lunes, 30 de junio de 2008

LA ACTITUD REBELDE

Jesús anuncia el reino de Dios. Israel como nación lo rechaza. Mantiene su actitud rebelde. Su expresión como pueblo es: No queremos que éste reine sobre nosotros… ¡Crucifícale, crucifícale!
-¿A vuestro rey he de crucificar?
-¡Crucifícale!
Esta es la respuesta de Israel con respecto a Jesucristo. Lo crucifica, lo desecha, lo desprecia. No acepta su reinado.
Mateo, cap. 11, nos hace sentir el lamento de Jesús sobre las ciudades de Israel. Ha ido primero a las ovejas perdidas de la casa de Israel, pero ellas le rechazaron. Entonces, Cristo dice: Ay de ti, Corazón. Ay de ti, Betsaída. Ay de ti Capernaum, que hasta los cielos fuiste levantada (¿qué lugar presenció tantos milagros como Capernaum?). ¡Hasta el infierno serás bajada! ¡Ay de ti, Betsaída! Porque si en Tiro y Sidón (ciudades gentiles) se hubieran hechos estos milagros, ya se habrían arrepentido. Con estas palabras Cristo cierra su ministerio, dirigido especialmente a Israel, y abre las puertas del reino para todas las naciones.

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