sábado, 31 de diciembre de 2016

NO DEJES PARA MAÑANA LO QUE PUEDAS HACER HOY… DEJA QUE DIOS TE BENDIGA HOY.

… He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación (6:2). 2 Corintios 5:18–6:2 Nuestra nieta Maggie, de edad preescolar, y su hermana Katie, que va al jardín de infantes, llevaron varias mantas al patio trasero, donde construyeron una tienda para jugar. Ya habían estado allí durante un rato, cuando la madre escucho que Maggie la llamaba. « ¡Mamá, ven rápido! —Gritó Maggie—. ¡Quiero que Jesús entre en mi corazón y necesito ayuda!». Aparentemente, en ese momento, sintió claramente que necesitaba a Jesús y estaba lista para poner su fe en Él. El llamado urgente de Maggie pidiendo ayuda para confiar en Jesús me recuerda las palabras de Pablo en 2 Corintios sobre la salvación. El apóstol estaba exponiendo la realidad de que la venida de Cristo —incluso su muerte y resurrección— había instituido una era llamada «el momento propicio de Dios» (nvi). Actualmente, vivimos en dicho momento, y la salvación está a disposición de todos ahora mismo. Pablo afirmó: «He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación» (v. 2). Para todos los que todavía no han confiado en Jesús para ser perdonados, el momento de hacerlo es ahora. Es urgente. Quizá el Espíritu Santo esté alertándote sobre tu necesidad de poner tu fe en Jesús. No lo pospongas; haz como Maggie. Corre hacia Jesús. ¡Hoy es el día! Señor Jesús, pongo mi fe en ti. Perdona mis pecados. Sálvame hoy. Hoy es el mejor día para entrar en la familia de Dios.

lunes, 19 de diciembre de 2016

¡PADRE, PERDÓNALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN!

Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?… (Lucas 6:32). Jonás 3:10–4:11 En 1950, cuando empezó la guerra en Corea del Sur, Kim Chin-Kyung, de 15 años, se alistó en el ejército para defender su tierra natal. Sin embargo, no tardó en darse cuenta de que no estaba preparado para los horrores del combate. Mientras sus amigos morían a su alrededor, le rogó a Dios que lo protegiera y prometió que, si le permitía seguir con vida, aprendería a amar a sus enemigos. Sesenta y cinco años después, el Dr. Kim reflexionaba sobre esa oración respondida. A lo largo de décadas de ocuparse de los huérfanos y colaborar en la educación de jóvenes chinos y norcoreanos, se hizo amigo de muchos que antes consideraba enemigos. Actualmente, rechaza las calificaciones políticas y se autodenomina un amador, como una manera de expresar su fe en Jesús. El profeta Jonás dejó un legado diferente. Ni siquiera zafarse del vientre de un gran pez transformó su corazón, y aunque finalmente obedeció a Dios, dijo que prefería morir antes que ver que el Señor tuviera misericordia de sus enemigos (Jonás 4:1-2, 8). ¿Cuál es nuestra actitud? ¿Sentiremos lo mismo que Jonás por aquellos que odiamos o le pediremos a Dios que nos ayude a amar a nuestros enemigos como Él lo ha hecho con nosotros? Señor, soy propenso a amar solamente a quienes me aman. Dame la gracia para amar como lo hacía Jesús. El amor lo vence todo.

sábado, 17 de diciembre de 2016

ESTE JESÚS QUE NACIÓ SERÁ NUESTRO SALVADOR SI LO ACEPTAMOS

Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado (Salmo 32:1). Romanos 3:21-26 Cuando hablamos de nuestra fe en Jesús, a veces, usamos palabras que no entendemos ni explicamos. Una de ellas es justo. Decimos que Dios administra justicia y que hace justas a las personas, pero este puede ser un concepto difícil de comprender. La forma en que el idioma chino representa la palabra justicia es útil. Combina dos caracteres: la palabra de arriba es cordero; y la de abajo es yo. El cordero cubre o está encima de la persona. Cuando Jesús vino a este mundo, Juan el Bautista lo llamo «el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Juan 1:29). Necesitamos que se solucione el problema de nuestro pecado porque nos separa de Dios, cuya esencia y caminos son siempre perfectos y rectos. Debido a su gran amor por nosotros, a su Hijo Jesús «que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él» (2 Corintios 5:21). Jesús, el Cordero, se sacrificó y derramó su sangre, y se convirtió en nuestra «cobertura». Él nos hace justos, lo cual nos coloca en una relación correcta con Dios. Estar bien con Dios es un regalo de su parte. Jesús, el Cordero, es la forma en que Dios nos cubre. Señor, gracias por morir en la cruz por mí para cubrir y quitar mis pecados, y pueda tener una relación contigo. La única cobertura permanente para el pecado es la sangre de Cristo. 11Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. 12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. 13 Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús. 14 Y viendo al hombre que había sido sanado, que estaba en pie con ellos, no podían decir nada en contra. (Hechos 4:11-14)

lunes, 12 de diciembre de 2016

¿CUALES SON LAS INTENCIONES DE TU CORAZÓN?

1 Corintios 4:5… Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios. Intención no es más que el propósito o voluntad de hacer algo. La intención suele estar vinculada al deseo que motiva una acción y no a su resultado o consecuencia. La intención de alguien es algo que no podemos ver al momento de actuar o hacer algo pero si podemos ver la intención al ver la satisfacción que experimenta una vez alcanzado su objetivo. Cuando vamos a las intenciones de nosotros mismos nos damos cuenta que está muy ligada al deseo de hacer algo y como nuestros deseos están corrompidos pues debemos optar por ser cambiados. No hay nada que revele más la condición de nuestro corazón que nuestras propias intenciones. Las intenciones nos dicen a nosotros mismos como esta nuestro corazón. Nuestro carácter y forma de actuar en el momento difícil le habla a los demás de nuestro corazón pero nuestras intenciones nos hablan a nosotros mismos. Más allá de una acción Dios mira nuestras intenciones. No nos engañemos a nosotros mismos, muchas veces cuando vamos a hacer algo nuestras intenciones no son las mejores, por lo tanto cuando pasamos nuestra vida mintiéndonos a nosotros mismos pues terminamos viendo a Dios como un tonto. Dios no puede ser burlado, el conoce a fondo nuestro corazón, por eso cuando vamos a hacer algo con las intenciones equivocadas pues estas acciones no son aprobadas por Dios por más buenas que quieran parecer romanos 2:15-16, Romanos 8:27, hebreos 14:12. Podemos poner el ejemplo de un hombre millonario que no conoce a Jesús que una vez al año da juguetes a los niños y construye orfanatos para niños huérfanos, naturalmente hablando podemos ver que es una excelente obra de caridad, no hay duda sobre eso, pero cuando Dios examina su corazón se da cuenta que sus intenciones son las incorrectas, este hombre publica por todos los medios las obras que hace con el objetivo de ser aplaudido, recompensado por los hombres y para calmar la presión de sus familiares quienes lo presionan por tener tanto dinero y no invertirlo en algo productivo. Sus obras no vienen de una intención correcta por lo tanto no son aprobadas por Dios Mateo 6:1-4. Sus buenas obras no nacen de una corazón limpio, solo son superficiales, solo son externas pero en lo más profundo del corazón sus intenciones no son las mejores. Las buenas intenciones nacen de un corazón limpio es lo que trae aprobación delante de Dios Podemos poner otro ejemplo de un joven cristiano que lleva el evangelio a los perdidos, pero hay un problema y es que la mayoría de veces le predica a chicas, este chico pone como pretexto que le es más fácil predicarle a las chicas que a los chicos, pero cuando Dios va a sus intenciones se da cuenta que el chico es mujeriego, se hace pasar por evangelista cuando sus intenciones es conseguir amistades y contactos con chicas del mundo. Esto es lo que Dios llama en su palabra obras muertas. Las obras de los fariseos por más religiosas que parecían no fueron aprobadas por Dios porque sus intenciones no eran glorificar su nombre Mateo 23:5, Mateo 6:5,16-18. Las acciones de Judas por bien que parecían no fueron aprobadas por Dios porque sus intenciones estaban corrompidas Juan 12:1-6. Las obras con las intenciones incorrectas en algunos casos pueden ser buenas para los hombres pero nunca para Dios, Dios aprueba la buena intención del corazón. Es difícil tener buenas intenciones cuando nuestro corazón esta corrompido, cuando nuestro corazón está lejos de Dios, cuando nuestro corazón ha sido herido, cuando ha sido traicionado, cuando nuestro corazón solo profesa maldad, pero a la verdad no hay una excusa válida para no cambiar la intención de nuestro corazón porque Jesús pago el precio de tu sanidad en la cruz del calvario. Ya vez porque muchas de nuestras oraciones no son contestadas, porque le pedimos algo a Dios sabiendo él y tu corazón que son con las intenciones equivocadas. Si quieres que Dios apruebe lo que pides y recibas respuestas a tus oraciones cambia tus malas intenciones. Muchas personas le piden con ansias a Dios por una pareja supuestamente porque quieren tener un futuro pero a la verdad solo es para tener sexo, quizás sea para calmar la presión de grupo o quizás sea para exhibirse. Muchos que viven en el mundo van a la iglesia en busca de un milagro por un problema en sus riñones, y le piden a Dios que si los sana le servirán por toda la vida cuando sus intenciones son ser sanos para volver al mundo a tomar alcohol. El cambio de nuestras malas intenciones es un trabajo de Dios, no del hombre, ya que Dios es el único que cambia el corazón a medida que nos arrepentimos. Cuando el hombre pecó en el Huerto del Edén el perdió su inocencia y sus intenciones fueron corrompidas, y hasta que el hombre no se vuelva a Dios nuevamente sus intenciones no serán las mejores. Era tanta la inocencia del hombre (Adán y Eva) que ellos Vivian desnudos y no sentían vergüenza. Cada vez que voy a hacer algo y las intenciones no son las correctas mejor decido abortar lo que voy a hacer, y voy al lugar secreto a arrepentirme y a pedirle a Dios que cambie mi corazón, porque cuando veo una mala intención me doy cuenta que algo anda mal en mi corazón. Y Cuando no vamos a Dios para cambiar nuestras malas intenciones pues es obligatorio vivir por apariencia. Aparentamos lo mejor pero nuestro corazón esta corrompido, nuestras intenciones nos lo hace saber y aun así no queremos cambiar, porque ese cambio implica acercarnos a Dios y acercarnos a Dios implica alejarnos de lo que nos gusta. Ve a Dios sin temor que él nos ama y quiere lo mejor para nosotros, él quiere que seas sincero cuando oras, no que lo veas como tonto ocultado la verdadera intención de tu corazón. La oración sincera Dios la escucha y opta por cambiarte antes de bendecirte, así retendrás su bendición y la multiplicarás para toda la vida. Con todo este tema entendemos que todo lo que Dios permite en nuestra vida es con las mejores intenciones aun cuando veamos que pasamos por un tiempo de calamidad, en el corazón de Dios no existe corrupción por lo tanto sus intenciones son las mas excelentes. Nunca cambiaremos nuestras intenciones sino cambiamos nuestro corazón. Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. 2 Más sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. 3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? 4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? 5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, 6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: 7 vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, 8 pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; 9 tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, 10 pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; 11 porque no hay acepción de personas para con Dios. 12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; 13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. 14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.(Romanos 2:1-16) Oración: Dios padre y amado mío, tu nombre sea exaltado por siempre, pongo en una bandeja mi corazón para que tú lo cambies, son muchas las veces que he hecho cosas con las intenciones incorrectas, te pido perdón y me arrepiento, más que todo ayúdame a cambiar, sana mi corazón en el nombre de Jesús, amen.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

PARA QUE SEAN UNO

Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz (v. 3). Efesios 4:1-6 Es sumamente raro ver tres depredadores abrazarse y jugar juntos. Sin embargo, esto sucede todos los días en una reserva de animales en Georgia. En 2001, después de meses de negligencia y abusos, un león, un tigre de bengala y un oso negro fueron rescatados por el Refugio Animal Arca de Noé. «Podríamos haberlos separado —dijo el director adjunto—, pero, como llegaron siendo una especie de familia, decidimos mantenerlos juntos». Los tres se habían consolado mutuamente mientras los maltrataban, y, a pesar de las diferencias, vivían juntos en paz. La unidad es algo hermoso. Pero la unidad de la que les escribió Pablo a los creyentes de Éfeso era única. El apóstol los alentaba a vivir a la altura de su posición como miembros del cuerpo único de Cristo (Efesios 4:4-5). Por el poder del Espíritu Santo, serían capaces de vivir en unidad, cultivando la humildad, la mansedumbre y la paciencia. Estas actitudes también nos permiten soportarnos «los unos a los otros en amor» por el fundamento que compartimos en Cristo Jesús (4:2). A pesar de nuestras diferencias, como miembros de la familia de Dios, fuimos reconciliados con Él por medio de la muerte de nuestro Salvador, y los unos con los otros por la obra constante del Espíritu en nuestras vidas. Señor, ayúdame a crecer en el amor mutuo. Mantenemos la unidad al estar unidos al Espíritu. Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; 2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. 3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. 4 Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. 5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. 6 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. 7 Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; 8 porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. 9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, 10 y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. 11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. 12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese. 13 Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. 14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. 20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

viernes, 2 de diciembre de 2016

¿EL ES DIGNO DE TODO NUESTRO RECONOCIMIENTO Y AGRADECIMIENTO?

Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios (Salmo 103:2). Salmo 116:5-9 ¿Te hablas a veces interiormente? En ocasiones, mientras trabajo en algún proyecto (por lo general, debajo del capot de un automóvil), me resulta útil pensar en voz alta para evaluar qué hacer para mejorarlo. Si alguien me descubre en mi «conversación», me da un poco de vergüenza; aunque la mayoría de la gente habla sola en algún momento del día. En Salmos, los escritores solían hablarse a sí mismos. El autor del Salmo 116 no es la excepción. En el v. 7, escribe: «Vuelve, oh alma mía, a tu reposo, porque el Señor te ha hecho bien». Recordarse a sí mismo la bondad y la fidelidad de Dios en el pasado le resultaba de ayuda y consuelo en el presente. Con frecuencia, vemos «conversaciones» similares en los Salmos. Así, David se dice a sí mismo en el Salmo 103:1: «Bendice, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su santo nombre». Y en 62:5, afirma: «Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza». Es bueno recordarnos la fidelidad de Dios y la esperanza que tenemos en Él. Podemos seguir el ejemplo del salmista y pasar un tiempo mencionando las numerosas maneras en que el Señor ha sido bueno con nosotros. Hacerlo nos incentivará. El mismo Dios que ha sido fiel en el pasado seguirá amándonos en el futuro por lo que deberíamos pedirle nos muestre como corresponder tanto amor. Señor, quiero mantener mi corazón en contacto contigo. Recordar que la bondad de Dios puede mantenernos llenos de su paz.