restaura.

domingo, 6 de abril de 2014

ELIGE LA VIDA

Deuteronomio 30:11-20 … escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando al Señor tu Dios, atendiendo a su voz… —Deuteronomio 30:19-20 ¿Cuál es la voluntad de Dios para mi vida? Esta pregunta me atormentaba mientras crecía. ¿Qué pasaría si no la descubría? ¿Y si no la reconocía? Su voluntad parecía como una aguja en un pajar: escondida, confundida con cosas parecidas, detrás de un sinnúmero de posibilidades falsas. Pero mi concepto de la voluntad de Dios estaba equivocado porque también lo estaba mi perspectiva de Él. Al Señor no le agrada vernos perdidos, vagando ni buscando, sino que quiere que conozcamos su voluntad. Por eso, lo hace de manera clara y simple. Ni siquiera presenta varias opciones, sino que da solo dos: «vida y bien» o «muerte y mal» (Deuteronomio 30:15). En caso de que no quede claro cuál es la mejor elección, también nos dice qué elegir: «escoge, pues, la vida» (v. 19). Escoger la vida es optar por Dios y por obedecer su Palabra. En el último discurso de Moisés a los israelitas, les rogó que tomaran la mejor decisión: «cumplir todas las palabras de esta ley. Porque […] es vuestra vida» (32:46-47). La voluntad de Dios para nosotros es la vida. Su Palabra es vida. Y Jesús es la Palabra, el Verbo. Tal vez el Señor no nos dé una receta para todas las decisiones, pero sí nos ha dejado un ejemplo perfecto para seguir: Jesucristo. Quizá la decisión correcta no sea fácil, pero cuando el Verbo es nuestra guía y la adoración nuestra meta, Dios nos concederá sabiduría para tomar decisiones buenas para nuestra vida. La prueba de la guía divina puede verse más claramente al mirar hacia atrás.

sábado, 5 de abril de 2014

SIN CONTAR

Mateo 20:1-16 Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros… —Mateo 20:16 La obra Amadeus trata de un compositor del siglo xviii que busca entender la mente de Dios. El devoto Antonio Salieri tiene un profundo deseo, pero no el talento, de crear una música inmortal. Lo enfurece pensar que Dios, en cambio, ha derramado en abundancia la mayor capacidad musical hasta entonces conocida sobre el travieso Wolfgang Amadeus Mozart. La obra plantea la misma cuestión que el libro de Job, pero a la inversa. El autor de Job se pregunta por qué Dios castiga al hombre más justo de la Tierra, mientras que el de Amadeus se cuestiona por qué recompensa a alguien tan poco merecedor. La parábola de Jesús sobre los obreros y sus jornales sumamente injustos aborda sin rodeos esta controversia. El dueño del campo contrata a algunos ociosos que andaban por ahí «a la hora undécima» (Mateo 20:6-7). Los otros obreros, que habían trabajado todo el día, quedan atónitos cuando ven que todos reciben el mismo salario. ¿Qué empleador en su sano juicio pagaría la misma cantidad por una hora de trabajo que por doce? Jesús no estaba hablando del aspecto económico, sino que su parábola se refería a la gracia, que no puede calcularse como el salario de un día. Dios da regalos, no salarios. La palabra «merecer» no existe en el reino de la gracia.

viernes, 4 de abril de 2014

CHEQUEAR EL ACEITE

Salmo 5 Oh Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré. —Salmo 5:3 Cuando les enseñé a mis hijas a conducir, incluí algunas instrucciones sobre el mantenimiento básico del automóvil. Visitamos una gasolinera donde aprendieron a revisar el nivel del aceite cada vez que ponían gasolina al coche. Hoy, después de muchos años, suelen recordarme mi repetida frase: «El aceite es barato; los motores son caros». Agregar un litro de aceite no es nada comparado con cambiar un motor. El mantenimiento también es importante en nuestra vida espiritual. Dedicar un tiempo todos los días para leer la Biblia, orar y escuchar a Dios es un elemento clave para evitar un mal funcionamiento. En el Salmo 5, David escribió: «Oh Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré» (v. 3). En el versículo siguiente, derramó su corazón en alabanza, gratitud y peticiones a Dios. Muchos consideran esencial empezar cada día con el Señor. Antes de revisar los e-mails, escuchar las noticias o desayunar, dedican a solas unos momentos de quietud para leer una porción de la Palabra de Dios, alabarlo por su grandeza, darle gracias por su amor y buscar su dirección. Otros pasan tiempo leyendo y orando en horarios diferentes del día. No es algo mágico… se trata de un mantenimiento, en el cual le pedimos al Señor todos los días que llene nuestro corazón con su presencia por el camino de la vida. —Señor, dame un intenso deseo de leer tu Palabra cada día y de alimentarme de ti. La verdadera estabilidad tiene sus raíces en la Palabra de Dios y la oración.

jueves, 3 de abril de 2014

¿QUE ENCIERRA UN NOMBRE?

Juan 1:35-42 … tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia… —Mateo 16:18 Un amigo mío le escribió una carta a su bebé recién nacido, la cual quería que leyera cuando creciera: «Mi querido hijo, papá y mamá desean que encuentres la Luz y que la sigas siempre. Tu nombre chino es Xin Xuan. Xin significa fidelidad, satisfacción e integridad; xuan quiere decir calidez y luz». Él y su esposa escogieron cuidadosamente un nombre basado en las esperanzas que tenían para el niño. Cuando Jesús cambió el nombre de Simón por Pedro/Cefas (Juan 1:42), no lo escogió al azar. Pedro significa «piedra», pero le llevó un tiempo vivir a la altura de su nuevo nombre. El relato sobre su vida lo describe como un pescador conocido por su rudeza… un tipo inestable. Pedro disintió con Jesús (Mateo 16:22-23), hirió a un hombre con una espada (Juan 18:10-11) e incluso negó al Señor (Juan 18:15-27). Pero en Hechos, leemos que Dios obró en y a través de él para establecer su iglesia. Sin duda, Pedro se convirtió en una roca. Si tú, como Pedro, sigues a Cristo, tienes una nueva identidad. En Hechos 11:26, leemos: «… a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía». El nombre «cristianos» significa «de Cristo». Ahora tu identidad está en Cristo. Esto eleva tu condición y te invita a convertirte en lo que aún no eres. Dios es fiel y completará su buena obra en ti (Filipenses 1:6). Honramos el nombre de Dios cuando lo llamamos Padre y vivimos como sus hijos.

miércoles, 2 de abril de 2014

TENES UN AMIGO

Salmo 23 [Jesús dijo] os he llamado amigos… —Juan 15:15 Una de las consecuencias irónicas del arrollador crecimiento de los medios de comunicación social es que, a menudo, nos aislamos cada vez más. Un artículo de Internet advierte: «Los que se oponen a llevar una vida primordial o exclusivamente en Internet sostienen que los amigos virtuales no sustituyen en forma adecuada a los de la vida real, y que […] los individuos que reemplazan con amigos virtuales los de carne y hueso se vuelven aun más solitarios y depresivos que antes». Dejando la tecnología de lado, todos enfrentamos temporadas de soledad en las que nos preguntamos si alguien sabrá o entenderá qué cargas soportamos o qué luchas tenemos, y si le interesará. No obstante, los seguidores de Cristo tenemos una certeza que brinda consuelo a nuestro corazón abatido: la presencia consoladora del Salvador. El salmista David plasmó esta promesa con palabras indiscutibles: «Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento» (Salmo 23:4). Ya sea que estemos aislados por decisión propia, por las tendencias culturales que nos rodean o por pérdidas dolorosas en la vida, los que conocemos a Cristo como Salvador podemos descansar en la presencia del Pastor de nuestro corazón. ¡Oh, qué amigo nos es Cristo! Los que conocen a Jesús como Amigo nunca están solos.

martes, 1 de abril de 2014

TOMATES GRATIS

Éxodo 35:20-29 Y vino todo varón a quien […] su espíritu le dio voluntad, con ofrenda al Señor para la obra del tabernáculo… —Éxodo 35:21 Mientras ponía las bolsas con alimentos en la cajuela de mi automóvil, miré de reojo el vehículo de al lado. Sobre el asiento trasero, vi canastos llenos de tomates bien colorados, brillantes y grandes… con mejor aspecto que todos los que había visto en el supermercado. Segundos después, cuando apareció la dueña del auto, exclamé: «¡Qué tomates hermosos!». A lo que ella respondió: «Tuve una buena cosecha este año. ¿Le gustaría llevar algunos?». Sorprendida ante su disposición para compartir, los acepté gustosa. Me regaló varios tomates para que llevara a casa, ¡y sin duda, el sabor era tan bueno como su aspecto! Los israelitas demostraron aun más generosidad cuando ofrendaron para construir el tabernáculo del Señor. Al pedirles que proveyeran materiales para el santuario, «vino todo varón a quien […] su espíritu le dio voluntad, con ofrenda al Señor para la obra del tabernáculo» (Éxodo 35:21). Entusiasmados, donaron joyas de oro, telas de colores, lino fino, plata, bronce, piedras preciosas y especias. Algunos también dieron de su tiempo y sus talentos (vv. 25-26). Si seguimos el ejemplo de los israelitas y ofrendamos generosamente de nuestros recursos, agradamos y honramos a Dios. El Señor, quien ve y conoce nuestros pensamientos y corazón, ama a los dadores alegres. Él mismo es el mejor ejemplo de generosidad (Juan 3:16). —Señor, ayúdame a dar con un corazón dispuesto. La condición de tu corazón es más importante que el tamaño de tu ofrenda.