jueves, 18 de agosto de 2016

HACEDORES DE LA PALABRA - LA VERDADERA RELIGIÓN

La gran mayoría de los cristianos que hemos nacido de nuevo decimos que nuestra fe no es “religión” y si un estilo de vida como haciendo una diferencia con otras prácticas similares..., lo cual queda desmentido con la actitud que no acompaña a nuestra fe…, este tema no es nuevo ya que pasaba antes y en todos los tiempos pero Santiago como buen religioso que era y hermano menor del Señor tenía perfectamente claro el punto desde muy chico y entonces podía lanzar ésta Palabra: Santiago 1:19-27 19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; 20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. 21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. 22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. 25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. 26 Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. 27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo. La verdadera religión de Cristo se expresa en el servicio de amor, mediante el cual se alcanza la perfección. El autor de la epístola de Santiago era el medio hermano de Jesús como la evidencia parece demostrar, entonces él conocía al Maestro más íntimamente que otros, pero posteriormente conoció al Salvador como más que un hermano. Con el testimonio nacido del Espíritu, lo conoció como Señor y Dios. El escrito de Santiago no puede sino reflejar aquellas lecciones aprendidas en la niñez al crecer junto a Jesús, siempre siendo guiado e iluminado por el ejemplo del hermano mayor. Poco sorprende, entonces, que Santiago enfoque su escrito en la esencia de la religión pura como una actividad real y muy práctica. La religión, enseña él, es lo que hacemos a causa del testimonio y del amor. De manera que enfoca su atención en las pequeñas cosas de las cuales se forma la escalera que lleva a la perfección y a la exaltación. Alguien dijo: "No hay cosa mayor que podamos hacer para obtener la vida eterna y...la gran lección a aprender...que aplicar en los pequeños actos y deberes de la vida los gloriosos principios del Evangelio. La vida, después de todo, está hecha de cosas pequeñas...la verdadera vida cristiana está hecha de pequeños actos cristianos realizados en esta hora, en este minuto en el hogar, en el trabajo, en la Iglesia, en la ciudad, dondequiera que nuestra vida y nuestros hechos puedan manifestarse" Y dejo marcado el versículo 27: La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo. Esto se ve muy poco y en las Iglesias multitudinarias…, bueno, quiero pensar que están perfectamente organizados y llegan a esas viudas y huérfanos solos y desamparados sirviéndoles un plato de comida o un vaso de agua ni hablar de los enfermos…, pero tengamos en cuenta una cosa muy puntual…, lo que no hagamos nosotros El Señor viene y lo hace en persona ya lo demostró oportunamente y lo va a seguir haciendo cuando haga falta…

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