martes, 18 de febrero de 2014

SE NECESITAN AYUDANTES

Romanos 16:1-16 El Espíritu Santo vendrá y los ayudará, […] les enseñará todas las cosas… —Juan 14:26 tla Para algunos, la palabra ayudante tiene connotaciones de ser algo de segunda clase. Los ayudantes de cátedra asisten a los profesores capacitados. Otros ayudan a electricistas, plomeros y abogados entrenados en sus trabajos. Como no están tan capacitados en esa profesión, podrían ser considerados de menor valía. Pero cada persona es necesaria para llevar a cabo la tarea. El apóstol Pablo tuvo muchos ayudantes en su ministerio. Los enumeró en su carta a los romanos (cap. 16), donde se refirió de manera especial a Febe, quien «[había] ayudado a muchos, y a [él] mismo» (v. 2). Priscila y Aquila arriesgaron su vida por Pablo (vv. 3-4); y en cuanto a María, el apóstol señaló: «ha trabajado mucho entre vosotros« (v. 6). Según 1 Corintios 12:28, ayudar es un don espiritual. Pablo lo incluyó entre los dones que el Espíritu Santo da a los creyentes en el cuerpo de Cristo, la iglesia. Este don es tan necesario como todos los demás que se enumeran. Incluso el Espíritu Santo brinda ayuda. Jesús declaró: «El Espíritu Santo vendrá y los ayudará, […] les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he enseñado» (Juan 14:26). Cualquiera que sea el don que el Espíritu Santo te haya dado, con su ayuda, lo utilizarás para honrarlo. —Querido Señor, gracias por los dones que me has dado para servirte en el cuerpo de Cristo. Ayúdame a utilizarlos fielmente para tu gloria. Eres una parte necesaria del todo.

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