domingo, 4 de septiembre de 2016

“HAGAN TODO LO QUE JESÚS LES DIGA” Juan 2:5

Andad en todo el camino que el Señor vuestro Dios os ha mandado… (v. 33). Lectura: Deut. 5:28-33 Necesitaba un tanque de agua subterráneo y sabía exactamente cómo lo quería, así que di instrucciones claras al constructor. Al día siguiente, cuando inspeccioné el proyecto, me incomodé al ver que no había seguido mis indicaciones. Había cambiado el plan y, por lo tanto, el efecto. La excusa que dio fue tan irritante como no haber seguido mis directivas. Cuando lo vi rehacer el trabajo y mi frustración disminuía, sentí culpa: ¿Cuántas veces he necesitado rehacer las cosas en obediencia al Señor? Así como los antiguos israelitas no hacían muchas veces lo que Dios les pedía, también nosotros solemos hacer las cosas como queremos. Pero la obediencia es lo esperado de nuestra relación creciente con Dios. Moisés dijo al pueblo: «Mirad, pues, que hagáis como el Señor vuestro Dios os ha mandado […]. Andad en todo el camino que el Señor vuestro Dios os ha mandado» (Deuteronomio 5:32-33). Mucho después de Moisés, Jesús exhortó a sus discípulos a confiar en Él y a amarse unos a otros. Lo que Dios Mandó Hay algo poderoso que Dios quiere hacer contigo y a través de ti, para impactar a otros. Y es a través de tu servicio a Dios que tú vas a alcanzar el propósito, el destino de Dios para tu vida. En el verso 26, del capítulo 17 del libro de Hechos, dice que Dios ha prefijado el orden de los tiempos. Dios determinó que tú habrías de nacer en esta época, en este tiempo, en medio de las circunstancias que estemos viviendo. Así que, hay algo especial que Dios quiere que tú hagas. Hay algo que tú solamente puedes hacer durante este tiempo. El verso sigue diciendo: y los límites de su habitación. Dios ha prefijado 2 cosas de tu vida: Tu tiempo, y tus límites. Los límites no son malos. Los límites son buenos. Naturalmente hablando, los límites son necesarios. Donde no puede haber límites es en tu espíritu, en tu mente. Los límites son vitales para que se desarrolle todo tu máximo potencial. Un jugador estrella de baloncesto, hace cosas sin límites, dentro de unos límites, dentro de un espacio que sí es limitado. Esto es lo que lo hace grande: Que, dentro de unos límites, él logra hacer lo que ninguno otro logra hacer. Pero tienen que existir ciertos parámetros para que el hombre sea impulsado a desarrollar su máximo potencial, en el lugar donde está. Dios ha prefijado tu tiempo. Tú no tienes tiempo que perder. Tienes un tiempo asignado para tu vida. Y Dios ha puesto un límite en tu habitación, en el espacio que vas a abarcar. Dios no te ha enviado para cubrir todas las necesidades de tu territorio, pero te tienes que asegurar que, aquello a lo que Dios sí te envió, lo cumplas cabalmente. El problema de muchos es que, lamentablemente, cuando no conocemos esto, comenzamos a meternos en cosas a las cuales Dios no nos ha llamado. Y lo triste sería que llegaras al cielo y, lo que Dios te llamó hacer, no lo hayas hecho, por haber estado haciendo lo que Dios no te mandó a hacer y que tú pensabas que tenías que hacer. Todo lo que tú has hecho, ¿Dios te habrá mandado a hacerlo? ¿O estarás sacando tiempo de lo que deberías estar haciendo, tratando de hacer algo que Dios no te dijo que tenías que hacer? Asegúrate que, hagas lo que hagas, nada te saque o te mueva de hacer lo que Dios verdaderamente quiere que tú hagas. Esta sigue siendo la clase de entrega que nos beneficia. Ahora que el Espíritu nos ayuda a obedecer, es bueno recordar que «Dios es el que en [nosotros] produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad» (Filipenses 2:13). Señor, gracias por todas las oportunidades que nos das. Cuanto más cerca andamos con Dios, más claro vemos su guía.

No hay comentarios: