lunes, 21 de julio de 2014

¿HASTA NUESTRAS PALABRAS Y PENSAMIENTOS QUEDAN REGISTRADOS?

Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Mateo 12:36 Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu alabanza. Salmo 51:15 Huellas imborrables No me agradó nada descubrir la huella de un pequeño pie en la superficie de cemento fresco, por lo cual llamé a los cuatro niños y les pregunté: «¿Quién caminó por aquí, a pesar de haberles prohibido hacerlo?». Nadie me respondió, pero el tamaño de la huella delataba al culpable. Era una huella imborrable que recordaría a este niño su desobediencia cada vez que pasara por allí. Así sucede con algunos de nuestros errores. Pueden dejar en nuestra mente y en la de los que nos rodean huellas e impresiones desagradables que en algunos casos jamás podrán ser borradas durante nuestra vida en la tierra. Pero sobre todo recordemos que Dios conoce todos nuestros pensamientos, palabras y hechos. Es un pensamiento impresionante, el cual podría ser desesperante sin la luz que nos da la Palabra. Por nosotros mismos no podemos borrar del libro de la vida ninguno de nuestros pecados. Sin embargo, Dios mismo los borrará en nuestro lugar, si vamos a él confesándole nuestra culpa y creyendo en su Hijo muerto y resucitado. Él prometió: “A ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados. Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados… Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí” (Isaías 38:17; 43:25; 44:22).

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