sábado, 11 de noviembre de 2017

CUANDO DIOS CREO LA TIERRA

Génesis 1:1-10 Mientras giraba alrededor de la luna en 1968, un astronauta del Apollo 8 describió el paisaje lunar como «un horizonte inquietante […], un lugar sombrío y desagradable». Después, la tripulación se turnó para leerle Génesis 1:1-10 al mundo que miraba. Cuando el comandante Borman terminó el versículo 10, «Y vio Dios que era bueno», concluyó: «Que Dios los bendiga a todos en la buena Tierra». El primer capítulo de la Biblia insiste en dos cosas: La creación es obra de Dios. La frase «y dijo Dios…» le da un ritmo especial a todo el capítulo. Todo lo que sigue en la Biblia refuerza el mensaje de Génesis 1: Detrás de la historia, está Dios. La creación es buena. Otra frase que repica suavemente a lo largo del capítulo: «Y Dios vio que era bueno». Mucho ha cambiado desde aquel primer momento de la creación. Génesis 1 describe el mundo como Dios lo quería, antes de cualquier deterioro. Toda la belleza que percibimos hoy en la naturaleza es apenas un eco del estado prístino que Dios creó. Los astronautas del Apollo 8 vieron la Tierra como una bola de brillantes colores que colgaba sola del espacio. Parecía maravillosamente hermosa y frágil a la vez. Se parecía a verla desde Génesis 1. Señor, gracias porque toda la creación muestra la obra de tus manos. «En el principio creó Dios los cielos y la tierra». Génesis 1:1

jueves, 2 de noviembre de 2017

500 AÑOS DE LA REFORMA PROTESTANTE

EL PROXIMO 15 DE NOVIEMBRE TENDREMOS EL CONCIERTO EN LA SALA SINFÓNICA DEL CCK, Y COMO PARTE DEL CONGRESO DE LA BIBLIA, ORGANIZADO POR SOCIEDADES BÍBLICAS DE ARGENTINA. LOS INVITOA INGRESAR EN LA PAGINA www.congresodelabiblia.org Y AHÍ MISMO USTED SE PUEDE REGISTRAR Y RECIBIRÁ SUS TICKET, SIN COSTO ALGUNO EN SU CORREO ELECTRÓNICO.

miércoles, 25 de octubre de 2017

COMO EL SIERVO BRAMA POR LAS CORRIENTES DE LAS AGUAS…

Éxodo 17:1-7 … no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron (Hebreos 4:2). En la década de 1960, se popularizó una balada titulada Pedrito en el desierto, que relata la historia de un sediento vaquero que cruza el desierto y encuentra una bomba manual de agua. Pedrito había dejado una nota instando a quien la leyera que no bebiera del jarro, sino que usara el contenido para alimentar la bomba. El vaquero resiste la tentación de beber y usa el agua según las instrucciones. Como recompensa, recibe abundante agua fría y refrescante. Si no hubiese actuado con fe, solo habría tenido para beber una jarra de agua tibia que no habría satisfecho su sed. Esto me recuerda el viaje de Israel por el desierto. Cuando la sed del pueblo se tornó agobiante (Éxodo 17:1-7), Moisés consultó al Señor, y Él le dijo que golpeara la roca de Horeb con su vara. Moisés creyó y obedeció, y el agua salió a borbotones de la piedra. Lamentablemente, Israel no siguió con constancia el ejemplo de fe de Moisés. Al final, «no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe» (Hebreos 4:2). A veces, la vida puede parecer un desierto árido. Pero Dios puede saciar nuestra sed espiritual en las circunstancias más ilógicas. Cuando creemos en las promesas de la Palabra de Dios, experimentamos ríos de agua viva para nuestras necesidades diarias. Señor, solo tú puedes saciar mi sed interior. Solo Jesús, el agua viva, puede satisfacer nuestra sed de Dios.

domingo, 10 de septiembre de 2017

EL ESCRITOR DE CARTAS QUIERE ESCRIBIR EN NUESTROS CORAZONES

2 Corintios 3:1-6 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres (v. 2). Mi madre y su hermana practican un arte en proceso de extinción: escribir cartas. ¡Se escriben con tanta regularidad que uno de los carteros se preocupa cuando no tiene nada que entregar! Sus cartas están inundadas de temas de la vida, alegrías y tristezas, y cuestiones cotidianas de amigos y parientes. Me encanta pensar en este ejercicio semanal de estas mujeres de mi familia, ya que me ayuda a apreciar aun más las palabras de Pablo respecto a que los seguidores de Jesús son «carta de Cristo […], escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo» (2 Corintios 3:3). En respuesta a los falsos maestros que trataban de desacreditar su mensaje, instó a los creyentes a continuar siguiendo al Dios vivo y verdadero, ya que sus vidas transformadas serían un testimonio más poderoso de la obra del Espíritu a través de su ministerio que cualquier carta escrita. ¡Qué maravilla que el Espíritu de Dios en nosotros escriba una historia de gracia y redención! Por más significativas que puedan ser las palabras escritas, nuestras vidas son el mejor testimonio de la verdad del evangelio; una compilación de compasión, servicio, gratitud y gozo. A través de nuestras palabras y acciones, el Señor difunde su amor vivificante. ¿Qué mensaje podrías enviar hoy? Señor, habla a través de mi vida hoy. Somos cartas de Cristo.

sábado, 22 de julio de 2017

TU SEÑOR JESUCRISTO ERES MI REFUGIO Y BALUARTE

El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré. El te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Salmo 91:1-3 ¿Será posible vivir libre de temor en este mundo tan peligroso e incierto? ¡Sí, definitivamente es posible! Porque la protección es parte de las promesas de Dios. Pero no es una promesa para cualquiera, sino para quienes moran a la sombra del Señor. Morar significa habitar o residir habitualmente en un lugar. Morar bajo la sombra del Omnipotente significa estar en constante unión con Él, guardando Su Palabra y obedeciendo Su voz. Los que permanecen en el Señor, pueden vivir sin temor de lo que el diablo pueda hacer. Sin embargo, permítame aclarar algo: La promesa de protección de Dios no garantiza que el diablo le dejará tranquilo. Significa que Dios le dará la salida cada vez que el diablo lo ataque. Si tiene temor de los peligros a su alrededor, pase más tiempo en la Palabra y en oración hasta que su confianza en Dios venza su temor. Busque al Señor hasta que more bajo la sombra del Omnipotente, y no importa lo peligroso que se torne este mundo, ciertamente Dios lo librará. El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré. El te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Salmo 91:1-3 ¿Será posible vivir libre de temor en este mundo tan peligroso e incierto? ¡Sí, definitivamente es posible! Porque la protección es parte de las promesas de Dios. Pero no es una promesa para cualquiera, sino para quienes moran a la sombra del Señor. Morar significa habitar o residir habitualmente en un lugar. Morar bajo la sombra del Omnipotente significa estar en constante unión con Él, guardando Su Palabra y obedeciendo Su voz. Los que permanecen en el Señor, pueden vivir sin temor de lo que el diablo pueda hacer. Sin embargo, permítame aclarar algo: La promesa de protección de Dios no garantiza que el diablo le dejará tranquilo. Significa que Dios le dará la salida cada vez que el diablo lo ataque. Si tiene temor de los peligros a su alrededor, pase más tiempo en la Palabra y en oración hasta que su confianza en Dios venza su temor. Busque al Señor hasta que more bajo la sombra del Omnipotente, y no importa lo peligroso que se torne este mundo, ciertamente Dios lo librará.

domingo, 16 de julio de 2017

NUEVO NACIMIENTO EN EL SEÑOR

Juan 3 (La Biblia - Dios Habla Hoy) Jesús y Nicodemo 3 Había un fariseo llamado Nicodemo, que era un hombre importante entre los judíos. 2 Éste fue de noche a visitar a Jesús, y le dijo: —Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque nadie podría hacer los milagros que tú haces, si Dios no estuviera con él. 3 Jesús le dijo: —Te aseguro que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le preguntó: —¿Y cómo puede uno nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso podrá entrar otra vez dentro de su madre, para volver a nacer? 5 Jesús le contestó: —Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que nace de padres humanos, es humano; lo que nace del Espíritu, es espíritu. 7 No te extrañes de que te diga: “Todos tienen que nacer de nuevo.” 8 El viento sopla por donde quiere, y aunque oyes su ruido, no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así son también todos los que nacen del Espíritu. Lucas 2:52 (La Biblia - Dios Habla Hoy) 52 Y Jesús seguía creciendo en sabiduría y estatura, y gozaba del favor de Dios y de los hombres. I. – Cómo Leer la Biblia: Tenemos que volver a La Biblia. Tenemos que leerla y hacerla el motivo constante de nuestro estudio y meditación. La Biblia debe leerse exactamente coma fue escrita: libro por libro. Debemos hacer de La Biblia objeto de estudio especial. Parece una sencillez el dar pautas para leer La Biblia, pero no lo es. Cada libro de la Biblia fue escrito en una época particular por hombres que Dios escogió para dar el mensaje divino en un momento dado y bajo las circunstancias especiales de cada época. Sin embargo, cada libro tiene un significado actual de valor extraordinario para cada uno de nosotros en el día de hoy. Aquí es donde reside precisamente la grandeza de La Biblia: su mensaje, a pesar de haber sido dado hace muchos siglos, es un mensaje contemporáneo que se aplica en forma real y efectiva a las necesidades y problemas morales y espirituales que nosotros confrontamos hoy. El principio de que La Biblia debe leerse libro por libro se opone a la idea que tienen muchos de que para leer la Biblia basta abrirla por cualquier parte y leer cualquier texto o cualquier pasaje. II. – Tres Pasos o Movimientos: Hay tres pasos o movimientos en la lectura de un libro de La Biblia, según este método que proponemos, a saber: (a) Lectura Rápida: Lo primero que recomendamos es hacer una lectura rápida del libro de La Biblia que usted desee leer. Léalo conforme a sus hábitos de lectura. Lo que usted debe leer en primer lugar es una de las biografías de Jesucristo, el Centro y Corazón mismo de La Biblia. Recomiendo, para comenzar este método, la lectura del Evangelio de San Marcos. Este libro presenta la biografía de Jesucristo en forma sencilla, atractiva y movida, como si se tratara de escenas contenidas en una película cinematográfica. Sus dieciséis capítulos se pueden leer de una sola sentada. Pero vamos a considerar que el lector promedio necesite cuatro días para leer todo el Evangelio de San Marcos. Esto es, a razón de cuatro capítulos por día. ¿Qué hacer después de esta Lectura Rápida de cuatro días? (b) Lectura Coloreada: Lea nuevamente el libro. En esta ocasión tenga consigo lápices de colores y al leer vaya coloreando los versículos, frases y pasajes que le llamen más la atención. Coloree esa parte y siga leyendo. En este tipo de Lectura Coloreada, usted empleará generalmente ocho días. ¿Qué hacer después de esta Lectura Coloreada? (c) Lectura Memorizada: Lea nuevamente el libro. En esta tercera ocasión vaya memorizando los versículos a los pasajes que usted coloreó en la segunda lectura. En esta forma de memorización, usted está siguiendo más o menos las normas que nuestro Señor Jesucristo siguiera, según lo vemos en muchas partes del Evangelio, especialmente en el pasaje qua nos habla de Las Tentaciones de El Señor. En aquella ocasión, nuestro Señor citó de memoria varios versículos del Antiguo Testamento, que era la parte de La Biblia que existía entonces. Un versículo o una frase de Las Escrituras memorizada por usted puede ser el medio que Dios use para evitarle una caída en momentos difíciles de tentación. Debemos llevar siempre con nosotros La Biblia. Por lo menos, el Nuevo Testamento debemos llevarlo siempre en un bolsillo o en la cartera. Sin embargo, es menester además memorizar los textos de La Escritura, porque hay ocasiones en que no podremos leer ni aun La Biblia o el Nuevo Testamento qua llevamos con nosotros. En estos casos, no hay substituto para un versículo o pasaje de La Biblia memorizado. La Lectura Memorizada puede tomarle doble tiempo que la Lectura Coloreada. Pero al terminar la Lectura Memorizada de un libro, usted tiene ya una serie de textos memorizados quo vienen a ser como el fundamento y los pilares para ir adquiriendo gradualmente el conocimiento completo de La Palabra de Dios. En resumen, si usted lee el Evangelio de San Marcos, siguiendo este método, emplearía unos veintiocho días, distribuidos en la forma siguiente: Lectura Rápida: 4 días; Lectura Coloreada: 8 días; Lectura Memorizada: 16 días. Total: 28 días. III. – Sintonización: La Biblia es diferente a todos los demás libros. Es la revelación misma de Dios al hombre. Por eso, antes de empezar la lectura de un libro de La Biblia, haga lo mismo que usted hace al sentarse frente a un aparato de radio: sintonice. Esto es, ponga su vida a tono con el mismo Dios, que le va a hablar a usted, por medio de La Palabra Escrita. ¿Cómo se sintoniza? Lea un capítulo del Libro de los Salmos cada vez que usted vaya a empezar la Lectura de La Biblia. ¿Por qué? Al leer usted un Salmo, ya está usted en actitud de oración. Esto es, en la disposición debida para recibir el mensaje de La Palabra de Dios. La Biblia hay que leerla en oración. Cuando así se hace, se encuentra deleite en su lectura y se recibe la bendición que Dios imparte a todos aquellos que con humildad y sinceridad buscan Su luz y dirección. IV. – Indicaciones Finales: Después de la lectura del Evangelio de San Marcos, recomendamos que se lean, siguiendo el plan de Lectura Rápida, Lectura Coloreada y Lectura Memorizada, los libros siguientes: 1) El Libro de Los Hechos de los Apóstoles, que contiene la Historia de la Iglesia Primitiva y de cómo los primeros cristianos, baja la dirección del Espíritu Santo, comenzaron a proclamar el Evangelio de Jesucristo y testificar de su fe por todas partes. 2) El Evangelio de San Lucas, escrito en un estilo literario bello y atractivo. Usa San Lucas aquí el estilo que hoy llamaríamos "moderno". Es decir, formas precisas, claras e interesantes en la narración de los sucesos relacionados con la vida de Jesucristo. 3) La Primera Epístola de los Corintios. Aquí se hace la descripción de una de las primeras Iglesias Cristianas en el "mundo gentil". Por medio de la lectura de esta Epístola vemos cómo los cristianos de esta Iglesia eran más o menos "del mismo barro" que nosotros. En aquella Iglesia Primitiva faltaba lo que a veces falta en nuestras Iglesias de hoy: el amor fraternal. 4) El Evangelio de San Juan, que pudiéramos llamar el "Evangelio de las Entrevistas", está escrito en lo que hoy llamaríamos "estilo periodístico". Allí están entrevistas tan inolvidables como la de Jesucristo con Nicodemo, con la Samaritana y aun la de nuestro Señor, ya clavado en el madero de la cruz, con los dos ladrones. 5) La Segunda Epístola de los Corintios. Leyendo esta Segunda Epístola vemos cómo Dios, con su poder y su gracia, transforma en discípulos fieles a aquellos que empezaron su carrera cristiana llenos de defectos y errores. 6) El Evangelio de San Mateo, que es la biografía de nuestro Señor en que más se enfatiza su condición de Mesías, el Cristo, el Ungido de Dios para la salvación de Su pueblo. Después do leer estos libros, en la forma recomendada, ya le será posible a usted leer cualquier otro libro de La Biblia, siguiendo las mismas normas. Ya podrá usted nadar en aguas profundas sin necesidad de "salvavidas". Es decir, ya podrá usted, sin ninguna otra ayuda, sacar verdadero provecho de la lec tura de cualquier libro de Las Sagradas Escrituras. Recuerde siempre, sin embargo, que la primera cosa quo usted debe hacer, antes de leer cada día en cualquiera de estos libros, as sintonizar su mente y su corazón con Dios, mediante la lectura de un Salmo. La formula es: Sintonice primero, lea después. Lucas 24:53 (La Biblia - Dios Habla Hoy) 53 Y estaban siempre en el templo, alabando a Dios.

viernes, 7 de julio de 2017

LA SALVACIÓN DEL ALMA

Salvación. ... El concepto de salvación eterna, salvación celestial o salvación espiritual hace referencia a la salvación del alma, por la cual el alma se libraría de una amenaza eterna (castigo eterno o condenación eterna) que la esperaría tras la muerte. 22 Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más. (Isaías 45:22) 21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. (Mateo 1:21) 10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. (Lucas 19:10) 28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. (Mateo 26:28) 14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. EL ARREPENTIMIENTO Mateo 4:17 (La Biblia - Dios Habla Hoy) 17 Desde entonces Jesús comenzó a proclamar: «Vuélvanse a Dios, porque el reino de los cielos está cerca.» Hechos 3:19-20 (La Biblia Reina-Valera 1960) 19 Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, 20 y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; EL BAUTISMO EN AGUA Mateo 3 16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Mateo 28 19 Por tanto, ID, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; Marcos 16 16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

lunes, 26 de junio de 2017

TODO LO QUE HACE DIOS ES MUY BUENO

Génesis 1:24-31 Entonces Dios miró todo lo que había hecho, ¡y vio que era muy bueno!… (v. 31 NTV). Hace poco, tuve uno de esos días que parecen tener un tema en común. Nuestro pastor empezó su sermón sobre Génesis 1 con dos minutos de fotografía secuencial de bellísimos capullos que florecían. Después, en casa, observé varias publicaciones de flores en las redes sociales. Más tarde, mientras paseaba por el bosque, vi toda clase de flores silvestres: aristoloquias, caléndulas y lirios silvestres. Dios creó las flores y toda clase de vegetación el tercer día de la creación. Y dos veces ese día, declaró que lo que había hecho «era bueno» (Génesis 1:10, 12). Solo uno de los demás días de la creación, el sexto, Dios hizo esa doble declaración de «bueno» (vv. 24, 31). Es más, aquel día, cuando creó al hombre y su obra maestra quedó completa, miró todo lo que había hecho, « ¡y vio que era muy bueno!» (NTV). En la historia de la creación, vemos a un Dios creador que se deleita en lo que hizo… y parece regocijarse en el mismo acto de crear. ¿Qué otra razón habría para diseñar un mundo con una variedad tan colorida y maravillosa? Y guardó lo mejor para el final, cuando «creó al hombre a su imagen» (v. 27). Como portadores de su imagen, tenemos la bendición y la inspiración de la bellísima obra de sus manos. Señor, gracias por hacernos a tu imagen para que pudiéramos tener la inspiración de crear. Toda la creación tiene el autógrafo de Dios.

sábado, 17 de junio de 2017

LA RELIGIÓN PURA Y SIN MÁCULA DELANTE DE NUESTRO DIOS Y PADRE ES ÉSTA: VISITAR A LOS HUÉRFANOS Y A LAS VIUDAS EN SUS AFLICCIONES Y GUARDARSE SIN MANCHA DEL MUNDO

Salmo 147:1-11 Se complace el Señor en los que le temen, y en los que esperan en su misericordia (v. 11). Camino a casa, después de la boda de un familiar, mi mamá me preguntó por tercera vez qué novedades había en mi trabajo. Una vez más, repetí algunos de los detalles, como si fuera la primera vez que se los contaba, mientras me preguntaba cómo podía lograr que mis palabras fueran más recordables. Mi mamá tiene Alzheimer, una enfermedad que va destruyendo la memoria, puede afectar la conducta y termina en la pérdida del habla… y más. Me duele que mi mamá esté enferma, pero doy gracias porque sigue aquí y podemos pasar tiempo juntas… incluso conversar. Me emociona que, cada vez que voy a verla, ella resplandece de alegría y exclama: «¡Alyson, qué sorpresa encantadora!». Disfrutamos de la compañía mutua, y, aun en los silencios, cuando ella no encuentra las palabras, tenemos comunión. Quizá sea una pequeña imagen de nuestra relación con Dios. La Escritura afirma: «Se complace el Señor en los que le temen, y en los que esperan en su misericordia» (Salmo 147:11). A los que creen en Jesús como Salvador, Dios los llama sus hijos (Juan 1:12). Y, aunque quizá pidamos lo mismo una y otra vez o nos falten las palabras, al Señor le agrada que conversemos con Él en oración… incluso cuando no sabemos qué decir. Señor, gracias por poder aprender de ti a través de la Biblia y de hablar contigo en oración. ¡A Dios le encanta escucharnos!

domingo, 11 de junio de 2017

COMO ORAR

2 Crón. 6:7-9, 12-15 Allí, sobre la plataforma, [Salomón] se arrodilló y, extendiendo las manos al cielo, oró… (v. 13 NVI). Algunos cuando oran en la iglesia, a veces, cierran los ojos. Dicen que los ayuda a concentrarse y aislar las distracciones para alabar a Dios; solo están ellos y el Señor. Algunos se preguntan si debemos cerrar los ojos al orar. Sin embargo, como podemos orar en cualquier momento y lugar, puede ser difícil cerrar los ojos siempre; ¡en especial, si estamos caminando, desmalezando o conduciendo un vehículo! Además, no hay reglas sobre qué posición debemos adoptar al hablar con Dios. Cuando el rey Salomón oró para dedicar el templo que había edificado, se arrodilló y «extendió sus manos al cielo» (2 Crónicas 6:13-14). Arrodillarse (Efesios 3:14), quedarse de pie (Lucas 18:10-13) e incluso postrarse con el rostro al suelo (Mateo 26:39) son todas posturas de oración mencionadas en la Biblia. Ya sea que nos arrodillemos o nos paremos ante Dios, que levantemos las manos o cerremos los ojos, lo importante no es la postura, sino el corazón. Todo lo que hacemos «mana» de nuestro corazón (Proverbios 4:23). Cuando oramos, que nuestro corazón siempre esté inclinado en adoración, gratitud y humildad frente a nuestro Dios, porque sabemos que están «abiertos [sus] ojos y atentos [sus] oídos a la oración» de su pueblo (2 Crónicas 6:40). Señor, que pueda siempre concentrarme en ti. La forma más elevada de oración surge de lo profundo de un corazón humilde.

miércoles, 31 de mayo de 2017

¡JONAS! ¿PARA ADONDE VAS?

Jonás 1 Dios Habla Hoy 1 El Señor se dirigió a Jonás, hijo de Amitai, y le dijo: 2 «Anda, vete a la gran ciudad de Nínive y anuncia que voy a destruirla, porque hasta mí ha llegado la noticia de su maldad.» 3 Pero Jonás, en lugar de obedecer, trató de huir del Señor, y se fue al puerto de Jope, donde encontró un barco que estaba a punto de salir para Tarsis; entonces compró pasaje y se embarcó para ir allá. 4 Pero el Señor hizo que soplara un viento muy fuerte, y se levantó en alta mar una tempestad tan violenta que parecía que el barco iba a hacerse pedazos. 5 Los marineros estaban llenos de miedo, y cada uno invocaba a su dios. Por fin, para aligerar el barco, echaron toda la carga al mar. Jonás, mientras tanto, había bajado a la bodega del barco, y allí se había quedado profundamente dormido. 6 Entonces el capitán fue a donde estaba Jonás, y le dijo: —¿Qué haces tú ahí, dormilón? ¡Levántate y clama a tu Dios! Tal vez quiera ocuparse de nosotros y nos ponga a salvo. 7 Entre tanto, los marineros se decían unos a otros: —Vamos a echar suertes, para ver quién tiene la culpa de esta desgracia. Echaron, pues, suertes, y Jonás resultó ser el culpable. 8 Entonces le dijeron: —Dinos por qué nos ha venido esta desgracia. ¿Qué negocio te ha traído aquí? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿De qué raza eres? 9 Jonás les contestó: —Soy hebreo, y rindo culto al Señor, el Dios del cielo, creador del mar y de la tierra. 10-11 Jonás contó a los marineros que él estaba huyendo del Señor, y ellos, al oírlo y al ver que el mar se agitaba más y más, sintieron mucho miedo y le preguntaron: —¿Por qué has hecho esto? ¿Qué podemos hacer contigo para que el mar se calme? 12 —Pues échenme al mar, y el mar se calmará —contestó Jonás—. Yo sé bien que soy el culpable de que esta tremenda tempestad se les haya venido encima. 13 Los marineros se pusieron a remar con todas sus fuerzas para acercarse a tierra, pero no lo lograron, porque el mar se embravecía cada vez más. 14 Entonces clamaron al Señor y dijeron: «Señor, no nos dejes morir por culpa de este hombre. Y si es inocente, no nos hagas responsables de su muerte, porque tú, Señor, actúas según tu voluntad.» 15 Dicho esto, echaron a Jonás al mar, y el mar se calmó. 16 Al verlo, los marineros sintieron una profunda reverencia por el Señor, y le ofrecieron un sacrificio y le hicieron promesas. 17 (2.1) Entre tanto, el Señor había dispuesto un enorme pez para que se tragara a Jonás. Y Jonás pasó tres días y tres noches dentro del pez. El llamado y la comisión de Jonás El Señor dirigió su palabra a Jonás hijo de Amitai y le dijo: "Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad y clama contra ella, porque su maldad ha subido hasta mí." Aquí encontramos el llamado y la comisión del profeta Jonás para ir a la ciudad de Nínive, llamada en este versículo "una gran ciudad". Era la capital del imperio asirio y estaba situada en el río Tigris. Era la potencia mundial de aquella época. Más adelante, vamos a tratar este asunto del tamaño de la ciudad, porque este detalle se enfatizó dos veces más en este libro. Aquí el énfasis recayó realmente en la maldad de esa ciudad. Era una gran ciudad por cierto, pero era también enorme su maldad. Y esa maldad llegó hasta tal punto que llegó a la presencia de Dios. Y entonces Dios determinó que juzgaría a la ciudad - es decir, en el caso de que la ciudad no volviera a El. Leamos ahora el versículo 3 de este primer capítulo, en el cual vemos que el profeta Jonás se dirigió hacia el oeste "Pero Jonás se levantó para huir de la presencia del Señor a Tarsis, y descendió a Jope, donde encontró una nave que partía para Tarsis; pagó su pasaje, y se embarcó para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia del Señor." Jonás dejó su ciudad natal de Gath-epher en el reino del norte de Israel, y con este llamado y comisión que había recibido de Dios, uno pensaría que se iba a dirigir directamente a la ciudad de Nínive. Desde Israel, para dirigirse a Nínive, Jonás habría tenido que salir en dirección al este. Pero en vez de encaminarse en esa dirección, hizo algo muy extraño. Descendió hasta Jope y compró un billete en el primer barco que zarpó hacia Tarsis. Tarsis era una ciudad que había sido fundada por los Fenicios en la costa sur de España. Era un lugar remoto del oeste. (Ahora, los fenicios eran en aquellos tiempos una nación de navegantes, y habían fundado gran cantidad de ciudades a lo largo del mediterráneo en la costa norte de África y a lo largo de la costa sur de España. Esta gente había llegado hasta Gran Bretaña, y dicen que ellos fueron los que le dieron a esa zona su nombre. "Inglaterra", que quiere decir "la tierra del estaño". Iban allí para obtener estaño.) Tenemos ahora ante nosotros lo que consideramos un problema mayor que el de Jonás en el gran pez. En realidad, el problema de este libro de Jonás no era el pez, sino que era Jonás. Dios le pidió que se fuera a Nínive y, en cambio, el compró un billete para viajar a Tarsis. Dios le dijo que se fuera en dirección al este y él decidió no obedecer a Dios y partió rumbo al oeste. Entonces, de forma natural surge la pregunta: ¿Por qué actuó Jonás de esta manera? Hay varias explicaciones: (1) Jonás detestaba a los habitantes de Nínive y no quería que se salvaran. Había ciertas bases para ese odio. Asiria era una de las naciones más brutales del mundo antiguo. Este pueblo era temido por todos los pueblos de aquella época. Usaban métodos muy crueles para torturar a la gente y podían extraer información de sus cautivos con mucha facilidad. Una de las cosas que hacían era que ellos sacaban a un hombre al desierto, y lo enterraban en las arenas del desierto hasta el cuello, dejando sobresalir solamente la cabeza. Entonces colocaban una correa de cuero en su lengua, y lo dejaban allí para que muriera, mientras el sol ardiente lo abrasaba sin misericordia. Se decía que la persona tratada en esa forma, enloquecía antes de morir. Esa fue pues, una de las torturas que habían ideado. Como ejército, los Asirios tenían una forma de desplazarse fuera de lo normal. Una de las razones por las cuales los babilonios pudieron vencerlos fue la lentitud de la marcha del ejército asirio. Ellos avanzaban llevando a sus familiares y tenían muy poco orden en el ejército. Se movían como si fueran una multitud que cruzaba el campo. Resultaba fácil llegar a la conclusión de que semejante desorden se volvería en contra de ellos. Sin embargo, cuando se desplazaban como si fueran una plaga de langostas sobre una ciudad o pueblo, se decía que eran tan temidos, que en algunas ocasiones toda una ciudad llegaba al extremo de suicidarse antes que caer en las manos de los brutales Asirios. O sea, que podemos ver que no eran precisamente apreciados por los pueblos que los rodeaban. También sabemos que en esta época en particular ellos estaban llevando a cabo incursiones contra el reino del norte de Israel. Ahora, durante mucho tiempo, fueron Siria y el reino del norte de Israel, las naciones que lucharon entre sí. Pero ellas finalmente lograron concertar una alianza a causa de la amenaza de Asiria sobre el norte y el este. Sin embargo, al final, Asiria llevó cautivos a los pueblos de Siria e Israel. Cuando los Asirios comenzaban a penetrar en una nación a la que querían conquistar, efectuaban un ataque por sorpresa sobre una ciudad, se llevaban cautivas a las mujeres, y después asesinaban brutalmente a los hombres y a los niños. No lo sabemos con seguridad, pero es razonable deducir, que los Asirios habían descendido en alguna ocasión contra Gath-hepher, ciudad natal de Jonás, Incluso es posible que hubieran llegado hasta su hogar, y puede que el profeta hubiera visto con sus propios ojos como asesinaban brutalmente a sus propios padres. O quizás él pudo ver cómo los asirios abusaron y violaron a sus propias hermanas. Pero lo que sí sabemos, es que Jonás detestaba a los asirios y no quería que ellos se salvaran. Por tanto, él salió de viaje en la dirección opuesta. Él no les iba a llevar el mensaje de salvación de parte de Dios. (2) Hubo una segunda razón por la cual Jonás se dirigió hacia el oeste. Alguien podría decir que el mensaje de Jonás no era de salvación, sino que éste sería un mensaje de juicio. Bueno, aunque esto era cierto, es decir, que sí sería un mensaje de juicio, Pero Jonás conocía a Dios y entonces ese fue el motivo que lo impulsó a viajar en la dirección opuesta. El profeta sabía que si llegaba a la ciudad de Nínive con un mensaje de juicio y la gente de la ciudad se arrepentía y volvía a Dios, Dios no los castigaría, sino que salvaría a la ciudad. Y él no quería que aquel pueblo se salvara, Esa no era la opción que él deseaba. Así que se fue en la dirección contraria. (3) Una tercera razón por la que Jonás salió de viaje en otra dirección, fue que él era claramente, un profeta de Dios desobediente - de ello no cabe la menor duda. El estaba fuera de la voluntad, de la misma manera que el hijo pródigo de la parábola relatada en el Evangelio de Lucas, capítulo 15. El hijo pródigo huyó de su hogar; no quiso vivir bajo la autoridad de su padre y por ello viajó a un país lejano. De la misma manera, Jonás se encontraba fuera de la voluntad de Dios. Era un profeta cuya vida no estaba siendo vivida en armonía con los planes de Dios. Más adelante veremos que la totalidad del capítulo 4 trata sobre su rebelión y como Dios le colocó nuevamente bajo su autoridad. (4) Ahora aquí tenemos una cuarta y última razón por la que Jonás desobedeció a Dios. ¿Ha observado Ud. que en el Antiguo Testamento Dios nunca envió a sus mensajeros como misioneros a otros países? El método que Dios usó en el Antiguo Testamento fue realmente el método opuesto al que usa en la actualidad. Israel tenía que servir y adorar a Dios como nación que estaba situada geográficamente en la encrucijada del mundo, donde se encontraban los tres continentes de Europa, Asía y África. Las naciones de aquel tiempo si no se desplazaban para conseguir agua, tomaban la ruta que cruzaba las tierras de Israel. Dios eligió a aquel pueblo, lo colocó en esa encrucijada, e hizo que construyeran un templo para adorarle, para que pudieran dar testimonio de Dios sirviéndole. El testimonio de ellos se dirigía hacia un mundo que los estaba observando. La invitación, que encontramos expresada en un salmo, era "Venid, subamos a la casa del Señor y adorémosle". Y así, en aquella época de apogeo, el pueblo de Israel dio testimonio de Dios en la encrucijada del mundo, y el mundo vino a ellos. Por ejemplo, la reina de Saba vino a Israel desde los confines de la tierra. ¿Y por qué realizó semejante viaje? Ella había oído acerca de cómo adoraban los israelitas y cuando llegó allí, encontró que había un altar para los pecadores. Ello fue lo que la condujo a un conocimiento salvador de Dios. Si usted lee este registro histórico, descubrirá que no solo vino ella al reino de Israel, sino que también otros reyes de la tierra acudieron para escuchar la sabiduría de Salomón. Durante ese breve período, Israel ofreció al mundo un testimonio, pero los israelitas no tuvieron que expresar este testimonio saliendo de viaje como misioneros, sino que fue el resto del mundo el que vino a encontrarse con ellos. En el Antiguo Testamento se nos dio solo un ejemplo, el de la reina de Saba. En el Nuevo Testamento, en el libro de Los Hechos, tenemos el ejemplo de cada uno de los hijos del patriarca Noé: de un descendiente de Cam, de un descendiente de Jafet, y de un descendiente de Sem, quienes se convirtieron al cristianismo. Nos referimos al eunuco etíope, a Saulo de Tarso, y a Cornelio, el centurión romano. Aunque se nos dieron solo estos ejemplos, hubo literalmente miles y, más tarde, millones, que fueron guiados a un conocimiento salvador de Cristo. Sin embargo, para la iglesia actual el método es el opuesto al del Antiguo Testamento, Creemos que a los 12 discípulos, todos ellos israelitas formados de acuerdo con el Antiguo Testamento, les debió resultar llamativo e incluso sorprendente, cuando el Señor Jesús les dijo Id por todo el mundo, y predicad el evangelio a toda criatura (como podemos leer en Marcos 16:15) Habrán pensado que se trataba de algo nuevo, que jamás hubieran imaginado. En vez de convocarlos al templo en Jerusalén, les estaba diciendo que, comenzando en Jerusalén, es decir, desde Jerusalén, debían ir a Judea, a Samaria y hasta los confines de la tierra. Este es pues el método actual. A veces criticamos a Israel por su fracaso en su labor de testimonio, pero nosotros edificamos un templo y esperamos que la gente venga hacia nosotros, cuando que, en vez de ello, tendríamos que salir al mundo. Por este motivo difundimos la Palabra y el mensaje de Dios a través de la radio, porque creemos que es el método divino en la actualidad. Pero ese no era el método en los días de Jonás y él se sorprendió cuando Dios le dijo: Levántate y ve a Nínive. Creemos que Jonás era el mismo tipo de persona que Simón Pedro. Pensamos que Jonás se puso a discutir con el Señor, de la misma manera en que lo haría, siglos más tarde, Simón Pedro. Creemos que él era esa clase de persona que le habría dicho a Dios: "Un momento por favor. Tú nunca enviaste a Elías a Egipto, ni a Isaías a un país aun más lejano. ¿Por qué me estás pidiendo a mí que haga algo que nunca le pediste a ningún profeta que hiciera?" Y simpatizamos con Jonás. Él no podía entender por qué Dios querría cambiar Su método. Sin embargo, este libro revela que Dios es el Dios de los no judíos. El apóstol Pablo escribió en su carta a los Romanos, capítulo 3, versículo 29, las siguiente palabras que ya hemos citado en otra ocasión: 29¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los no judíos? Ciertamente, también de los no judíos. Y Jonás hubiera estado de acuerdo con esta declaración, pero no en ese momento de su vida. No sería hasta después de las experiencias relatadas en este libro que él fue consciente de que su Dios era también el Dios de los no judíos. Volviendo al versículo 3, recordemos que dice: encontró una nave que partía para Tarsis; pagó su pasaje, y se embarcó para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia del Señor. La experiencia de Jonás, podría resultarle de ayuda si usted está viviendo momentos difíciles que le hacen preguntarse si usted está en la voluntad de Dios. Aunque no podemos decirle si usted está viviendo, o no, de acuerdo con Su Voluntad, podemos decirle lo siguiente: el hecho de que usted esté pasando por momentos problemáticos no constituye una prueba de que esté fuera de la Voluntad de Dios. Más bien, podría ser una prueba de que usted está bajo la Voluntad de Dios. Si usted está viviendo una vida en la que todo le sale bien y le resulta fácil en todos los aspectos, y si ello es el único indicador que está usando para interpretar que usted está viviendo en la voluntad de Dios, entonces se está apoyando sobre una base deficiente, frágil, y esa actitud no lo sostendrá en tiempos de crisis. Observemos de cerca la ilustración de Jonás. Aquí tenemos a un hombre viajando en la dirección opuesta a la cual Dios le dijo que viajara. Él estaba clara y definitivamente fuera de la voluntad de Dios, y se dirigió hacia Jope, y cuando llegó allí, no encontró ningún problema. Entonces encontró un barco, compró un billete, subió a bordo y se fue a dormir. Todo parecía ir bien. Según nuestra opinión, Jonás podría haber dado un testimonio, parecido a algunos que hemos escuchado con frecuencia. Quizás él fue a comprar el billete preguntándose si estaba cumpliendo la voluntad de Dios o no. (El tenía que haber sabido que no la estaba obedeciendo). Pero, igual que él, algunos dicen que se preguntan si la está cumpliendo o no. Quizás, a última hora ya no quedaban plazas libres, pero alguien llamó para cancelar la suya y entonces el vendedor de billetes le ofreció el lugar que había quedado vacante. Entonces Jonás debió haber pensado: "¡Bueno, esto debe querer decir que estoy cumpliendo la Voluntad de Dios!" ¿Cuántos cristianos piensan hoy de esta manera? Si lo están pasando mal piensan: "Ay, debo estar fuera de la voluntad de Dios": Si todo está en calma y nos va bien en todo piensan:"Bueno, debo estar obedeciendo la Voluntad de Dios". Estimado oyente, de acuerdo con nuestra opinión, si usted está teniendo problemas, podría ser que el diablo se está preocupando porque usted está creciendo espiritualmente y siendo efectivo para Dios. Hemos encontrado que esto ha resultado cierto en nuestro propio ministerio cristiano. Simplemente, el hecho de que usted esté teniendo problemas no quiere decir que se encuentra fuera de la Voluntad de Dios. Volviendo a la historia de Jonás, todo parecía seguir saliendo bien y todo auguraba un viaje tranquilo y agradable. Alguien ha definido una situación parecida a ésta como "una coincidencia fortuita de circunstancias". Pero nosotros sabemos que Jonás estaba viajando en la dirección equivocada y Dios iba a tener que hacerlo ir a parar a un pez para que su vida experimentara un giro y se pusiera en la dirección correcta. A través de los siglos, en la Biblia y fuera de la Biblia, los siervos de Dios no se han encontrado con una vida fácil. Las circunstancias no se les han presentado tan favorables; más bien han sido difíciles. Nos ha emocionado la historia del misionero David Livingstone; pero él, verdaderamente, sufrió lo suyo. Si hubiéramos penetrado en la oscuridad espiritual del África, como él hizo, después de pasar por algunas de las duras experiencias que las que él pasó, nos hubiera resultado fácil decir con una voz piadosa: "Bueno, parece que la Voluntad de Dios es que demos la vuelta y regresemos al hogar". Otro misionero, llamado John Patton, misionero a las Nuevas Hébridas, se encontró con decepciones por todas partes y tuvo que sortear obstáculos diariamente; pero, ésta es la manera en que a veces Dios nos guía. En la carta a los Hebreos, capítulo 11, versículos 36 al 38, hablando de muchos héroes anónimos de la fe, dice: 36Otros experimentaron oprobios, azotes y, a más de esto, prisiones y cárceles. 37Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada. Anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados. 38Estos hombres, de los cuales el mundo no era digno, anduvieron errantes por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. En esa misma carta a los Hebreos también leemos que algunos, por la fe, escaparon del filo de la espada, mientras que otros, por causa de su fe, fueron muertos por la espada. En consecuencia, diremos que usted no puede interpretar siempre que las circunstancias favorables son una señal de estar bajo la Voluntad de Dios, y que las desfavorables indican que usted no está en la Voluntad de Dios. Volviendo a nuestra historia, Jonás se encontraba entonces a bordo y lo imaginamos en la cubierta sonriendo, a medida que la vista de la costa se iba perdiendo en la distancia. Quizás se dijo a sí mismo: "¡Bueno, parece que voy a tener un viaje tranquilo!" Pero más adelante comprobaremos que este hombre no lo iba a tener nada fácil.

sábado, 27 de mayo de 2017

LO QUE AHORA VIVO EN LA CARNE, LO VIVO EN LA FE DEL HIJO DE DIOS

Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará(Marcos 8:34,35) Cuando Jesús dijo esas palabras, no solo estaba dándonos la receta para ir al cielo, sino también la receta para vivir una vida de excelencia aquí en la tierra. Hay una vida mejor que podemos vivir aquí en este mundo. Pero para entrar en ella, tenemos que abandonar la manera en que estamos acostumbrados a vivir. Quizá tengamos que dejar las cosas a las cuales hemos estado aferrados y, a cambio, dedicarnos a hacer lo que Dios quiere que hagamos. Eso fue lo que Jesús hizo. Él no vivió su vida para sí mismo; la vivió para Dios en su totalidad. Él hizo sólo lo que el Padre le dijo que hiciera, y vivió en victoria total. Es tiempo de darnos cuenta de que el nacer de nuevo no es algo que hacemos tan solo para escapar del infierno. Nuestro propósito debe ser agradar a Dios, dar nuestra vida con el fin de cumplir sus deseos, ser su tesoro especial en la tierra y hacer lo que Él quiere que hagamos. Nuestra mayor prioridad debe ser darnos a Él, vivir en comunión con Él y estar en oración el suficiente tiempo para que podamos oír su voz y después obedecerle. Solo cuando hagamos esas cosas nos sentiremos realizados y podremos vivir la vida de excelencia que hemos estado anhelando.

domingo, 21 de mayo de 2017

SOMOS SERVIDORES Y ADMINISTRADORES DE CRISTO

"Por tanto, que los hombres nos consideren como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios". (1 Corintios 4:1) 1 Corintios 4:1-5 Nosotros todos, en realidad, somos siervos, servidores de Cristo. Cada creyente es un servidor, un ayudante de Cristo. En cierto sentido, cada creyente es un predicador, alguien que con su vida, con su ejemplo, proclama un mensaje a los que le rodean. Es una influencia que se transmite consciente o inconscientemente. La cuestión es qué clase de mensaje estamos transmitiendo. Aquí se llama al siervo de Cristo, un administrador de los misterios de Dios. En el tiempo de Pablo, un administrador era la persona encargada de los asuntos de la vivienda familiar ante el propietario. Era el encargado de los temas domésticos, la comida, la ropa y demás asuntos. El proporcionaba a la familia todo lo que iban necesitando. De la misma manera, el servidor de Cristo debería entregar la Palabra de Dios a los miembros de la familia espiritual. Y vemos aquí nuevamente la palabra misterio. Recordemos que en la Biblia los misterios son aquellas verdades que anteriormente no habían sido reveladas, pero que en aquel momento fueron dadas a conocer. Esos misterios no pueden ser comprendidos por el hombre natural. Sólo el Espíritu de Dios puede tomar aquellas verdades sobre Cristo y hacer que las entendamos. El "misterio" se refiere aquí a la sabiduría de Dios, concretamente, al Evangelio, el mensaje de la cruz que sólo puede ser conocido y comprendido, por medio de la revelación del Espíritu Santo. Y teniendo en cuenta que somos administradores de los llamados "misterios de Dios", debemos entregar y repartir esos misterios. Después de concluir sus parábolas sobre el misterio, en Mateo 13:51, Jesús les dijo a sus oyentes: "¿Habéis entendido todas estas cosas?" Me inclino a creer que ellos no le entendieron realmente en aquella ocasión. Y Jesús no aclaró si ellos le habían entendido o no. Pero sí continuó diciéndoles, como vemos en el versículo 52: "Por eso todo escriba que se ha convertido en un discípulo del reino de los cielos es semejante al dueño de casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas". Y esto es precisamente lo que un administrador de los misterios de Dios debería estar haciendo, y es extraer de la Palabra de Dios cosas nuevas y cosas viejas. Ésa es pues la misión de un administrador de los misterios de Dios. Y no se me ocurre pensar en un encargo más elevado que éste. Continuemos leyendo el versículo 2: "Ahora bien, lo que se requiere de los administradores es que cada uno sea hallado fiel". Observemos que no se requiere que un administrador sea elocuente o que tenga muchos dones o talentos espirituales; sólo se le pide que sea fiel. Muchos de ellos serán un día recompensados, no porque hayan logrado realizar grandes cosas, ni por algún gran talento que tengan, sino porque hayan sido fieles en lo que hicieron, y por la manera en que lo hicieron. Y dicen los versículos 3 y 4: "En cuanto a mí, en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros o por tribunal humano. ¡Ni aun yo mismo me juzgo! Aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso estoy sin culpa, pues el que me juzga es el Señor". Estos dos versículos presentan los tres tribunales ante los cuales debemos presentarnos. Y nos dicen que no tenemos derecho a juzgarnos unos a otros, porque todos compareceremos ante un tribunal superior. 1. El primer tribunal es el tribunal ordinario de la opinión de los demás. Notemos lo que el apóstol Pablo dijo que él consideraba de poca importancia el ser juzgado por los demás o por cualquier tribunal humano. Él se refería aquí a la opinión de los demás. En la versión de la Biblia que preparó Philipps, dijo en este versículo 3: "En realidad a mí no me interesa mucho lo que usted o cualquier otra persona piense de mí". Ésta no es una traducción literal, pero es una buena interpretación. Es una declaración realmente contundente, y parecería indicar que Pablo fuera anti-social. Sin embargo, el apóstol no era una persona insensible o que despreciara la opinión de los otros. Él no era inmune a las expresiones y estima de la gente que le rodeaba. Él defendía su apostolado con gran sentimiento, cuando era desafiado por sus críticos. Él siempre se sentía herido por los rumores falsos, y aquí en este mismo capítulo hizo referencia a ello, como vemos en los versículos 11 al 13, en los que dijo lo siguiente: "11Hasta el día de hoy padecemos hambre y tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados y no tenemos lugar fijo donde vivir. 12Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos; nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos. 13Nos difaman, y respondemos con bondad; hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos". Aquí, pues, podemos ver la sensibilidad de Pablo afectada por las opiniones de otros. Sin embargo, su vida no estaba influenciada por esas opiniones. Ahora, aunque a nosotros nos guste o nos disguste, compareceremos ante ese tribunal formado por otros. No podemos evitarlo. Y esto quizá es practicado en exceso en otros países. Abraham Lincoln, por ejemplo dijo: "La opinión pública en este país, o sea en los Estados Unidos, lo es todo". Eso es cierto y es lamentable que así sea. Vemos que hay un peligro en acatar siempre la opinión de los demás, el ceder ante la crítica de nuestros enemigos, el rendirse ante ellos. Por lo tanto, un tribunal nunca debe inclinarse ante la opinión popular de la mayoría, porque compromete la aplicación de la justicia. Milton fue el que dijo: "La última enfermedad de una mente noble es el amor a la fama". Y eso es lo que persiguen muchas personas en nuestros días. El editor de un periódico, llamado Horacio Greeler, dijo: "La fama es como un vapor; la popularidad, como un accidente; las riquezas tienen alas; aquellos que aplauden hoy, son los que condenarán mañana. Sólo hay una cosa que perdura y es el carácter". Y alguien más ha dicho: "El problema con la mayoría de nosotros es que preferimos vernos arruinados por la adulación, que salvados por la crítica". Y eso, nos tememos, es también una cruda verdad. Y así hemos podido ver que aunque el apóstol Pablo fue sensible a la opinión de los demás, esa opinión no se convirtió en el principal rector de su vida. Por eso pudo decir: "Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano". 2. Ahora, hay un tribunal de más alto nivel. Y es el tribunal de la propia conciencia, que es el que se revela en sus palabras: "Ni aun yo mismo me juzgo", que leímos en el versículo 3. ¿Es la conciencia una guía segura? Bueno, Pablo dijo en Romanos 2:15-16 “ mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio”. Nosotros debemos ser guiados por el Espíritu. La Iglesia, o mejor dicho los creyentes, tienen que tener una conciencia más iluminada. Y cuando nos reprocha algo o nos censura, debemos prestarle atención y obedecerla. Pero cuando aprueba nuestra manera descuidada de vivir, o cuando apela a nuestra vanidad y nos alaba, entonces debemos tener mucho cuidado. Todos nosotros permanecemos firmes, o caemos ante este tribunal. Fue Longfellow quien dijo: "No es en el clamor de las multitudes, ni ante el aplauso o los gritos de las masas, sino que es en nosotros mismos donde se encuentra el triunfo o la derrota". Un hombre honrado no será influenciado por la opinión de los otros, sino por lo que él cree que es correcto. Es una regla valiente y noble. Sin embargo, el apóstol Pablo dijo que él no la seguía. Pablo no quiso emitir un juicio final sobre sí mismo. Y una vez más, usando la interpretación de Phillips, se nos dice que Pablo ni aun evaluaba su propia opinión sobre él mismo, porque eso no lo justificaba ante Dios. No es que él hubiera conocido alguna evidencia contra sí mismo; por el contrario, él dijo que no sabía nada en contra suyo, pero que esto no lo libraba a él de su responsabilidad ante Dios. Es una característica de nuestra naturaleza humana ser exigentes con los demás e indulgentes con nosotros mismos. Recordemos que ése fue el problema de David. El podía ver lo malo en los demás pero no en sí mismo. ¿Y qué diremos de nosotros? Cuando otras personas se aferran con tenacidad a alguna opinión, las llamamos conflictivas, pero cuando lo hacemos nosotros, pensamos que estamos mostrando con valor nuestras convicciones. Son los otros los que causan divisiones y problemas, pero nosotros estamos en la posición correcta. Otros son infieles cuando dejan de asistir a la iglesia, pero en cambio, nosotros tenemos buenas razones para hacerlo. Es que no estamos capacitados para ser severos con nosotros mismos. Nos colocamos en un nivel superior y, generalmente, lo distorsionamos. Pero Dios puede cambiar el sentido del veredicto de este segundo tribunal, el de nuestra conciencia. Hasta ahora hemos visto el tribunal de los otros, el tribunal de uno mismo, y ahora, veamos, en tercer lugar, 3. el tribunal del Único Amo y Señor; el tribunal supremo de Cristo. Pablo estaba diciendo que algún día él estaría ante el Tribunal de Cristo, acerca del cual hemos oído al leer las palabras del versículo 4, "pero el que me juzga es el Señor". Y cada uno de nosotros tendrá que comparecer algún día ante ese tribunal. Sobre este tema él hablará más extensamente en la Segunda Carta a los Corintios, en el capítulo 5. Pero cada uno de nosotros tendrá que estar presente allí. Así es que cada uno de nosotros tendrá que estar ante el Tribunal de Cristo. ¿Qué es lo que será juzgado allí? Bueno, sabemos que no seremos juzgados por nuestros pecados, porque los pecados son perdonados a nosotros, los creyentes, como dice el Salmo 103:12, Dios los ha alejado así como ha alejado del oriente el occidente. Él no se acordará más de nuestros pecados, como dice la Carta a los Hebreos, capítulo 5, versículo 12. Y todos nuestros pecados están cubiertos por la sangre que Cristo derramó en la cruz y es como si Dios no los recordara más. Nosotros entonces vamos a ser juzgados como administradores de todo aquello sobre lo cual Dios nos ha constituido en mayordomos. Todas nuestras posesiones físicas, nuestros cuerpos, nuestros recursos materiales, lo que debemos darle a Él será examinado y evaluado por Él. Ésas serán las cosas que van a ser juzgadas en ese tribunal. Así que podemos ver que el ser un administrador, un mayordomo fiel, es de suma importancia. Después de todo, nosotros no somos los dueños de nada; como hemos dicho antes; todas las cosas pertenecen a Cristo, y nosotros también le pertenecemos a Él. Estamos, por decirlo así, asociados con Él. Y fue algo maravilloso lo que dijo Pablo al terminar el capítulo tercero que vimos anteriormente. Que todas las cosas son nuestras; Pablo es nuestro, Apolos también, Pedro, así como todos los grandes maestros y reformadores que ha tenido la iglesia en el transcurso de los siglos. El mundo en que vivimos es nuestro, ha sido creado para que lo disfrutemos, no para que lo destruyamos. Podemos contemplar la belleza de sus paisajes, con sus montañas, los árboles, el océano y, a pesar de todos los problemas, dificultades y tristezas, muchos de ellos creados por nosotros mismos, podemos disfrutar de la vida misma. Porque despreciar esta vida, sería una ofensa para el Creador. Pero aun la muerte nos pertenece. Eso es lo que dijo el Dr. Parker: "La muerte es suya, y continuó diciendo, le pertenece, la muerte no es su amo, sino que es usted el que la puede dominar". En este sentido, la muerte es suya, gracias a la victoria de Cristo sobre la muerte, gracias a que Él resucitó, nosotros podemos compartir Su triunfo. Ésta es una verdad extraordinaria y alentadora. Cuando estamos unidos a Cristo, le pertenecemos, y todas las cosas son nuestras, tanto las cosas presentes, las que nos rodean, como las futuras, las que vendrán. Y como acabamos de ver, somos mayordomos y administradores de todo aquello que Él nos ha confiado, y ello coloca sobre nosotros una gran responsabilidad; podemos decir que una honrosa responsabilidad. Todo ello da un sentido a la vida, una meta, una ilusión permanente por ser utilizados por Él en una misión tan importante. "Así que no juzguéis nada antes de tiempo, sino esperad hasta que venga el Señor, el cual sacará a la luz también las cosas ocultas en las tinieblas y también pondrá de manifiesto las intenciones de los corazones. Entonces, cada uno recibirá su alabanza de parte de Dios". Él es el que juzgará en un día futuro. Si nosotros juzgamos, emitimos juicios sobre alguien, en realidad estamos ocupando el lugar del Señor. Por ese motivo, no tenemos que reaccionar agresivamente, con nuestras críticas, cuando hayamos sido heridos u ofendidos. Porque nuestro resentimiento nos haría llegar aún más lejos, a extremos y daños incluso mayores que los que hayamos recibido. Dios juzgará con justicia, y Él conoce todos los hechos y circunstancias que nuestra limitada condición humana nos impide conocer. Y, por otra parte, probablemente conozcamos peores cosas sobre nosotros mismos, que las que sabe la persona que nos haya criticado. Los hechos que se realizan en lo oculto de las tinieblas, serán expuestos a la luz en la presencia misma de Jesucristo. Las intenciones y motivaciones que se encuentran ocultos en el interior de nuestro corazón, serán puestas de manifiesto. Y ése es el motivo por el cual tendríamos que ser cuidadosos en la manera en que vivimos y en nuestra conducta. Luego el apóstol Pablo hizo esta gran declaración: "entonces cada uno recibirá su alabanza de parte de Dios". Es decir que Dios dará a cada uno la honra que haya merecido. Quizás algunos creyentes están frecuentemente resentidos porque, ya sea por descuido o por envidia, los demás no reconocen o valoran debidamente sus obras, su conducta. Y ese sentimiento de haber sido tratados injustamente, les desalienta para continuar en su labor. La ingratitud de los demás nos deja una sensación de vacío y tristeza. Pero Dios no pasará por alto todo aquello que ha sido hecho por Él. Creemos que Dios encontrará en cada uno de los creyentes algo por lo cual honrarle. Cabe destacar que cuando leemos sobre los mensajes a las siete Iglesias de Asia, en el libro del Apocalipsis, el último libro de la Biblia, Cristo tuvo algo bueno que decir, una palabra de elogio, de cada una de ellas, con la excepción de una, la de Laodicea, que creemos no era una Iglesia sino una asociación meramente humana. O sea que pronunció esas palabras de elogio a pesar de las faltas que aquellas iglesias tenían, y que Él, por supuesto, destacó en cada caso. Pero Él tuvo siempre algo bueno que decir acerca de todas ellas. Muchas veces nos molesta que los demás generalmente se apresuren a recordarnos lo negativo de nuestras acciones, y minimicen lo positivo que hayamos hecho, o simplemente lo ignoren por completo. Así que esto debiera servirnos de estímulo, porque en el caso de Cristo, creemos que el juez Supremo será bondadoso y encontrará algún motivo para honrar a cada creyente que se presente ante Él en Su tribunal. En la situación concreta de la congregación de Corinto, una evaluación prematura por parte de aquellos creyentes, había conducido a la exaltación indebida de algunos de los pastores o maestros, y a la humillación de otros, como veremos en este mismo capítulo, versículo 10. Por lo tanto este pasaje nos recuerda que, en vez de observar a los demás, cada uno debiera preocuparse del estado de su relación con Dios, de su fidelidad a Su Palabra y Su voluntad, y de examinarse en relación a su propia conducta. ¿Consideramos a Dios una persona, o un concepto lejano a la realidad de cada día? ¿En qué situación nos encontramos ante Dios? ¿Tenemos realmente una relación con Él? Le recordamos que la única forma de establecerla, es por medio del Señor Jesucristo, aceptando por la fe la obra que Él realizó a favor suyo en la cruz. Le invitamos a dirigirse a Él con sus propias palabras, reconociendo su condición de pecador, de persona alejada de Él: quizás alguien nunca haya orado a Dios, porque piensa que es necesario utilizar un vocabulario especial y ciertas frases convencionales oficialmente reconocidas. Pero no es así. Y, por otra parte, aunque no le vea físicamente, Él está cerca y puede oír y examinar hasta los más íntimos pensamientos del corazón. El Evangelio de Lucas 18:9-14, nos relata el curioso episodio de dos hombres que fueron al templo a orar. Uno de ellos, un fariseo, oró ostentosamente, resaltando sus prácticas religiosas, sus virtudes, sus buenas obras, y la bondad de su carácter. El otro era un recaudador de impuestos, consciente de que no podía alegar ningún mérito para alcanzar la gracia de Dios. Y entonces, sólo pudo exclamar: "¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!" Y el escritor destacó que este hombre, volvió a su casa perdonado por Dios, pero el fariseo no fue perdonado. Porque todo aquel que se engrandece a sí mismo, será humillado, y el que se humilla, será ensalzado. Le invitamos a acercarse a Dios de esa manera, con esa actitud de fe y de humildad. Y con toda seguridad, y con la autoridad de la Palabra de Dios podemos decirle que Él le recibirá inmediatamente.

lunes, 15 de mayo de 2017

LA PALABRA DE DIOS ES ETERNA

Secase la hierba, marchítese la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre (v. 8). Isaías 40:1-8 Cuando era pequeño, a mi hijo Xavier le gustaba traerme flores. Yo atesoraba cada uno de estos regalitos, hasta que se marchitaban y tenía que tirarlos. Un día, me regaló un hermoso ramo de flores artificiales. Sonrió mientras acomodaba las flores en un jarrón de vidrio, y me dijo: « ¡Mira, mamá! Durarán para siempre. Así es como te amo». Desde entonces, mi niño creció y se transformó en un jovencito. Los pétalos de seda se fueron desgastando, pero esas flores todavía me recuerdan su afecto. Además, me traen a la mente algo que dura para siempre: el amor ilimitado y eterno de Dios, revelado en su Palabra infalible y perdurable (Isaías 40:8). Mientras los israelitas sufrían prueba tras prueba, Isaías los consoló con confianza en las palabras eternas de Dios (40:1). Proclamó que Él había pagado la deuda del pecado de los israelitas (v. 2), asegurando así su esperanza en el Mesías venidero (v. 3-5). Ellos confiaron en el profeta porque se concentraba en Dios, no en las circunstancias. En un mundo lleno de incertidumbres y aflicción, las opiniones de los hombres e incluso nuestros propios sentimientos siempre están cambiando y son tan limitados como nuestra existencia (v. 6-7). Aun así, podemos confiar en el amor y el carácter inalterables de Dios, como aparecen revelados en su Palabra firme y eternamente veraz. Señor, gracias por darnos el regalo de tu Espíritu eterno. Dios afirma su amor a través de su Palabra confiable, inmutable y eterna.

miércoles, 10 de mayo de 2017

LA PRESENCIA PROMETIDA

… el Señor tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas (v. 9). Josué 1:1-9 Mientras regresábamos a casa de unas vacaciones, el camino nos llevó por una parte desolada. Durante casi dos horas después del atardecer, condujimos a través de profundos cañones y mesetas desérticas. Apenas podían divisarse algunas luces de autos que perforaban la oscuridad. Finalmente, la luna salió en el horizonte; podíamos verla cuando el camino subía a las colinas, pero quedaba eclipsada mientras viajábamos por las tierras bajas. Mi hija comentó que le recordaba la presencia de Dios. Le pregunté si necesitaba verla para saber que Él estaba allí. Contestó: «No, pero sí que ayuda». Después de la muerte de Moisés, Josué heredó el liderazgo de los israelitas y se le encomendó llevarlos a la tierra prometida. A pesar de esta comisión divina, Josué seguramente se sintió desafiado por semejante tarea, pero Dios le aseguró que estaría con él en esa odisea (Josué 1:9). El camino de la vida suele pasar por territorio desconocido. A veces, no podemos ver claramente lo que tenemos por delante. El plan de Dios no siempre nos resulta evidente, pero Él prometió estar con nosotros «todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20). ¿Qué seguridad mayor podríamos desear? Aun cuando el camino esté oscuro, la Luz está con nosotros. Señor, gracias por estar cerca de mí incluso cuando no puedo verte. Dios está con nosotros aun cuando no podemos verlo.

viernes, 5 de mayo de 2017

JESÚS EL CAMINO AL PADRE DIOS

En el principio [antes de que existiera el tiempo] era el Verbo [Cristo], y el Verbo era con Dios, y el Verbo [Cristo] era Dios... Y aquel Verbo fue hecho carne (se hizo humano, se personificó) y habitó entre nosotros. Juan: 1:1,14; AMP La deidad del Señor Jesucristo es algo que nunca debería ser puesto en tela de juicio por ningún creyente nacido de nuevo. Nuestra salvación se basa en el hecho de que Jesucristo es Dios, la segunda persona de la deidad: Dios Hijo. Juan, el discípulo y apóstol amado, despeja cualquier duda que pueda existir en cuanto a esto en Juan 1:1,14. Cualquiera que dude de lo que afirman esos versículos es posible que no haya nacido en el reino de Dios, porque la deidad de Jesucristo es el fundamento de nuestra fe. Sin embargo, al escudriñar los evangelios, observamos que Jesús, en Sus 33 años de vida terrenal no anduvo anunciando que Él era Dios. En cambio, sí confesó ser el Hijo de Dios, el Mesías, y que Dios era Su Padre (lo que enfureció a los fariseos), pero nunca afirmó ser el Dios altísimo. De hecho, les dijo a los discípulos que Dios el Padre era mayor y más poderoso que Él (Juan 14:28). La razón es simple: Él había venido al mundo no sólo como Dios, sino también como hombre. La Palabra declara que Jesús se despojó de Su poder divino y tomó la forma de un ser humano, con todas las limitaciones que eso implicaba. Pero como Dios era Su Padre, Jesús no nació con la naturaleza pecaminosa con la que nacen todos los hijos de Adán. Sin embargo, como nació de mujer, en todos los otros aspectos era hombre, y se llamó a Sí mismo el Hijo del Hombre o, literalmente, el Hijo de Adán. Entonces, ¿cómo hizo todas esas obras poderosas? De la misma forma que Él espera que nosotros las hagamos hoy: por la unción y el poder del Espíritu Santo (Hechos 10:38). Él dijo: «Es el Padre en mí quien hace las obras». ¿Qué significa eso para nosotros? Jesús quiso decir exactamente que nosotros como creyentes podríamos hacer las obras que Él hizo (Juan 14:12). Esto se refiere a que como hijos de Dios nacidos de nuevo y llenos del mismo Espíritu Santo, como Jesús lo fue, tenemos la oportunidad de vivir de la forma que Él lo hizo cuando estuvo en la Tierra. De hecho, ése es Su verdadero propósito. Él nos precedió, como hombre, y nos abrió el camino. Entonces no nos limitemos a admirarlo por eso, sino a imitarlo en ello.

lunes, 1 de mayo de 2017

MENOS MAL QUE DIOS NO NOS HACE PREGUNTAS POR LO GENERAL... Y SE LIMITA A AYUDARNOS

… Ve con esta tu fuerza […] yo estaré contigo… (v. 14, 16). Jueces 6:11-16, 24 ¿Qué harías si el Señor apareciera en medio de tu jornada laboral con un mensaje? Esto le sucedió al israelita Gedeón. «Y el ángel del Señor se le apareció, y le dijo: el Señor está contigo, varón esforzado y valiente. Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto?» (Jueces 6:12-13). Gedeón quería saber por qué parecía que Dios había abandonado a su pueblo. Sin embargo, después de que Gedeón soportó siete años de ataques enemigos, hambruna y esconderse en cuevas, Dios no le explicó por qué no había intervenido. El Señor podría haber citado el pecado de Israel como una razón, pero, en cambio, le dio esperanza para el futuro, diciendo: «Ve con esta tu fuerza […]. Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas» (v. 14, 16). ¿Alguna vez te preguntaste por qué Dios permitió que sufrieras? En vez de contestar esa pregunta, quizá el Señor te satisfaga con su cercanía hoy, y te recuerde que puedes descansar en su fortaleza. Cuando Gedeón creyó que Dios estaba con él, edificó un altar y lo llamó «El Señor es Paz» (v. 24 LBLA). Tenemos paz al saber que, dondequiera que vayamos, vamos con Dios, quien prometió no abandonar jamás a sus seguidores. Señor, ayúdame a confiar en ti, incluso cuando no entiendo el porqué de ciertas cosas. ¿Qué es mejor que recibir respuesta? Confiar en un Dios bueno y poderoso.

martes, 25 de abril de 2017

LA SOLEDAD Y DESAMPARO QUE SUFRIÓ JESÚS FUE EL QUE NOSOTROS MERECÍAMOS

… porque [Dios] dijo: No te desampararé, ni te dejaré (Hebreos 13:5). Mateo 26:36-46 ¿Te resulta más fácil tolerar el dolor teniendo un amigo cerca? Se hizo un estudio fascinante para responder esta pregunta, y ver cómo reaccionaba el cerebro frente a la posibilidad del dolor. Los resultados fueron consistentes. Cuando una persona estaba sola o tomada de la mano de un extraño frente a una posible turbación, las regiones del cerebro que procesan el peligro se encendían. Pero, si estaba tomada de la mano de alguien de confianza, el cerebro se relajaba. La presencia de un amigo era tan reconfortante que el dolor parecía más tolerable. Jesús necesitó el apoyo de sus amigos en Getsemaní. Sabía lo que estaba a punto de enfrentar: la traición, el arresto y la muerte. Les pidió a sus mejores amigos que se quedaran con Él, porque su alma estaba «muy triste, hasta la muerte» (Mateo 26:38). Pero Pedro, Jacobo y Juan se quedaron dormidos. Jesús enfrentó la agonía del huerto sin el consuelo de una mano de donde tomarse. Pero, gracias a que soportó ese dolor, sabemos que Dios nunca nos desamparará ni nos dejará (Hebreos 13:5). Jesús sufrió para que nosotros nunca tuviéramos que estar separados del amor de Dios (Romanos 8:39). Su compañía hace que cualquier cosa que tengamos que sufrir sea más tolerable. Jesús, gracias por soportar la cruz por nosotros y permitirnos vivir en comunión con el Padre. Gracias al amor de Dios, nunca estamos solos.

domingo, 23 de abril de 2017

JESUCRISTO PASTOR ETERNO

… Dios […] ha sido mi pastor toda mi vida hasta este día (v. 15). Génesis 48:8-16 Cuando mi hijo pasó de grado en la escuela, lloró, diciendo: « ¡Quiero a mi maestra para siempre!». Tuvimos que ayudarle a darse cuenta de que cambiar de maestra es parte de la vida. Tal vez nos preguntemos: ¿Habrá alguna relación que dure para siempre? Jacob, el patriarca, descubrió una. Después de vivir muchos cambios drásticos y de perder seres queridos en el camino, se dio cuenta de que había una presencia constante en su vida. Oró: «El Dios […] que ha sido mi pastor toda mi vida […] bendiga a estos muchachos» (Génesis 48:5-16 LBLA). Jacob había sido pastor, así que comparaba su relación con Dios con la del pastor y sus ovejas. Desde que la oveja nace hasta que es vieja, el pastor la cuida día y noche. La guía durante el día y la protege mientras duerme. David, también un pastor, tenía la misma convicción, pero hizo énfasis en la dimensión eterna al declarar: «en la casa del Señor moraré por largos días» (Salmo 23:6). Cambiar de maestro es parte de la vida. Pero qué bueno es saber que podemos tener una relación eterna. El Pastor nos ha prometido estar con nosotros todos los días de nuestra existencia terrenal (Mateo 28:20). Y, cuando nuestra vida aquí termine, estaremos más cerca de Él que nunca. Padre, gracias por ser el Pastor de mi vida. Te alabo por tu fidelidad. Dios nunca nos abandona.

martes, 18 de abril de 2017

VOY A PREPARARLES LUGAR…

… me voy y preparo un lugar para vosotros… (v. 3). Juan 14:1-4 «No hay lugar como el hogar». Esta frase refleja un anhelo profundo de tener un lugar para descansar, para estar y al cual pertenecer. Jesús habló de este deseo de echar raíces cuando, después de haber cenado por última vez con sus amigos, mencionó su inminente muerte y resurrección. Prometió que, aunque se iría, volvería a buscarlos. Además, les prepararía un lugar… un lugar donde vivir. Un hogar. Pudo hacer este lugar para ellos (y para nosotros) al cumplir con los requisitos de la ley de Dios, cuando murió en la cruz como el hombre sin pecado. Les aseguró a sus discípulos que, si se tomaba el trabajo de crear este hogar, por supuesto que volvería a buscarlos y no los dejaría solos. No tenían por qué temer ni preocuparse por sus vidas, ya fuera en la Tierra o en el cielo. Podemos encontrar consuelo y seguridad en las palabras de Jesús porque creemos y confiamos en que Él se nos adelantó para prepararnos un hogar celestial y que vivirá con nosotros (ver Juan 14:23). No importa en qué clase de lugar físico vivamos, nuestro hogar está con Jesús, su amor nos sostiene y su paz nos rodea. Con Él, no hay lugar como el hogar. Es para pensar profundamente en éstas palabras de Jesús…, él dijo: “Mi Padre tiene muchas viviendas para ustedes” pero yo voy a preparar lugar para vosotros… ¿en que consistirá esa “preparación”? ¿En base a que? ¿Tendrá que ver nuestra actitud acá en la tierra? ¿A todos se nos dará la misma habitación-al que se preocupó más por la obra que al que se preocupó poco? ¿Quién va a estar a la derecha y a la izquierda del Señor? Acá se habla de hacer tesoros en el cielo… ¿será para disfrutarlos cuando vayamos? ¿y qué de Lázaro “el mendigo”?: 19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, 21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. 25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. (Lucas 16:19-31) Se hará justicia en el cielo. Señor, si alguna vez nos sentimos desamparados, recuérdanos que tú eres nuestro hogar. Que podamos compartir este sentido de pertenencia con los demás. Jesús nos prepara un lugar para vivir eternamente.

jueves, 13 de abril de 2017

NO TE HARÁS IMAGEN, NI NINGUNA SEMEJANZA DE LO QUE ESTÉ ARRIBA EN EL CIELO, NI ABAJO EN LA TIERRA, NI EN LAS AGUAS DEBAJO DE LA TIERRA

… No te harás imagen […]. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás… (Éxodo 20:3, 5). 2 Rey. 3:12-14, 21-25 Mientras esperaba bautizarse en Togo, Kossi se inclinó a levantar una figura de madera. Su familia había adorado el objeto por generaciones. Ahora, observaron cómo él lo arrojaba a una pira preparada para la ocasión. Ya no sacrificarían sus mejores pollos a ese dios. Para la mayoría de los cristianos occidentales, los ídolos son metáforas de lo que colocan en lugar de Dios. En Togo, África, los ídolos representan dioses literales a los que hay que apaciguar con un sacrificio. La quema de ídolos y el bautismo son una declaración valiente de lealtad al único Dios verdadero. Con solo ocho años de edad, Josías subió al trono en una cultura idólatra e inmoral. Su padre y su abuelo habían sido dos de los peores reyes de Judá. Entonces, el sumo sacerdote descubrió el libro de la ley. Cuando el rey escuchó sus palabras, las tomó muy en serio (2 Reyes 22:8-13). Destruyó los altares paganos, quemó los utensilios dedicados a la diosa Asera y puso fin a la prostitución ritual (cap. 23). En lugar de estas prácticas, celebró la Pascua (23:21-23). Cuando buscamos respuestas fuera de Dios, vamos en pos de un dios falso. Sería sabio preguntarnos: ¿Qué ídolos, literales o figurados, necesitamos arrojar al fuego? Señor, revélanos qué tenemos que dejar de lado, y reemplázalo con la presencia de tu Espíritu. Hijitos, guardaos de los ídolos. 1 Juan 5:21

martes, 4 de abril de 2017

SEÑOR TU SIEMPRE TIENES LA ÚLTIMA PALABRA…

… cuando medite en ti en las vigilias de la noche. Porque has sido mi socorro… (vv. 6-7). Salmo 63:1-11 Dawson Trotman, un líder cristiano de mediados del siglo xx y fundador de Los Navegantes, enfatizaba la importancia de la Biblia en la vida de los cristianos. Trotman terminaba cada día practicando lo que llamaba «su Palabra es la última palabra». Antes de irse a dormir, meditaba en un pasaje bíblico memorizado, y oraba por el lugar y la influencia que este tenía en su vida. Quería que las últimas palabras que pensara cada día fueran las de Dios. El salmista David escribió: «Cuando en mi lecho me acuerdo de ti, en ti medito durante las vigilias de la noche. Porque tú has sido mi socorro, y a la sombra de tus alas canto gozoso» (Salmo 63:6-7 LBLA). Ya sea que estemos pasando grandes dificultades o disfrutando de un tiempo de paz, que nuestro último pensamiento de la noche aquiete nuestra mente con el descanso que el Señor da. Además, puede marcar la pauta para el día siguiente. Un amigo mío y su esposa terminan el día leyendo en voz alta un pasaje bíblico y un devocional con sus hijos. Reciben gustosos preguntas y comentarios de cada niño y hablan de lo que significa seguir a Jesús en casa y en la escuela. Es su versión de «su Palabra es la última palabra». ¡Qué mejor manera de terminar nuestro día! Padre, que tu Palabra sea nuestro último pensamiento antes de descansar seguros en ti. El Espíritu Santo renueva nuestra mente al meditar en la Palabra de Dios.

viernes, 31 de marzo de 2017

COMO EL CIERVO BRAMA POR LAS CORRIENTES DE LAS AGUAS. ASÍ CLAMA POR TI, OH DIOS, EL ALMA MÍA. MI ALMA TIENE SED DE DIOS, DEL DIOS VIVO

A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed… (v. 1). Isaías 55:1-7 Hace un tiempo, en una misma semana, recibí varias invitaciones por e-mail. Deseché de inmediato los correos donde me invitaban a asistir a seminarios «gratis» sobre retiro laboral, propiedades y seguros de vida. Pero la invitación a una reunión en honor a un amigo de años hizo que contestara al instante: « ¡Sí! ¡Acepto!». Invitación + Deseo = Aceptación Isaías 55:1 es una de las grandes invitaciones de la Biblia. El Señor le dijo a su pueblo en dificultades: «A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche». Esta es la oferta más maravillosa de Dios de alimento para el alma, profunda satisfacción espiritual y vida eterna (v. 2-3). La invitación de Jesús se repite en el último capítulo de la Biblia: «Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente» (Apocalipsis 22:17). A menudo, pensamos que la vida eterna empieza cuando uno muere. Pero, en realidad, comienza cuando recibimos a Jesucristo como nuestro Salvador y Señor. ¡La invitación de Dios a encontrar vida eterna en Él es la más importante de todas! Invitación + Deseo = Aceptación. Jesús, reconozco mis pecados y te acepto como mi Salvador. Cuando aceptamos la invitación de Jesús a seguirlo, toda nuestra vida cambia de dirección.

lunes, 27 de marzo de 2017

DIOS NOS HIZO Y NO NOSOTROS A NOSOTROS MISMOS PUEBLO SUYO SOMOS Y OVEJAS DE SU PRADO

Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé… (v. 4). Isaías 43:1-9 Para celebrar los 80 años de Winston Churchill, el parlamento británico le encomendó al artista Graham Sutherland que pintara un retrato del célebre estadista. A Churchill no le gustó el resultado, ya que, en vez de mostrarlo como a él le gustaba, aparecía desplomado en una silla y con su característico ceño fruncido; fiel a la realidad, pero nada atractivo. Después de su muestra oficial, Churchill lo escondió en su sótano. Como él, la mayoría tenemos una imagen de nosotros mismos que queremos que los demás también la tengan; ya sea de éxito, altruismo, belleza o fuerza. Hacemos todo lo posible para esconder nuestros lados «feos». Quizá, en lo profundo, temamos que no nos amen si nos conocen realmente. La deportación de los israelitas a Babilonia reveló lo peor del pueblo de Dios. Por su pecado, el Señor permitió que los enemigos los conquistaran. Pero les dijo que no temieran; que los conocía por nombre y que estaba con ellos en todas las humillantes pruebas (Isaías 43:1-2). Estaban seguros en sus manos (v. 13) y eran «de gran estima» para Él (v. 4). A pesar de su fealdad, Dios los amaba. No nos importa tanto que los demás nos aprueben cuando asimilamos esta verdad. Dios sabe cómo somos y, aun así, sigue amándonos sin medida (Efesios 3:18).27 Señor, gracias por amarme como soy. El profundo amor de Dios significa que podemos ser auténticos con los demás.

miércoles, 22 de marzo de 2017

MOISÉS PONÍA LA MIRA EN LAS COSAS DE ARRIBA Y NO EN LAS DE ABAJO

[Moisés tuvo] por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón (v. 26). Hebreos 11:23-28 En un antiguo campo de concentración japonés en China, hay una lápida dedicada a un hombre que murió allí en 1945, que dice: «Eric Liddell nació en Tianjin en 1902, hijo de escoceses. Su carrera alcanzó la cima al ganar la medalla de oro en la competición de 400 metros en los Juegos Olímpicos de 1924. Posteriormente, regresó a China a trabajar como maestro en Tianjin […]. Pasó toda su vida alentando a los jóvenes a hacer todo lo posible para el mejoramiento de la humanidad». Para muchos, el mayor logro de Eric fue en la esfera deportiva, pero también se lo recuerda por su contribución a la juventud de Tianjin, en China, país en donde nació y al que amaba. Vivió y sirvió por fe. ¿Por qué cosas se acordarán de nosotros? Nuestros logros académicos, posición laboral o éxito financiero quizá nos concedan el reconocimiento de los demás, pero lo que perdurará después de que hayamos partido es el trabajo silencioso que hayamos hecho en la vida de otras personas. Hebreos 11, el capítulo de la fe en la Biblia, recuerda a Moisés como alguien que prefirió ponerse del lado de los israelitas en vez de disfrutar de los tesoros de Egipto (v. 26). Guió y sirvió por fe al pueblo de Dios. Señor, muéstrame hoy cómo puedo marcar una diferencia en la vida de los demás. El éxito verdadero es la fidelidad a Dios.

miércoles, 15 de marzo de 2017

ENSÉÑASELOS A TUS HIJOS Y HÁBLALES SOBRE ELLOS CUANDO ESTÉS EN TU CASA, CUANDO CAMINES, CUANDO TE ACUESTES Y CUANDO TE LEVANTES.

Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice… (v. 5). 2 Timoteo 1:1-5 Los abuelos Harris no tenían mucho dinero, pero se las arreglaban para hacer que cada Navidad fuera memorable para mis primos y para mí. Siempre había mucha comida, diversión y amor. Además, desde niños, aprendimos que quien hizo posible esta celebración fue Jesús. Nosotros queremos dejarles el mismo legado a nuestros hijos. El año pasado, cuando nos reunimos para celebrar Navidad en familia, nos dimos cuenta de que esta maravillosa tradición había empezado con nuestros abuelos. No pudieron dejarnos una herencia monetaria, pero se ocuparon de plantar las semillas de amor, respeto y fe, para que nosotros, los hijos de sus hijos, imitáramos su ejemplo. La Biblia habla de la abuela Loida y la madre Eunice, quienes le enseñaron a Timoteo sobre la fe auténtica (2 Timoteo 1:5). La influencia de estas mujeres preparó a este hombre para que compartiera el evangelio a muchos. Al vivir en una íntima comunión con Dios, preparamos una herencia espiritual para aquellos cuyas vidas están bajo nuestra influencia. Hacemos realidad el amor de Dios al prestarles atención, mostrarles interés en lo que piensan y hacen, y compartir la vida con ellos. Cuando nuestras vidas reflejan la realidad del amor de Dios, les dejamos una herencia duradera. Señor, ayúdame a dejar una buena herencia espiritual. Si alguien te dejó una herencia piadosa, inviértela en los demás.

martes, 28 de febrero de 2017

¿HABRÁ ALGO DIFÍCIL O IMPOSIBLE PARA DIOS?

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree […] tenga vida eterna (Juan 3:16). Juan 11:17-27 Un artículo del Washington Post, titulado «Último proyecto de los titanes de la tecnología: Desafío a la muerte», hablaba de los esfuerzos de Peter Thiele y otros magnates tecnológicos por extender la vida indefinidamente. Están dispuestos a gastar millones en ese proyecto. Llegaron un poco tarde. ¡La muerte ya fue vencida! Jesús declaró: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente» (Juan 11:25-26). Todos los que ponen su fe en Él nunca jamás morirán. Para ser claros, nuestros cuerpos morirán; y no hay nada que se pueda hacer para cambiar esta realidad. Pero el pensamiento, el razonamiento, el sentimiento y toda la parte inmaterial de nuestro ser —lo que llamamos el «yo»— nunca morirá. Y esto es lo mejor de todo: ¡es un regalo! Lo único que tienes que hacer es recibir la salvación que ofrece Jesús. C. S. Lewis, reflexionando en esto, lo describe como una especie de «risita en la oscuridad»: una sensación de que la respuesta es algo sumamente sencillo. Algunos dicen: «Es demasiado sencillo». A lo que yo respondo: «Está bien. Pero si Dios te amaba antes de que nacieras y quiere que vivas con Él para siempre, ¿por qué iba a hacerlo difícil?». Señor Jesús, perdona mis pecados. Te acepto como mi Salvador. Cristo reemplazó la puerta oscura de la muerte con el portal radiante de la vida.

jueves, 23 de febrero de 2017

VAMOS…, QUE TODAVÍA NO HEMOS GANADO NADA…

Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús (v. 14). Filipenses 3:12-21 Uno de mis programas favoritos de televisión podría llamarse en español Sublime audacia. En este programa de tele-realidad, diez parejas van a otro país, donde deben correr —usando trenes, autobuses, taxis, bicicletas, y a pie— de un lugar a otro para obtener las instrucciones para el próximo desafío. La meta es que una pareja alcance el punto de llegada antes que las demás, y el premio es un millón de dólares. El apóstol Pablo comparó la vida cristiana con una carrera y admitió que aún no había llegado a la meta: «Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio…» (Filipenses 3:13-14). Pablo no miró atrás ni dejó que sus fracasos del pasado lo agobiaran por la culpa. Tampoco permitió que sus logros del presente lo dejaran satisfecho. En cambio, continuó avanzando hacia la meta de ser cada vez más como Jesús. Nosotros también corremos esta carrera. Independientemente de los fracasos y los éxitos, sigamos avanzado hacia el objetivo de volvernos más semejantes a Cristo. El premio no es terrenal, sino que disfrutaremos una suprema recompensa eterna. Señor, muéstrame qué debo hacer y cambiar para seguir avanzando hacia la meta de asemejarme cada día más a Cristo. Nunca dejes de seguir a Jesús.

lunes, 13 de febrero de 2017

SI NECESITAS PRUEBAS DE SU AMOR… MIRA EL CALVARIO… EL TE PUEDE SACAR TODAS LAS DUDAS QUE TENGAS…

… Si no viere […], no creeré (Juan 20:25). Juan 11:1-16 Catalogar a Tomás como «el discípulo que dudó» (ver Juan 20:24-29) no es justo. ¿Cuántos habríamos creído que nuestro ejecutado líder había resucitado? Deberíamos llamarlo «Tomás el valiente», ya que demostró un coraje impresionante mientras Jesús disponía intencionalmente los hechos que llevarían a su muerte. Cuando murió Lázaro, Jesús había dicho: «Vamos a Judea otra vez» (Juan 11:7). Aunque los demás discípulos intentaron persuadirlo de no volver allí —«Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá?» (v. 8)—, Tomás declaró: «Vamos también nosotros, para que muramos con él» (v. 16). Las intenciones de Tomás eran más nobles que sus acciones. Cuando arrestaron a Jesús, huyó con el resto de los discípulos (Mateo 26:56) y dejó que solo Pedro y Juan acompañaran al Señor ante el sumo sacerdote. Aunque había sido testigo de la resurrección de Lázaro (Juan 11:38-44), no podía creer que el Señor crucificado hubiera conquistado la muerte. Solamente al verlo resucitado, pudo exclamar: « ¡Señor mío, y Dios mío!» (Juan 20:28). La respuesta que quitó las dudas de Tomás es inmensurablemente consoladora para nosotros: «Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron» (v. 29). Señor, ayúdame a no dudar de tu bondad. La duda sincera busca la luz; la incredulidad se conforma con la oscuridad.

martes, 7 de febrero de 2017

¿EN QUE TENEMOS QUE PENSAR?

… todo lo que es verdadero, […] honesto, […] justo, […] puro, […] amable, […] de buen nombre; […] digno de alabanza, en esto pensad (v. 8). Filipenses 4:4-9 El libro de una joven japonesa sobre orden y organización ha vendido dos millones de ejemplares en el mundo entero. La esencia del mensaje de Marie Kondo es ayudar a la gente a despojarse de cosas innecesarias en sus casas y armarios; cosas que los sofocan. Dice: «Levanta cada artículo y pregunta: “¿Me provoca gozo?”». Si la respuesta es «sí», consérvalo. Si es «no», descártalo. El apóstol Pablo exhortó a los creyentes de Filipo a procurar tener gozo en su relación con Cristo: «Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!» (Filipenses 4:4). En vez de vivir una vida desordenada por la ansiedad, los instaba a orar por todo y dejar que la paz de Dios guardara sus corazones y sus mentes en Cristo (vv. 6-7). Al considerar nuestras tareas y responsabilidades, vemos que no todo es motivo de gozo. Pero podemos preguntar: « ¿Cómo provoca esto gozo en el corazón de Dios y en el mío?». Un cambio en el porqué hacemos las cosas puede transformar nuestra manera de verlas. «Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, […] honesto, […] justo, […] puro, […] amable, […] de buen nombre; […] digno de alabanza, en esto pensad» (v. 8). Las palabras de despedida de Pablo son alimento para la reflexión y una receta para el gozo. Señor, ayúdame a gozarme en mi tareas de hoy. Enfocarse en el Señor es el principio del gozo.

sábado, 28 de enero de 2017

DIOS NOS AMA DE TAL MANERA QUE ENVIÓ A SU ÚNICO HIJO PARA AQUEL TODO AQUEL QUE CREA EN EL NO SE PIERDA SINO QUE TENGA VIDA ETERNA

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? (v. 35). Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8:35-39 Servimos a un Dios que nos ama más a nosotros que lo que hacemos. Sí, es verdad que el Señor quiere que trabajemos para dar de comer a nuestra familia y que cuidemos responsablemente del mundo que Él creó. También espera que sirvamos a las personas débiles, hambrientas, desnudas, sedientas y quebrantadas que nos rodean, y que nos mantengamos alertas ante aquellos que aún no han respondido al llamado del Espíritu Santo a sus vidas. Pero, aun así, servimos a un Dios que nos ama más a nosotros que lo que hacemos. Nunca debemos olvidar esto, porque tal vez llegue un momento en que nuestra capacidad para «hacer para Dios» se termine por problemas de salud, fracasos o tragedias imprevistas. En esas ocasiones, el Señor quiere que recordemos que no nos ama por lo que hacemos para Él, sino por lo que somos: ¡sus hijos! Una vez que le pedimos a Cristo que nos salve, nada —ni «tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada»—nos separará jamás «del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro» (Romanos 8:35, 39). Cuando todo lo que tenemos o hemos hecho ya no está, lo único que Dios quiere es que descansemos en nuestra identidad en Él. Señor, aunque pierda todo, que nunca me olvide de tu amor incondicional por mí. Cuando lo perdemos todo, Dios solamente quiere que descansemos en lo que somos en Él.

sábado, 21 de enero de 2017

PORQUE EL EJERCICIO CORPORAL PARA POCO ES PROVECHOSO, PERO LA PIEDAD PARA TODO APROVECHA, PUES TIENE PROMESA DE ESTA VIDA PRESENTE, Y DE LA VENIDERA.

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo… (v. 1). Romanos 12:1-8 Cuando jugaba baloncesto en la universidad, cada año, al empezar la temporada, tomaba la seria decisión de ir al gimnasio y dedicarme por completo a mi entrenador… es decir, hacer todo lo que me pidiera. Al equipo no lo habría beneficiado que yo hubiese dicho: « ¡Oye, entrenador! Acá estoy. Quiero lanzar la pelota al aro y driblar, ¡pero no me pidas que corra, que juegue en la defensa ni que sude!». Todo deportista exitoso tiene que confiar en su entrenador lo suficiente como para hacer todo lo que este le pida para beneficio del equipo. En Cristo, debemos convertirnos en un «sacrificio vivo» (Romanos 12:1). Le decimos a nuestro Salvador y Señor: «Confío en ti. Estoy dispuesto a hacer todo lo que me pidas». Entonces, Él nos transforma renovando nuestra mente para que nos concentremos en las cosas que le agradan. Es útil saber que el Señor nunca nos pedirá que hagamos algo para lo cual no nos haya primeramente equipado. Como nos recuerda Pablo: «Ya que tenemos diferentes dones, […] [usémoslos] conforme a la medida de la fe» (v. 6). Podemos confiarle nuestra vida a Dios y dedicarnos a Él, ya que nos fortalece saber que nos creó y que nos ayuda a hacer lo que nos pide. Señor, tú mereces más que nadie nuestro sacrificio y dedicación. Ayúdame a comprender que la consagración a ti trae gozo. Consagrarnos a Dios no implica ningún riesgo.

domingo, 15 de enero de 2017

SI ALGUNO VIENE A MI, Y NO ABORRECE A SU PADRE Y MADRE (NO ME QUIERE A MI MAS) A SU MUJER E HIJOS, A SUS HERMANOS Y HERMANAS, Y AÚN A SU PROPIA VIDA, NO PUEDE SER MI DISCÍPULO.

… el que pierde su vida por causa de mí, la hallará (v. 39). Mateo 10:37-42 Cuando me casé con mi novio inglés y me mudé a Gran Bretaña, pensé que sería una aventura de solo cinco años en una tierra extraña. Nunca soñé seguir viviendo aquí casi 20 años después ni que, a veces, sentiría que había perdido todo al despedirme de mi familia y amigos, de mi trabajo y de todo lo conocido. Pero, al perder mi vida anterior, encontré una mejor. El regalo invertido de encontrar la vida cuando la perdemos es lo que Jesús les prometió a sus discípulos. Cuando envió a los doce a predicar el evangelio, les pidió que lo amaran más que a sus padres y a sus hijos (Mateo 10:37). El Señor pronunció esas palabras en una cultura donde las familias eran el fundamento de la sociedad y altamente valoradas. No obstante, prometió que si perdían su vida por Él, la encontrarían (v. 39). No tenemos que mudarnos a otro país para hallarnos en Cristo. Mediante el servicio y la consagración —como sucedió con los discípulos al ir a compartir la buena noticia de la salvación en Cristo—, nos encontramos recibiendo más de lo que damos, ya que el Señor derrama su amor abundantemente sobre nosotros. Sin duda, Él nos ama sin importar cuánto lo sirvamos; pero, cuando nos entregamos por el bienestar de otros, encontramos satisfacción, propósito y plenitud. Señor, te amo y te entrego mi vida para servir a los demás. Toda pérdida deja un espacio que puede llenarse con la presencia de Dios.

miércoles, 11 de enero de 2017

¡CON DIOS SI! QUE NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA…

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien… (v. 28). Romanos 8:28-30 Mi esposa prepara un estofado delicioso. Mezcla carne, patatas blancas y dulces en rodajas, apio, hongos, zanahorias y cebollas, y pone todo en una olla de cocción lenta. Seis o siete horas después, el aroma llena la casa, y el primer bocado es una delicia. Siempre me resulta ventajoso esperar hasta que los ingredientes se cocinen juntos lentamente para que resulte algo que sería imposible lograr por separado. En la frase «todas las cosas les ayudan», expresadas en un contexto de sufrimiento, Pablo usó la palabra de donde proviene el término sinergia. Dijo: «Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados» (Romanos 8:28). Quería que los romanos supieran que Dios, que no era el causante de su sufrimiento, haría que todas las circunstancias cooperaran con su plan divino, para un beneficio final. Ese bien no eran bendiciones temporales —como salud, riquezas, fama o éxito—, sino ser «hechos conformes a la imagen de su Hijo» (v. 29). Esperemos con paciencia y confiados porque nuestro Padre celestial está tomando todo sufrimiento, angustia y mal, y haciendo que se combinen para su gloria y nuestro beneficio espiritual. Él quiere hacernos como Jesús. Señor, que pueda ver tu mano detrás de cada circunstancia. El crecimiento que logramos al esperar en Dios suele ser más importante que el resultado que deseamos.

martes, 10 de enero de 2017

SEÑOR, ¿CUANDO TE VIMOS HAMBRIENTO, Y TE SUSTENTAMOS, O SEDIENTO, Y TE DIMOS DE BEBER? Y CUANDO TE VIMOS FORASTERO, Y TE RECOGIMOS, O DESNUDO, Y TE CUBRIMOS? ¿O CUANDO TE VIMOS ENFERMO, O EN LA CÁRCEL, Y VINIMOS A TI?

… ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas…? (v. 10). Rut 2:8-13 Algunos afirman que la escritora Anne Herbert garabateó en un mantel de un restaurante la frase «practica actos de bondad fortuitos y de belleza sin sentido». Este sentimiento se ha popularizado mediante películas y literatura, y algunos lo han hecho parte de su vocabulario. La pregunta es: « ¿Por qué debemos ser bondadosos con los demás?». Para los seguidores de Jesús, la respuesta es clara: para mostrar la misericordia y la bondad de Dios. En el Antiguo Testamento, la historia de Rut, un inmigrante moabita, ilustra este principio. Esta mujer vivía en una tierra cuya cultura e idioma no entendía. Además, era sumamente pobre y dependiente por completo de la caridad de un pueblo que casi la ignoraba. Sin embargo, hubo un israelita que actuó bondadosamente y le habló al corazón (Rut 2:13). Permitió que ella cosechara en sus campos, pero, además de ser simplemente caritativo, le mostró con su compasión la misericordia y la bondad amorosa de Dios, Aquel bajo cuyas alas ella podía refugiarse. Finalmente, Rut se convirtió en la esposa de aquel hombre, Booz, en parte de la familia de Dios y en antepasada de Jesús, quien trajo la salvación al mundo (ver Mateo 1:1-16). Nunca sabemos qué puede lograr una obra de bondad hecha en el nombre de Jesús. Señor, ¿qué quiere que haga hoy por otra persona? Nunca es demasiado tarde para ser bondadoso.

miércoles, 4 de enero de 2017

EL AMOR NO SOLO NO HACE MAL AL PRÓJIMO SINO QUE LE HACE BIEN

… El que ama a Dios, ame también a su hermano (4:21). 1 Juan 4:20–5:5 Cuando a una mujer de la iglesia de Carolina se le diagnosticó esclerosis lateral amiotrófica, la perspectiva era desalentadora. Esta cruel enfermedad afecta nervios y músculos y, finalmente, termina en parálisis. El seguro médico no cubría la asistencia domiciliaria, y el esposo de esta afligida mujer no soportaba la idea de ponerla en un centro de cuidados especiales. Como enfermera, Carolina sabía cómo ayudarla, y empezó a ir a su casa a cuidarla. Pero, poco después, se dio cuenta de que no podía ocuparse de su propia familia y, al mismo tiempo, atender las necesidades de su amiga. Entonces, comenzó a enseñarles a otras personas de la iglesia cómo ayudar. Durante los siete años de evolución de la enfermedad, Carolina entrenó a 31 voluntarios, quienes rodearon a aquella familia de amor, oraciones y ayuda práctica. «Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano», dijo el discípulo Juan (1 Juan 4:21). Carolina nos da un ejemplo magnífico de esta clase de amor. Ella tuvo la habilidad, la compasión y la visión de movilizar a la familia de la iglesia para asistir a una hermana afligida. Su amor individual por una persona necesitada se convirtió en un amor multiplicado que muchos pusieron en práctica. Señor, muéstrame dónde puedo ayudar hoy. «Ama a tu prójimo como te amas a ti mismo». Jesús