miércoles, 14 de enero de 2009

ESCUCHAR – SEGUIR – SERVIR – ESPERAR

Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviese, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, me Padre le honrará. (Juan 12:26)

Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. (Juan 10:14)

Escuchar su voz: es lo que caracteriza a los que pertenecen al Señor Jesús, a quienes él llama sus ovejas: “Mis ovejas oyen mi voz” (Juan 10:3 y 27).
Seguirle: segundo carácter de las ovejas, consecuencia del primero: "y me siguen” dice Jesús (Juan 10:4 y 27). Escuchar su voz para seguirle o, dicho de otro modo, obedecerle.
Servirle: “Estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole” (Mateo 27:55). ¡Hermoso ejemplo que se debe imitar! ¡Seguirle sirviéndole!
Esperarle: “Os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera” (1 Tesalonicenses 1:9-10). “Ejemplo” para todos los que creen (V.7). Servirle esperándole.
Escuchar, seguir, servir, esperar: ¿no es éste el resumen de la vida cristiana, tal como nos ha sido propuesta? Y mientras le esperamos, el Señor nos dice: “Velad y orad” (Marcos 13:33), y además: “Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis” (Juan 13:17). ¡Es de desear que cada uno pueda poner en práctica tal programa!

Modelo inimitable, fiel y tierno Pastor
Y fuente inagotable de vida, paz y amor;
Oh, haz, manso Cordero, que siga en pos de ti;
Así vivir anhelo, pues moriste por mí.

No hay comentarios: