domingo, 28 de agosto de 2016

¡GEDEÓN, VARON ESFORZADO Y VALIENTE!

Jueces 6:11-16 11 Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. 12 Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente. 13 Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas. 14 Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo? 15 Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre. 16 Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre. 17 Y él respondió: Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo. 18 Te ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti, y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti. Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas. 19 Y entrando Gedeón, preparó un cabrito, y panes sin levadura de un efa de harina; y puso la carne en un canastillo, y el caldo en una olla, y sacándolo se lo presentó debajo de aquella encina. 20 Entonces el ángel de Dios le dijo: Toma la carne y los panes sin levadura, y ponlos sobre esta peña, y vierte el caldo. Y él lo hizo así. 21 Y extendiendo el ángel de Jehová el báculo que tenía en su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehová desapareció de su vista. 22 Viendo entonces Gedeón que era el ángel de Jehová, dijo: Ah, Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara. 23 Pero Jehová le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás. 24 Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó Jehová-salom;[a] el cual permanece hasta hoy en Ofra de los abiezeritas. 25 Aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él; 26 y edifica altar a Jehová tu Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente; y tomando el segundo toro, sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás cortado. 27 Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus siervos, e hizo como Jehová le dijo. Mas temiendo hacerlo de día, por la familia de su padre y por los hombres de la ciudad, lo hizo de noche. 28 Por la mañana, cuando los de la ciudad se levantaron, he aquí que el altar de Baal estaba derribado, y cortada la imagen de Asera que estaba junto a él, y el segundo toro había sido ofrecido en holocausto sobre el altar edificado. 29 Y se dijeron unos a otros: ¿Quién ha hecho esto? Y buscando e inquiriendo, les dijeron: Gedeón hijo de Joás lo ha hecho. Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás: 30 Saca a tu hijo para que muera, porque ha derribado el altar de Baal y ha cortado la imagen de Asera que estaba junto a él. 31 Y Joás respondió a todos los que estaban junto a él: ¿Contenderéis vosotros por Baal? ¿Defenderéis su causa? Cualquiera que contienda por él, que muera esta mañana. Si es un dios, contienda por sí mismo con el que derribó su altar. 32 Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, esto es: Contienda Baal contra él, por cuanto derribó su altar. 33 Pero todos los madianitas y amalecitas y los del oriente se juntaron a una, y pasando acamparon en el valle de Jezreel. 34 Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él. 35 Y envió mensajeros por todo Manasés, y ellos también se juntaron con él; asimismo envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí, los cuales salieron a encontrarles. 36 Y Gedeón dijo a Dios: Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho, 37 he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho. 38 Y aconteció así, pues cuando se levantó de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, un tazón lleno de agua. 39 Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra. 40 Y aquella noche lo hizo Dios así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo rocío. Gedeón derrota a los madianitas 7 Levantándose, pues, de mañana Jerobaal, el cual es Gedeón, y todo el pueblo que estaba con él, acamparon junto a la fuente de Harod; y tenía el campamento de los madianitas al norte, más allá del collado de More, en el valle. 2 Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. 3 Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil. 4 Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá. 5 Entonces llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber. 6 Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas. 7 Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar. 8 Y habiendo tomado provisiones para el pueblo, y sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda, y retuvo a aquellos trescientos hombres; y tenía el campamento de Madián abajo en el valle. 9 Aconteció que aquella noche Jehová le dijo: Levántate, y desciende al campamento; porque yo lo he entregado en tus manos. 10 Y si tienes temor de descender, baja tú con Fura tu criado al campamento, 11 y oirás lo que hablan; y entonces tus manos se esforzarán, y descenderás al campamento. Y él descendió con Fura su criado hasta los puestos avanzados de la gente armada que estaba en el campamento. 12 Y los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos en el valle como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena que está a la ribera del mar en multitud. 13 Cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un sueño, diciendo: He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó, y la trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó. 14 Y su compañero respondió y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento. 15 Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró; y vuelto al campamento de Israel, dijo: Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos. 16 Y repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, dio a todos ellos trompetas en sus manos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros. 17 Y les dijo: Miradme a mí, y haced como hago yo; he aquí que cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis vosotros como hago yo. 18 Yo tocaré la trompeta, y todos los que estarán conmigo; y vosotros tocaréis entonces las trompetas alrededor de todo el campamento, y diréis: !!Por Jehová y por Gedeón! 19 Llegaron, pues, Gedeón y los cien hombres que llevaba consigo, al extremo del campamento, al principio de la guardia de la medianoche, cuando acababan de renovar los centinelas; y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos. 20 Y los tres escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron: !!Por la espada de Jehová y de Gedeón! 21 Y se estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento; entonces todo el ejército echó a correr dando gritos y huyendo. 22 Y los trescientos tocaban las trompetas; y Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, y hasta la frontera de Abel-mehola en Tabat. 23 Y juntándose los de Israel, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, siguieron a los madianitas. 24 Gedeón también envió mensajeros por todo el monte de Efraín, diciendo: Descended al encuentro de los madianitas, y tomad los vados de Bet-bara y del Jordán antes que ellos lleguen. Y juntos todos los hombres de Efraín, tomaron los vados de Bet-bara y del Jordán. 25 Y tomaron a dos príncipes de los madianitas, Oreb y Zeeb; y mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb; y después que siguieron a los madianitas, trajeron las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón al otro lado del Jordán. "Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho... no sea que se alabe Israel... diciendo: Mi mano me ha salvado." (v. 2) Dios sigue estando interesado en intervenir en la realidad. Y sigue insistiendo en dar las directivas pertinentes y las estrategias. No es por fuerza o inteligencia humana que la obra será hecha, sino porque es Él quien la ejecuta a través de sus escogidos. El resultado final debe glorificar a Dios, no al hombre. "... Haz pregonar en oídos del pueblo diciendo: Quien tema... vuélvase..." (v.3) La tarea a encarar puede parecer demasiado dura... Pero, el temor sólo indica falta de fe en el Señor. ¿Cómo me siento ante la situación actual? "... Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas... allí te los probaré... Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua, como lame el perro, a aquel pondrás aparte; asimismo, a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber." (v. 4-5) Dios mira las ACTITUDES. Él busca una actitud alerta ante la realidad. Alerta ante el enemigo. Alerta ante las oportunidades. "Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres... Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos..." (v. 6 - 7) La actitud de unos pocos hace posible que Dios realice grandes cosas. En lo personal, en la vida de cada uno, Dios nos despojará de todo lo que a Él le quite la gloria. ¿En qué me creo fuerte? ¿En qué áreas me siento capaz de hacer cosas sin contar con las fuerzas de mi Dios? "... y tenía el campamento de Madián abajo, en el valle". (v. 8c) "... Su fuerza, la cual operó en Cristo resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, sobre todo nombre que se nombra... y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia..." (Efesios 1: 20 - 22) " ...y juntamente con Él nos resucitó y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús..." (Efesios 2:6) El enemigo que tanto nos preocupa, y hasta atemoriza, está debajo... Jesucristo reina por encima de todo... Y nuestro lugar, como hijos de Dios, es EN LOS LUGARES CELESTIALES EN CRISTO JESÚS. Recuperemos la mirada espiritual de las situaciones que nos toca vivir. Miramos desde arriba, desde nuestra posición en Jesús, hacia abajo, el lugar en que el enemigo ha sido colocado por el Señor. "... aquella noche Jehová le dijo: Levántate y desciende al campamento; porque yo LO HE ENTREGADO en tus manos". "... y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz". (Colosenses 2:15) Dios da la orden de movilizarse, y la certeza: "Hecho está". Es una realidad que la victoria de Jesús está lograda. Debemos movilizarnos en base a esta declaración: Jesucristo Ya ha triunfado sobre todo poder opositor. Luchamos contra un enemigo vencido. "...un hombre estaba contando... un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó... Y su compañero respondió: .. es la espada de Gedeón... Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento." El pan de cebada era de calidad inferior al de trigo. Aunque las fuerzas de Israel parecían inferiores, en manos de Dios lo que parece menos obtiene la victoria. Y Dios mismo lo hace saber al mundo espiritual. "Cuando Gedeón oyó el relato... adoró... Y vuelto al campamento de Israel dijo: Levantaos, porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos". (v.15) Al ver obrar a Dios, nuestra respuesta espontánea debería ser (1) Adoración. (2) Acción. (Gedeón) ... dio a todos los hombres... cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros. (v.16) Al ir a enfrentar al enemigo, debemos hacerlo siguiendo la estrategia del Señor. Lo primero es tener el cántaro vacío (nuestra vida despojada de todo aquello que le quite a Él el lugar central). Cuando el cántaro está vacío, la tea puede arder. En una vida rendida al Señor, el Espíritu Santo tiene libertad para arder, poner pasión por Jesús y por su causa. En el momento crucial del ataque, rompieron los cántaros, y las antorchas resplandecieron en la oscuridad (v. 19 y 20). Para que la luz del Señor pueda verse en las tinieblas del mundo de hoy, cada uno de nosotros debe quebrar el cántaro, rendir su vida, quebrar todo poder que esté señoreando en lugar de Jesucristo. "Y se estuvieron firmes, cada uno en su puesto en derredor del campamento; entonces, todo el ejército hechó a correr dando gritos y huyendo". (v. 21) Una vez que recibimos la estrategia del Señor, y rendimos nuestra vida para que Él pueda obrar con toda libertad, debemos mantenernos firmes en lo que sabemos debemos hacer. Entonces, Dios mismo se ocupará de que el enemigo retroceda y huya ante la presencia de un hijo de Dios que porta Su presencia. ¿Creemos que Dios nos está llamando a cambiar esta realidad? ¿Estamos resueltos a ofrecernos para que esto suceda? ¿Qué debemos rendir al Señor, para que Él pueda obrar poderosamente, EN nosotros y A TRAVES DE nosotros? Luego... Sólo resta que nos mantengamos firmes en el lugar asignado, y disponernos a ver Su obrar. Esa, es cuestión de cada uno. Y es la suma de los "cada uno" que constituirá un poderoso ejército que irrumpirá en las tinieblas del hoy para formar en paz a las nuevas generaciones.

No hay comentarios: