jueves, 8 de enero de 2009

NOBLEZA OBLIGA

Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.

Sois luz en el Señor; andad como hijos de luz.
(Efesios 5:1 y 8)

Un soldado del ejército de Alejandro Magno se había hecho notar por su falta de coraje. Se le veía a menudo a la retaguardia que en primera fila. Le fue hecha notar esta circunstancia al célebre conquistador, quien le mandó llamar y le preguntó:
-¿Cómo te llamas?
-Alejandro –contestó el soldado.
El general le miró a los ojos y le dijo:
-Pasa al ataque y pelea… o cambia de nombre.
“Amados, ahora somos hijos de Dios” (1ª Juan 3:2). Porque creímos, Dios nos dio derecho a usar ese título (Juan 1:12). No existe en este mundo un nombre más glorioso que éste. La pregunta que se formula respecto de cada uno de nosotros es saber si nuestra conducta concuerda con el título que llevamos. ¿Hay incredulidad en nuestros corazones? ¿Relajamiento en nuestra conducta? ¿Falta de amor hacia nuestros semejantes? ¿Carencia de interés por las cosas de Dios y demasiado apego a las de la tierra? Entonces, recapacitemos. “Somos hijos de dios… herederos de dios y coherederos con Cristo” (Romanos 8:16-17). Nobleza obliga. Llevamos un nombre, el de CRISTIANO, el que nos impone un comportamiento digno de Cristo.

Omnipotente Padre Dios.
danos la fe que dé valor
para enfrentarnos con el mal,
que al mundo entero ejemplos dio
de sacrificio y lealtad.

No hay comentarios: