martes, 4 de octubre de 2016

EL SEÑOR LIBERTA A LOS CAUTIVOS

Lucas 4:18 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; El Salmo 146:7 habla del cuidado de Dios a los oprimidos y la liberación de los encarcelados: el Señor «que hace justicia a los agraviados, que da pan a los hambrientos. […] liberta a los cautivos» (v. 7). Todo esto genera celebración y alabanza. Sin embargo, la mayor libertad es la de la culpa y la vergüenza. Con razón, Jesús afirmó: «si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres» (Juan 8:36). Pero quizás en principio deberíamos saber… ¿que es la libertad? Para evitar erróneas interpretaciones… 1. Facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar dentro de una sociedad. "la libertad es un derecho humano básico" 2. Estado o condición de la persona que es libre, que no está en la cárcel ni sometida a la voluntad de otro, ni está constreñida por una obligación, deber, disciplina, etc. Y ¿Opresión? La opresión es el acto de oprimir, sofocar, presionar, someter, ya sea a una persona, a una actitud o a una comunidad. La opresión también puede ser el uso de la violencia para demostrar la autoridad, los actos de tiranía, y es un término bastante asociado a los países, a los gobiernos, a la sociedad, etc. Opresión procede del vocablo latino oppressĭo. La opresión hace que las personas se sientan reprimidas, humilladas, donde no pueden hacer lo que necesitan o tienen ganas, ya que son víctimas de la opresión, por parte de conocidos (por ejemplo, una mujer oprimida por su marido o viceversa), del gobierno (una dictadura militar), de manifestantes, etc. Y considerando lo Escrito que dice: Salmos 51:5 5 He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre. Necesitamos Al Libertador del poder del pecado… Por el sacrificio de Cristo, somos liberados de la prisión del pecado, para conocer el gozo, el amor y la libertad que solo el perdón puede brindar. Señor Jesús, creo que moriste en la cruz para liberarme de las cadenas del pecado. Te acepto como mi Salvador. La prisión del pecado no puede hacer frente al poder del perdón de Cristo.

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