jueves, 30 de enero de 2014

ESTIMADA PARA DIOS

Salmo 116 Estimada es a los ojos del Señor la muerte de sus santos. —Salmo 116:15 Ante la noticia de la muerte de un amigo en común, un sabio hermano que conocía al Señor me envió estas palabras: «Estimada es a los ojos del Señor la muerte de sus santos» (Salmo 116:15). La vida de nuestro amigo se caracterizó fundamentalmente por una vibrante fe en Jesucristo, y sabíamos que estaba en el cielo con Dios. Sus familiares también tenían esa certeza, pero yo solamente me había concentrado en la tristeza que experimentaban. Y está bien considerar a los demás en sus pérdidas y angustias. Pero el versículo de Salmos dirigió mis pensamientos hacia cómo veía el Señor la muerte de nuestro amigo. «Estimado» se aplica a algo de gran valor. Sin embargo, el significado en este caso va más allá: hay algo en la muerte de un santo que trasciende nuestro dolor ante su ausencia. «A los ojos del Señor es muy valiosa la muerte de quienes lo aman» (Reina Valera Contemporánea). Otra versión declara: «Dios nuestro, a ti te duele ver morir a la gente que te ama» (Traducción en Lenguaje Actual). El Señor no es frívolo con la muerte. Lo maravilloso de su gracia y poder es que, para los creyentes en Cristo, perder la vida en esta Tierra también implica una gran ganancia. Hoy solamente tenemos un atisbo. Un día, entenderemos su significado en la plenitud de su luz. La fe construye un puente sobre el abismo de la muerte.

martes, 28 de enero de 2014

HUBBLE, ZOOLÓGICOS Y NIÑOS

Salmo 148 … Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas. —Salmo 148:3 ¿Qué tienen en común el telescopio espacial Hubble, un zoológico y unos niños cantando? Según lo que enseña el Salmo 148, la conclusión es que todos ellos apuntan a la obra magnífica de Dios en la creación. Suele cuestionarse la idea de que Dios creó nuestro mundo; por eso, tal vez sea un buen momento para recordar que debemos unirnos a la creación para alabar a nuestro Padre celestial por la magnífica obra de sus manos. El Hubble puede ayudarnos mediante sus sorprendentes fotos del universo. Cada una muestra estrellas que centran su atención en la majestuosa creación divina. «…Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas», declara el v. 3. Una visita al zoológico nos muestra la gran diversidad de animales que Dios creó. Al leer los vv. 7 y 10, damos gracias a Dios por las criaturas marinas, los animales salvajes, los insectos y las aves. Y las alabanzas que los niños cantan sin inhibiciones a Dios simbolizan la verdad de que todos los habitantes de la Tierra deben elevar sus voces para honrar a nuestro Creador (vv. 11-13). Estrellas, animales y niños: «Alaben el nombre del Señor, porque sólo su nombre es enaltecido…» (v. 13). Unámonos para expresar nuestro agradecimiento por su creación. «¡Alabado sea el Señor!» La creación manifiesta el poder de Dios.

lunes, 27 de enero de 2014

MUCHÍSIMO MAS

Efesios 3:14-21 … mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. —1 Juan 4:4 «No va a pasar nunca, tía Julie, quítate esa idea de la mente». «Sé que es poco probable —respondí—, pero no imposible». Durante varios años, mi sobrina y yo mantuvimos conversaciones similares sobre una situación familiar. En ocasiones, yo completaba la frase de este modo: «Sé que puede pasar, porque siempre escucho historias sobre cómo Dios realiza lo imposible». La parte de la frase que únicamente me decía a mí misma era: Pero eso sucede solo en otras familias. Últimamente, el pastor de mi iglesia ha estado predicando de Efesios. Al final de cada reunión, recitamos esta doxología: «Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén» (Efesios 3:20-21). Este año, Dios decidió hacer «muchísimo más» en mi familia. Reemplazó la indiferencia con el amor. ¿Cómo lo hizo? No lo sé. Pero lo presencié. ¿Por qué debería sorprenderme? Si Satanás puede convertir el amor en indiferencia, Dios indudablemente puede obrar a la inversa: tornar la indiferencia en amor. El poder de Dios para restaurar es mayor que el de Satanás para destruir.

domingo, 26 de enero de 2014

LA DISCIPLINA DE ESPERAR

Salmo 40:1-3 Pacientemente esperé al Señor, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. —Salmo 40:1 Es difícil esperar. Esperamos en el supermercado, entre el tránsito, en el consultorio médico. Jugueteamos con los pulgares, apretamos la mandíbula y nos frustramos. En otra esfera, esperamos que llegue una carta, que vuelva un hijo descarriado o que cambie nuestro cónyuge. Esperamos un bebé al cual sostener en brazos. Esperamos que se cumpla un deseo del corazón. En el Salmo 40, David declara: «Pacientemente esperé al Señor». El lenguaje original aquí sugiere que él «esperaba, esperaba y esperaba» que Dios respondiera su oración. No obstante, al mirar atrás y considerar ese tiempo de demora, alaba al Señor y expresa que Dios «puso […] un cántico nuevo, un canto de alabanza» en su corazón (40:3). «¡Qué capítulo puede escribirse sobre las demoras de Dios! —escribió F. B. Meyer—. Es el misterio de educar al espíritu humano para que aplique la cualidad más sobresaliente de la que es capaz». Mediante la disciplina de la espera, podemos desarrollar las virtudes más serenas: sumisión, humildad, paciencia, perseverancia gozosa, constancia en hacer el bien… virtudes que exigen la mayor cantidad de tiempo para aprenderlas. ¿Qué hacemos cuando parece que Dios no nos concede el deseo de nuestro corazón? El Señor puede ayudarnos a amarlo y a confiar en Él lo suficiente como para aceptar con gozo las demoras, considerarlas una oportunidad para desarrollar estas virtudes… y alabarlo. Esperar a Dios no es perder el tiempo.

viernes, 24 de enero de 2014

LADRILLOS SIN PAJA

Éxodo 6:1-13 … os libraré […], y os redimiré con brazo extendido… —Éxodo 6:6 Muchos enfrentamos el desafío de trabajar con recursos limitados. Con menos dinero, menos tiempo, energía reducida y pocos ayudantes, nuestras responsabilidades no disminuyen. A veces, incluso aumentan. Hay un dicho que resume este concepto: «Más ladrillos, menos paja». Esta frase alude al problema de los israelitas cuando eran esclavos en Egipto. Faraón decidió no darles más paja, pero exigía que hicieran la misma cantidad de ladrillos por día. Ellos recorrían la tierra para encontrar paja, mientras los supervisores los azotaban y forzaban a trabajar más (Éxodo 5:13). Los israelitas se desanimaron tanto que no escucharon cuando Dios les dijo a través de Moisés: «… os libraré […], y os redimiré con brazo extendido…» (Éxodo 6:6). Aunque rehusaron escuchar el mensaje de Dios, Él siguió guiando y dirigiendo a Moisés, preparándolo para hablar con Faraón. El Señor permaneció firme del lado de Israel… obrando entre bastidores. Como los israelitas, nosotros también podemos descorazonarnos tanto que dejamos de lado la esperanza. En los momentos oscuros, nos consuela recordar que Dios es nuestro libertador (Salmo 40:17). Él siempre obra a nuestro favor, aunque no podamos ver qué está haciendo. Señor, ayúdame a confiar en ti a pesar de mi desánimo. Lléname de esperanza mediante el poder de tu Espíritu Santo. Que mi vida sea un testimonio de tu fidelidad. Los tiempos de prueba son momentos para confiar.

martes, 21 de enero de 2014

GRANDEZA VERDADERA

Marcos 10:35-45 … el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor. —Marcos 10:43 Algunas personas se sienten como una piedrita perdida en la inmensidad de una montaña. Pero, sin importar cuán insignificantes nos consideremos, Dios puede utilizarnos de una manera grandiosa. En un sermón a principios de 1968, Martin Luther King citó las palabras de Jesús en Marcos 10 sobre el servicio. Después, declaró: «Todos pueden ser grandes, porque todos pueden servir. No necesitas tener un título profesional para hacerlo. No tienes que ser capaz de hablar correctamente para servir. Tampoco hace falta que sepas sobre Platón y Aristóteles […]. Lo único que necesitas es tener un corazón lleno de compasión, un alma regenerada por el amor». Cuando los discípulos de Jesús discutían sobre quién ocuparía los lugares privilegiados en el cielo, Él señaló: «… el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos» (Marcos 10:43-45). ¿Y nosotros? ¿Tenemos el mismo concepto sobre la grandeza? ¿Servimos con alegría y realizamos tareas que tal vez pasen inadvertidas? ¿Nuestro propósito al servir es agradar al Señor o ganar el reconocimiento de los demás? Si estamos dispuestos a ser siervos, nuestra vida señalará a Aquel que es verdaderamente grande. Lo pequeño hecho en el nombre de Cristo es grande.

lunes, 20 de enero de 2014

PERSPECTIVA CELESTIAL

2 Corintios 4:16-18 … las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. —2 Corintios 4:18 Fanny Crosby perdió la vista cuando era niña. Aun así y de manera asombrosa, se convirtió en una de las escritoras más famosas de himnos cristianos. Durante su larga vida, escribió más de 9.000 himnos. Entre ellos, se encuentran algunos de los favoritos de todos los tiempos, como «Esta es mi historia» y «A Dios sea la gloria». Algunos sentían mucha pena por ella. Un predicador bien intencionado le dijo: «Pienso que es una gran pena que el Señor no te haya dado la vista, ya que ha derramado sobre ti tantos otros talentos». Resulta difícil de creer, pero ella respondió: «¿Sabe que si al nacer hubiese podido pedir algo, habría pedido nacer ciega? […] porque al llegar al cielo, el primer rostro que mis ojos verían gozosos sería el de mi Salvador». Fanny veía la vida desde una perspectiva eterna. Nuestros problemas lucen distintos en vista de la eternidad: «Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas» (2 Corintios 4:17-18). ¡Todas nuestras pruebas palidecen cuando recordamos ese día glorioso en que veremos a Jesús! —Querido Dios, ayúdanos a ver esta vida desde una perspectiva celestial. Que recordemos que nuestras pruebas desaparecerán cuando te veamos cara a cara. Nuestra manera de ver la eternidad afectará cómo vivamos el hoy.

jueves, 16 de enero de 2014

COMIDA EN LA DESPENSA

Mateo 6:25-34 No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni […] qué habéis de vestir. —Mateo 6:25 Hace poco, mi amiga Marcia, directora de la Escuela Cristiana para Sordos, en Jamaica, escribió sobre una manera importante de ver las cosas. En un artículo titulado «Un bendito comienzo», señaló que, por primera vez en siete años, la escuela empezó el nuevo año con un superávit. ¿Y cuál era ese superávit? ¿Dinero en el banco? No. ¿Provisiones suficientes para todo el año? No. Simplemente, alimentos en la despensa para un mes. Cuando uno está a cargo de alimentar con un presupuesto ajustado a 30 niños hambrientos, ¡esto es muchísimo! Su nota iba acompañada de este versículo de 1 Corintios 16:34: «Dad gracias al señor, porque Él es bueno; porque para siempre es su misericordia» (lbla). Año tras año, Marcia confía en la provisión de Dios para los niños y el personal de su escuela. Nunca tiene mucho de nada, sea agua, comida o artículos escolares. Sin embargo, siempre está agradecida por lo que el Señor le envía, y continúa creyendo fielmente en que Él seguirá proveyendo. Al comenzar el nuevo año, ¿tenemos fe en que Dios proveerá? Si es así, estamos creyendo en las palabras de nuestro Salvador: «No os afanéis por vuestra vida […]. Así que, no os afanéis por el día de mañana» (Mateo 6:25, 34). «La preocupación no le quita la tristeza al mañana; le quita al hoy su fortaleza». —Corrie ten Boom

martes, 14 de enero de 2014

EMPIEZA EL VIAJE

Lectura: 2 Pedro 1:5-11 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron… —2 Corintios 5:17 Hace 81 años, un muchachito de 9 oraba pidiéndole a Jesús que fuera su Salvador. La madre escribió estas palabras en un diario: «Hoy empieza algo nuevo para Clair». Clair, mi padre, lleva ocho décadas caminando con Cristo, y señala aquel día en que tomó la decisión de seguir al Señor como el comienzo de su travesía. Crecer espiritualmente es un proceso de toda la vida, no un acontecimiento que ocurre una sola vez. Así que, ¿cómo alimenta su fe y sigue creciendo un creyente nuevo? A continuación, detallo algunas cosas que observé a través de los años en la vida de mi padre: Lee las Escrituras habitualmente para conocer más a Dios, y ha hecho de la oración un componente diario de su vida (1 Crónicas 16:11; 1 Tesalonicenses 5:17). La lectura bíblica y la oración nos ayudan a acercarnos al Señor y enfrentar la tentación (Salmo 119:11; Mateo 26:41; Efesios 6:11; 2 Timoteo 3:16-17; 1 Pedro 2:2). A medida que entregaba su vida a la fe y la obediencia, el Espíritu Santo comenzó a desarrollar en él el «fruto del Espíritu» (Gálatas 5:22-23). Nosotros demostramos el amor de Dios a través de nuestro testimonio y servicio. La travesía espiritual de mi papá continúa, y lo mismo sucede con la nuestra. ¡Qué privilegio tener una relación en la cual podamos crecer «en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo» (2 Pedro 3:28)! La salvación es el milagro de un momento; el crecimiento es la labor de toda la vida.

domingo, 12 de enero de 2014

UN VECINO EN LA CERCA

Hechos 2:41-47 Todos los que habían creído estaban juntos… —Hechos 2:44 La cerca que rodea el patio lateral de nuestra casa estaba un poco vieja y rota; entonces, mi esposo Carl y yo decidimos que había que quitarla antes de que se cayera. Fue bastante fácil desarmarla, así que, una tarde, lo hicimos rápidamente. Unas semanas después, mientras Carl limpiaba el patio, una señora que estaba paseando su perro se detuvo para dar su opinión: «Su patio luce muchísimo mejor sin la cerca. Además, creo que las cercas no sirven para nada». Su explicación fue que le gustaba lo «comunitario» y que no existieran barreras entre la gente. Aunque hay buenas razones para tener cercas físicas, aislarnos de nuestros vecinos no es una de ellas. Por eso, comprendí lo que sentía nuestra vecina sobre el concepto de comunidad. La iglesia a la que asisto tiene grupos comunitarios que se reúnen una vez por semana para fomentar las relaciones interpersonales y alentarnos unos a otros en nuestro andar con Dios. La iglesia primitiva se reunía todos los días en el templo (Hechos 2:44, 46). Sus miembros llegaron a tener un mismo propósito y corazón al compartir en la comunión y la oración. Si enfrentaban luchas, tenían compañeros que los ayudaban a levantarse (ver Eclesiastés 4:10). El contacto con la comunidad de creyentes es vital para nuestro andar cristiano. Una de las maneras en que Dios ha escogido demostrarnos su amor es a través de las relaciones interpersonales. Todos necesitamos la comunión entre creyentes para edificarnos y sostenernos.

viernes, 10 de enero de 2014

A LARGO PLAZO

Santiago 5:7-11 Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor… —Santiago 5:7 En 2006, una encuesta hecha entre 1.000 adultos descubrió que, a la mayoría de las personas, les lleva un promedio de 17 minutos perder la paciencia mientras esperan haciendo cola, y que solo se requieren 9 minutos si lo hacen por teléfono. La impaciencia es una característica común. Santiago escribió sobre un grupo de creyentes que luchaban para tener paciencia hasta que Jesús volviera (Santiago 5:7). Vivían épocas de explotación y angustia, y Santiago los alentaba a «programar su temperamento» para largo plazo. Al desafiarlos a que perseveraran en medio del sufrimiento, intentaba estimularlos para que permanecieran firmes y vivieran de manera sacrificada hasta que el Señor volviera para arreglar todo: «afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca» (v. 8). Los instaba a ser como el granjero que espera pacientemente que llegue la lluvia y la cosecha (v. 7), y como el patriarca y profeta Job, quien demostró perseverancia en las dificultades (vv. 10-11). La línea de llegada estaba cerca y Santiago alentaba a los creyentes para que no abandonaran. Cuando somos probados en el crisol de la angustia, Dios desea ayudarnos a seguir viviendo por fe y confiar en su compasión y misericordia (v. 11). El camino hacia una gran paciencia es a través de las grandes pruebas.

jueves, 9 de enero de 2014

ARRIBA COMO ABAJO

Lucas 24:44-53 Y vosotros sois testigos […]; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. —Lucas 24:48-49 El paganismo grecorromano en la época de Jesús enseñaba que las acciones de los dioses en los cielos afectaban la Tierra. Si Zeus se enojaba, lanzaba rayos. La antigua fórmula expresaba: «Abajo como arriba». Sin embargo, Jesús a veces invertía este concepto y enseñaba: Arriba como abajo. Un creyente ora, y el cielo responde. Un pecador se arrepiente, y los ángeles se regocijan. Una misión tiene éxito, y Dios es glorificado. Un creyente se rebela, y el Espíritu Santo se entristece. Creo en estas cosas, pero de alguna manera, las olvido. Me olvido de que a Dios le importan mis oraciones. Me olvido de que lo que decido hoy deleita o entristece al Señor del universo. Me olvido de que estoy ayudando a mis prójimos a definir su destino eterno. Podemos comunicar ahora mismo la buena noticia del amor de Dios que Jesús trajo a esta Tierra. Ese fue el desafío del Señor a sus discípulos antes de ascender para estar con su Padre (ver Mateo 28:18-20). Los que seguimos a Cristo actuamos como una extensión de su encarnación y ministerio. Por esta razón, Él vino a este mundo. Antes de partir, les declaró a sus discípulos que enviaría su Espíritu desde arriba para que estuviera con ellos abajo (Lucas 24:48). No nos dejó solos. Nos llena con su poder para que podamos tocar vidas aquí abajo y producir un impacto eterno. «Ascendiste ante nuestros ojos, y al darnos vuelta entristecidos, te encontramos en nuestro corazón». —San Agustín

miércoles, 8 de enero de 2014

LA VIDA ESCONDIDA

Colosenses 3:12-17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús… —Colosenses 3:17 Hace unos años, leí una poesía de George MacDonald, titulada A Hidden Life [Una vida escondida]. Cuenta la historia de un joven intelectualmente talentoso que prefirió volver a la granja de su familia para estar con su padre anciano en vez de convertirse en un profesional prestigioso. Allí se dedicó a lo que MacDonald denominó «tareas comunes y corrientes» y «actividades simples de utilidad humana». Sus amigos se lamentaron porque consideraban que estaba desperdiciando sus talentos. Quizá tú también sirvas en algún lugar desconocido, haciendo solamente cosas comunes, y otros tal vez lo consideren un desperdicio. Pero Dios no desaprovecha nada. Todo acto de amor hecho en su nombre tiene consecuencias eternas. Todo lugar, por pequeño que sea, es terreno santo. La influencia va más allá de las acciones y las palabras importantes. Puede ser un simple asunto de servicio humano: acompañar, escuchar, comprender una necesidad, amar y orar. Esto convierte el deber diario en adoración y servicio. El apóstol Pablo desafió a los colosenses: «Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús» y «de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia» (Colosenses 3:17, 23-24). Dios lo ve todo y se deleita en nuestro servicio. La manera de lograr mucho para Cristo es servirle de todas las formas que podamos.

martes, 7 de enero de 2014

PALABRAS QUE SANAN

Mateo 6:5-15 … Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. —Mateo 6:9 El 19 de noviembre de 1863, dos hombres renombrados pronunciaron discursos en una ceremonia en el Cementerio Nacional de Soldados en Gettysburg, Pennsylvania. El orador invitado, Edward Everett, había sido congresal, gobernador y director de la Universidad de Harvard. Considerado uno de los mejores oradores de su época, dio un discurso formal de dos horas. A continuación, habló el presidente Abraham Lincoln, cuyo discurso duró dos minutos. En la actualidad, el discurso de Lincoln en Gettysburg es sumamente conocido y citado, mientras que las palabras de Everett no las recuerda casi nadie. La elocuente brevedad de Lincoln no es lo único que cuenta, sino que, en aquella ocasión, sus palabras tocaron el espíritu herido de una nación fracturada por la guerra civil, mientras ofrecían esperanza para los días venideros. Las palabras no tienen que ser muchas para ser significativas. Lo que denominamos el Padrenuestro está entre las enseñanzas más breves y memorables de Jesús. Brinda ayuda y sanidad al recordarnos que Dios es nuestro Padre celestial, cuyo poder actúa en la Tierra, tal como sucede en el cielo (Mateo 6:9-10); que ofrece provisión, perdón y propósito para cada día (vv. 11-13); y que toda la honra y la gloria le pertenecen a Él (v. 13). No hay nada de nuestro pasado, presente y futuro que no esté incluido en las breves palabras de nuestro Señor. «Las palabras amables suavizan, tranquilizan y consuelan al que las oye». —Blas Pascal

lunes, 6 de enero de 2014

SIN PUBLICO

Mateo 6:1-7 Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos… —Mateo 6:1 Una noche de invierno, el programa anunciaba que el compositor Juan Sebastián Bach interpretaría una obra nueva escrita por él. Llegó a la iglesia pensando que estaría repleta, pero se enteró de que no había ido nadie. Sin dudar un instante, Bach les dijo a sus músicos que harían la presentación tal como habían planeado. Todos se ubicaron en sus lugares, Bach tomó la batuta y, de inmediato, la magnífica música llenó todo el edificio. Esta historia me hizo reflexionar: ¿escribiría yo si Dios fuera mi único público? ¿En qué cambiarían mis escritos? A menudo, a los nuevos escritores se les aconseja que visualicen una persona a la cual están escribiéndole, para mantenerse enfocados. Yo lo hago cuando escribo devocionales: trato de mantener en mente a los lectores porque deseo expresar algo que ellos quieran leer y que los ayude en su travesía espiritual. Dudo que David, el «escritor de devocionales» cuyos salmos leemos en busca de consuelo y aliento, tuviera en mente a los «lectores». Al único al que apuntaba era a Dios. Ya sea que nuestras «justicias», mencionadas en Mateo 6, sean obras de arte o acciones serviciales, debemos mantenernos enfocados en que son algo entre nosotros y Dios. No importa si los demás las ven o no. Él es nuestro público. Sirvamos teniendo como público a una sola Persona.

domingo, 5 de enero de 2014

ADOPCIÓN

Efesios 1:3-12 Según nos escogió en él […], habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo… —Efesios 1:4-5 Mi esposa Marlene y yo hemos estado casados por más de 35 años. Cuando empezamos a salir, tuvimos una conversación que siempre recuerdo: me dijo que había sido adoptada a los seis meses de edad. Entonces, le pregunté si alguna vez se había preguntado quiénes eran sus padres verdaderos, y respondió: «Aquel día, mi mamá y mi papá podrían haber elegido cualquiera de los bebés que vieron, pero me eligieron a mí. Me adoptaron… y ellos son mis verdaderos padres». Este profundo sentimiento de identificación y gratitud que ella tiene hacia sus padres adoptivos debería también marcar nuestra relación con Dios. Como seguidores de Cristo, nacimos de lo alto por la fe en Él y fuimos adoptados en la familia de Dios. Pablo escribió: «según nos escogió en él […], en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo» (Efesios 1:4-5). Observa la naturaleza de esta transacción: fuimos escogidos por Dios y adoptados como hijos suyos. Mediante la adopción, tenemos una relación esencialmente nueva con Dios. ¡Él es nuestro amado Padre! Que esta relación sacuda nuestro corazón para que adoremos a nuestro Padre con gratitud. Amado Padre, gracias por hacerme tu hijo y darme un lugar en tu familia. Te doy gracias de corazón por hacerme tuyo. «Dios ama a cada persona como si fuera la única que existiera». —San Agustín

sábado, 4 de enero de 2014

SITUACIÓN EXCELENTE

Filipenses 1:3-14 … las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio. —Filipenses 1:12 En la Primera Batalla del Marne, durante la Primera Guerra Mundial, el teniente general francés Ferdinand Foch envió este comunicado: «Mi centro está cediendo, mi derecha está en retirada. Situación excelente. Voy a atacar». Su disposición a ver esperanza en una situación difícil finalmente hizo que sus tropas vencieran. A veces, en las batallas de la vida, podemos sentir como si todos los frentes nos derrotaran. Conflictos familiares, reveses laborales, problemas financieros o pérdida de la salud pueden poner un giro pesimista en nuestra manera de ver la vida. Pero el creyente en Cristo siempre puede llegar a esta conclusión: «Situación excelente». Observa a Pablo. Cuando lo encarcelaron por predicar el evangelio, tuvo una actitud inusualmente optimista. Le escribió a la iglesia de Filipos: «Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio» (Filipenses 1:12). El apóstol consideró su situación como una nueva plataforma para evangelizar a la guardia del palacio romano. Además, otros cristianos se fortalecieron con su situación, para predicar el evangelio con más denuedo (vv. 13-14). Dios puede utilizar nuestras pruebas para bien, a pesar del dolor que generen (Romanos 8:28). Es simplemente una forma más de honrarlo. Señor, consuélanos en las pruebas y ayúdanos a crecer al enfrentarlas. Las pruebas pueden ser el camino de Dios hacia la victoria.

viernes, 3 de enero de 2014

AYUDA DE SU ESPIRITU

Miqueas 6:3-8 … qué pide el Señor de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. —Miqueas 6:8 Muchos nos hacemos diferentes promesas para señalar el comienzo de un nuevo año: voy a ahorrar más, hacer más ejercicio o pasar menos tiempo en Internet. Empezamos el año con buenas intenciones, pero poco después, los viejos hábitos nos tientan a volver a nuestras antiguas prácticas. Ocasionalmente, cometemos un desliz; después, lo hacemos con más frecuencia; y más tarde, todo el tiempo. Al final, es como si nuestra resolución no hubiese existido nunca. En vez de escoger nuestras propias metas de mejoramiento personal, un enfoque más apropiado sería preguntarnos: ¿Qué quiere el Señor de mí? A través del profeta Miqueas, Dios reveló que desea que hagamos lo correcto, que seamos misericordiosos y que caminemos humildemente con Él (Miqueas 6:8). Todas estas cosas se relacionan con el mejoramiento del alma más que con la superación personal. Gracias a Dios, no tenemos que depender de nuestra propia fuerza. El Espíritu Santo tiene el poder para ayudar a los creyentes a crecer espiritualmente. La Palabra de Dios declara que Él es capaz de «[fortalecernos] con poder en el hombre interior por su Espíritu» (Efesios 3:16). Así que, al comenzar un nuevo año, decidamos ser más como Cristo. El Espíritu nos ayudará mientras busquemos caminar humildemente con Dios. Aquel cuyo recurso es el Espíritu Santo ya ha triunfado.

jueves, 2 de enero de 2014

31 DIAS DE GRATITUD

Salmo 136:1-16, 26 Dad gracias al Señor de señores… —Salmo 136:3 Según varios calendarios de los Estados Unidos, enero es el Mes Nacional de la Gratitud. Por supuesto, esto puede trasladarse fácilmente a todas partes, así que debería ser el Mes Mundial de la Gratitud. Para aprovechar al máximo esta celebración, empecemos por ver qué dicen las Escrituras sobre el agradecimiento. Podríamos comenzar por el Salmo 136, que empieza y termina declarando: «Dad gracias al Señor» y «dad gracias al Dios del cielo». Una y otra vez, este salmo nos recuerda una razón simple y predominante para agradecer a nuestro gran Dios: «porque para siempre es su misericordia». Podríamos pasar todo el mes aprendiendo lo que enseña el Salmo 136 acerca del agradecimiento. El salmista nos recuerda sobre las «grandes maravillas» (v. 4, lbla) de Dios y sobre la obra creadora del Señor llevada a cabo con su sabiduría (v. 5). Después, repasa el gran éxodo del pueblo escogido de Dios (vv. 10-22). A medida que pensamos en estos ejemplos de la creación y la liberación revelados en el Salmo 136, podemos encontrar fácilmente algo por lo cual dar gracias a Dios todos los días durante este Mes de la Gratitud. ¡Qué mejor que empezar un nuevo año concentrados en dar gracias a nuestro Dios! «Dad gracias al señor porque Él es bueno, porque para siempre es su misericordia» (v. 1). Cuando pienses en todo lo bueno, da gracias a Dios.