sábado, 28 de mayo de 2016

ENFRENTANDO LA TENTACIÓN

1 Corintios 10:13 13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. Esta palabra se cumple en creyentes o cristianos que están caminando con El Señor conforme a su voluntad (y no a la nuestra). Si no se da esta condición es imposible que se cumpla ya que Dios no es ministro de pecado. El nos cuida y guarda si estamos dentro del redil…, sino no puede hacer nada porque estamos fuera (Nos distrajimos y bueno nos pasamos al otro lado y en ese territorio opera el otro que nos quiere robar, matar y destruir y acá no se resiste ni en sueño…, acá la concupiscencia toma cuerpo y se llega al pecado). Por esto la extrema necesidad de estar siempre en contacto con El Señor, que no nos suelte por nada. Vestidos con TODA la Armadura de Dios y orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; si hay que ayunar, ayunar…, hacer dentro de lo de Dios todo lo necesario para fortalecerse en el Poder del Señor. Entonces si: Resistid al diablo y de vosotros huirá. Jesús vivió 33 años en esta Tierra como un ser humano. Fue hecho como nosotros, «en todo semejante a sus hermanos» (Hebreos 2:17), para saber cómo se vive con un cuerpo humano en este mundo. Por eso, entiende las luchas que enfrentamos y se pone a nuestro lado para comprendernos y alentarnos. «Pues en cuanto [Jesús] mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados » (v. 18). El Señor podría haber evitado la cruz, pero obedeció a su Padre. Con su muerte, destruyó el poder de Satanás y nos libró del temor a la muerte (14-15). En toda tentación, Jesús camina a nuestro lado para alentarnos, fortalecernos y darnos esperanza.

lunes, 23 de mayo de 2016

LA GLORIA DE DIOS Y LA DIGNIDAD DEL HOMBRE

Salmos 8 Dios Habla Hoy La gloria de Dios y la dignidad del hombre (1) Del maestro de coro, con la cítara de Gat. Salmo de David. 8 (2) Señor, soberano nuestro, ¡tu nombre domina en toda la tierra!, ¡tu gloria se extiende más allá del cielo! 2 (3) Con la alabanza de los pequeños, de los niñitos de pecho, has construido una fortaleza por causa de tus enemigos, para acabar con rebeldes y adversarios. 3 (4) Cuando veo el cielo que tú mismo hiciste, y la luna y las estrellas que pusiste en él, 4 (5) pienso: ¿Qué es el hombre? ¿Qué es el ser humano? ¿Por qué lo recuerdas y te preocupas por él? 5 (6) Pues lo hiciste casi como un dios, lo rodeaste de honor y dignidad, 6 (7) le diste autoridad sobre tus obras, lo pusiste por encima de todo: 7 (8) sobre las ovejas y los bueyes, sobre los animales salvajes, 8 (9) sobre las aves que vuelan por el cielo, sobre los peces que viven en el mar, ¡sobre todo lo que hay en el mar! 9 (10) Señor, soberano nuestro, ¡tu nombre domina en toda la tierra!