viernes, 5 de diciembre de 2008

UNA BIBLIA EN SUBASTA

Mejor me es la ley de tu boca que millares de oro y plata. Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos. (Salmo 119:72 y 162)

Por un diario nos enteramos de que una Biblia alemana del siglo XII, encuadernada con cuero precioso e incrustaciones de plata, adornada con 41 miniaturas y 1500 mayúsculas iluminadas (con dibujos colorados), fue adjudicada por una considerable suma en el curso de una subasta.
Por cierto que no quedamos insensibles a todo lo que pudo dar tanto valor a ese rarísimo ejemplar, pero afirmamos que el tesoro está en el interior, en el texto que lo compone. En efecto, la Biblia es el libro por excelencia. Debería tener un inestimable precio para cada uno de nosotros, aun cuando se presente de manera muy sencilla y al alcance de un modesto bolsillo.
Para dirigirse a cada uno de nosotros. Dios empleó hombres de condiciones diversas que escribieron en variados estilos literarios y en diferentes períodos. Mediante la Biblia, Dios habla. Nos revela su poder creador, su justicia, su santidad y su amor. Muestra a los hombres lo que son a sus ojos; alejados de él, pecadores, perdidos. Anuncia el único medio de salvación que puede aparatar su ira del hombre culpable. Envió a su Hijo unigénito a la tierra, santa victima que llevó en la cruz el justo juicio divino, a fin de que seamos perdonados, salvados y llevados a la presencia de Dios.
¿Conoce usted este libro? ¿Lo posee? ¿Lo leyó y meditó? ¿Es también un tesoro para usted?

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