domingo, 5 de enero de 2014

ADOPCIÓN

Efesios 1:3-12 Según nos escogió en él […], habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo… —Efesios 1:4-5 Mi esposa Marlene y yo hemos estado casados por más de 35 años. Cuando empezamos a salir, tuvimos una conversación que siempre recuerdo: me dijo que había sido adoptada a los seis meses de edad. Entonces, le pregunté si alguna vez se había preguntado quiénes eran sus padres verdaderos, y respondió: «Aquel día, mi mamá y mi papá podrían haber elegido cualquiera de los bebés que vieron, pero me eligieron a mí. Me adoptaron… y ellos son mis verdaderos padres». Este profundo sentimiento de identificación y gratitud que ella tiene hacia sus padres adoptivos debería también marcar nuestra relación con Dios. Como seguidores de Cristo, nacimos de lo alto por la fe en Él y fuimos adoptados en la familia de Dios. Pablo escribió: «según nos escogió en él […], en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo» (Efesios 1:4-5). Observa la naturaleza de esta transacción: fuimos escogidos por Dios y adoptados como hijos suyos. Mediante la adopción, tenemos una relación esencialmente nueva con Dios. ¡Él es nuestro amado Padre! Que esta relación sacuda nuestro corazón para que adoremos a nuestro Padre con gratitud. Amado Padre, gracias por hacerme tu hijo y darme un lugar en tu familia. Te doy gracias de corazón por hacerme tuyo. «Dios ama a cada persona como si fuera la única que existiera». —San Agustín

No hay comentarios: