viernes, 28 de febrero de 2014

MANANTIAL DE VIDA

Juan 4:7-14 … el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. —Juan 4:14 En el norte de Michigan, en Estados Unidos, hay una maravilla de la naturaleza: un lago de unos 12 metros de profundidad y 90 metros de ancho. Los aborígenes lo llamaban «Kitch-iti-kipi» o «la gran agua fría», conocido hoy como The Big Spring. Nace de corrientes subterráneas que impulsan cerca de 40.000 litros de agua por minuto entre las rocas hacia la superficie. Además, la temperatura del agua se mantiene constante en unos 7 ºC, lo que hace que no se congele ni siquiera durante los brutales inviernos helados de esa región. Los turistas pueden disfrutar viendo esas aguas durante todo el año. Cuando Jesús encontró a una mujer junto al pozo de Jacob, le habló sobre otra fuente de agua que la satisfaría para siempre, pero no se refería a ningún manantial, corriente, río ni lago. Declaró: «el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna» (Juan 4:14). Mucho mayor que cualquier corriente natural es el refrigerio que Cristo nos ha ofrecido. Jesús, el Agua de vida, es el único que puede satisfacernos y apagar nuestra sed. Alabemos a Dios porque Jesucristo es la fuente que nunca se seca. —Padre, bebo demasiado a menudo del agua del mundo, que no satisface. Perdóname y enséñame a encontrar en Cristo el agua que apaga la sed de mi corazón y me acerca a ti. El único que apaga la sed es Jesús, el Agua viva.

jueves, 27 de febrero de 2014

CONSIDERA LOS LIRIOS

Salmo 19:1-6 Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. —Salmo 19:1 Me encanta la naturaleza y alabar a su Creador, pero a veces me siento erróneamente culpable de admirarla tanto. Entonces, recuerdo que Jesús la utilizó como una herramienta de enseñanza. Para alentar a la gente a no preocuparse, usó como ejemplo unas simples flores silvestres. «Considerad los lirios», dijo, para luego agregar que aunque las flores no trabajan en absoluto, Dios las viste de hermosura. Concluyó señalando que si Él viste con tanta gloria algo temporal, sin duda hará mucho más por nosotros (Mateo 6:28-34). Otros pasajes de las Escrituras indican que la creación es una de las formas en que Dios nos habla de sí mismo: «Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos» —escribió David—. «Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría» (Salmo 19:1-2). «…los cielos declararán su justicia, porque Dios es el juez», declaró Asaf (50:6). Y Pablo escribió: «Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa» (Romanos 1:20). Dios nos ama de tal manera y desea tanto que lo conozcamos que se ha manifestado dondequiera que miremos. Podemos sacar muchas lecciones del muestrario divino en la naturaleza.

miércoles, 26 de febrero de 2014

EL PODER DEL AMOR

1 Juan 4:7-10 En esto consiste el amor: […] en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. —1 Juan 4:10 En la lista de los libros más vendidos suelen aparecer los de liderazgo. La mayoría enseña cómo convertirse en un líder eficaz y poderoso. Pero el de Henri Nouwen, En el nombre de Jesús: Reflexiones sobre el liderazgo cristiano, está escrito desde una perspectiva diferente. Este ex profesor universitario, que pasó muchos años trabajando entre adultos con discapacidades madurativas, señaló: «La pregunta no es cuántas personas te toman en serio, cuánto vas a lograr, qué resultados puedes demostrar, sino si estás enamorado de Jesús […]. En nuestro mundo de soledad y desesperanza, los seres humanos necesitan imperiosamente conocer el corazón de Dios, que perdona, protege, se extiende y desea sanar». Juan escribió: «En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación [sacrificio expiatorio] por nuestros pecados» (1 Juan 4:9-10). «El líder cristiano del futuro —escribe Nouwen— es aquel que conoce verdaderamente el corazón de Dios tal como se encarnó […] en Jesús». En Él, descubrimos y experimentamos el amor ilimitado e incondicional de Dios. —Padre, muestra hoy a través de mí tu maravilloso y gran amor, para que otros sepan que no necesitan andar por la vida solos. El amor de Dios en nuestro corazón lo abre a los demás.

martes, 25 de febrero de 2014

ESTRATEGIA DEL FUERTE VACÍO

Jueces 7:2-8 He aquí que yo soy el Señor, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí? —Jeremías 32:27 En la novela histórica china Romance de los tres reinos, su autor, Luo Guanzhong, describe la «Estrategia del fuerte vacío», que emplea una psicología inversa para engañar al enemigo. Cuando 150.000 soldados del reino Wei llegaron a Xicheng, que tenía un ejército de menos de 2.500, encontraron las puertas de la ciudad totalmente abiertas y al famoso estratega militar Zhuge Liang tocando tranquilamente la cítara, con dos niños a su lado. El general Wei, desconcertado por la escena y creyendo que era una emboscada, ordenó la retirada. La Biblia da otro ejemplo de una asombrosa estrategia de batalla. En Jueces 7, Dios hizo que Gedeón utilizara 300 hombres, trompetas, cántaros y antorchas encendidas contra ejércitos que eran «como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables» (v. 12). ¿Podría Israel derrotar a un enemigo tan formidable? Humanamente, ¡imposible! No tenían ni mano de obra ni equipamiento militar, pero sí contaban con algo que obraba a favor de ellos y que era lo único que necesitaban: la promesa de Dios: «Con estos trescientos soldados voy a salvarlos y les daré la victoria…» (v. 7 tla). ¿El resultado? ¡La victoria! ¿Estás enfrentando un desafío enorme? El Señor ha señalado: «He aquí que yo soy el Señor, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?» (Jeremías 32:27). Todo es posible con Dios.

domingo, 23 de febrero de 2014

AMOR SIN LÍMITE

Salmo 36 Señor, hasta los cielos llega tu misericordia, y tu fidelidad alcanza hasta las nubes. —Salmo 36:5 Hace poco, un amigo me mandó la historia de un himno que yo solía escuchar en la iglesia cuando era niño: Si fuera tinta todo el mar, y todo el cielo un gran papel, Y cada hombre un escritor, y cada hoja un pincel. Nunca podrían describir el gran amor de Dios; Que al hombre pudo redimir de su pecado atroz. Estas palabras forman parte de un antiguo poema judío que se encontró sobre la pared de la habitación de un paciente en un centro para enfermos mentales. Frederick M. Lehman se conmovió tanto con esta poesía que, posteriormente, quiso ampliarla. En 1917, sentado sobre un cajón de limones mientras almorzaba en su lugar de trabajo, le agregó dos estrofas y el coro, y completó el himno ¡Oh, amor de Dios!. En el Salmo 36, el escritor describe el consuelo que brinda la certeza del amor y la misericordia de Dios: «Señor, hasta los cielos llega tu misericordia…» (v. 5). Independientemente de las circunstancias de la vida, ya sea durante un momento de cordura (con una mente que, de otro modo, estaría sumida en la confusión) o en ocasión de una prueba oscura, el amor y la misericordia de Dios son un faro de esperanza; nuestra fuente permanente e inextinguible de fortaleza y confianza. Con amor eterno eres amado.

sábado, 22 de febrero de 2014

VERDADERO COMPAÑERISMO

Hebreos 10:19-25 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras. —Hebreos 10:24 Usain Bolt y Yohan Blake, de Jamaica, hicieron historia cuando terminaron primero y segundo, respectivamente, en las carreras de 100 y 200 metros para hombres en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. A pesar de su rivalidad en la pista, Bolt elogió a Blake como compañero de entrenamiento: «A través de los años, Yohan me ha convertido en un mejor deportista. Sin duda, me ha incentivado y mantenido en actividad constantemente». Es evidente que ambos se estimularon mutuamente para destacarse en el atletismo. Como creyentes en Cristo, tenemos el privilegio y la responsabilidad de alentarnos unos a otros en la fe. El escritor de Hebreos declaró: «Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras» (Hebreos 10:24). La iglesia no es simplemente una institución o un club social, sino el lugar donde los que nos acercamos a Dios y fuimos lavados del pecado podemos ayudarnos unos a otros a crecer en nuestra semejanza a Cristo. El propósito de reunirnos como cuerpo es exhortarnos e incentivarnos mutuamente (vv. 19-25). Ningún creyente puede funcionar solo. Para vivir como nuestro Señor Jesús desea, es necesario que los creyentes estén en comunión. Cuando te reúnas con otros hijos de Dios, piensa cómo puedes acercarte y alentar con tus palabras y acciones, para que nos parezcamos más al Cristo que amamos y servimos. Una iglesia saludable es el mejor testimonio para un mundo herido.

viernes, 21 de febrero de 2014

CONTARLO DESDE LO ALTO

Marcos 3:1-15 Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. —Marcos 3:13 Me sorprendió ver un artículo en un periódico de gran tirada que elogiaba a un grupo de jóvenes que practican snowboard y que tienen reuniones cristianas semanales en la ladera de una montaña. La historia escrita por Kimberly Nicoletti en un periódico atrajo una gran audiencia con su relato sobre este grupo que ama practicar este deporte y contar cómo Jesús les cambió la vida. A estos jóvenes los respalda una organización juvenil cristiana que los entrena para demostrar el amor de Dios. Es más fácil hacer cosas uno mismo que entrenar a otros; no obstante, Jesús invirtió su vida en una docena de discípulos a través de los cuales se extendería la obra de Dios a todo el mundo. En medio de la necesidad imperiosa de personas que clamaban para ser sanadas, el Señor subió a un monte, y allí «estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar» (Marcos 3:14). Una de aquellas deportistas de snowboard declaró en cuanto a su entrenamiento para el discipulado: «Nunca tuve capacidad para desarrollar relaciones interpersonales con familiares ni amigos; los mantenía a cierta distancia. [El programa] me mostró el amor de Dios y abrió mi corazón para que me extendiera a otras personas» Cuando experimentamos el amor de Cristo y estamos en compañía de Él y de sus seguidores, encontramos valor para actuar y hablar de maneras que honren a nuestro Señor. Testificar no es una tarea, sino un estilo de vida.

jueves, 20 de febrero de 2014

TAPAR GRIETAS

Salmo 32:1-5 Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. —Salmo 32:1 A finales de mayo del 2010, la tormenta tropical Ágata golpeó América Central y produjo lluvias torrenciales y deslizamientos de tierra. Cuando terminó, en el centro de la ciudad de Guatemala se abrió una grieta de 60 metros de profundidad, que produjo un repentino movimiento del suelo y, como consecuencia, hizo que la tierra se tragara postes de electricidad y un edificio de tres pisos. Aunque las grietas pueden ser devastadoras, la más universal y dañina es la que se produce en el corazón humano. El rey David fue un ejemplo. Exteriormente, la vida de David parecía equilibrada; sin embargo, su ser interior se apoyaba en un cimiento endeble. Pensó que había podido esconder su pecado de adulterio y asesinato (2 Samuel 11–12), pero la convicción que Dios produjo en él tras la confrontación con Natán hizo que comprendiera que negar la presencia del pecado debilitaba el fundamento de su vida espiritual. Para prevenir que esa grieta espiritual empeorara, David se arrepintió y confesó su pecado al Señor (Salmo 32:5). Como resultado, Dios cubrió su pecado y le dio el gozo del perdón. Nosotros también experimentaremos la gracia del Señor si confesamos nuestros pecados. Él nos perdonará por completo y cubrirá nuestras grietas espirituales. —Para reflexionar ¿Tienes pecados habituales, adicciones secretas o vulnerabilidades escondidas que debilitan tu vida? Cuando destapamos nuestros pecados con arrepentimiento, Dios los cubre.

miércoles, 19 de febrero de 2014

LA HORA UNDÉCIMA

Mateo 24:3-14 … no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. —Isaías 2:4 Muchos han calificado la Primera Guerra Mundial como uno de los conflictos más letales de la historia humana. Millones perdieron la vida en ese primer enfrentamiento bélico global de la era moderna. El 11 de noviembre de 1918, se declaró un cese de hostilidades; a las once horas del día undécimo del undécimo mes. Durante ese histórico momento, millones de personas en el mundo entero guardaron unos instantes de silencio mientras reflexionaban sobre el costo terrible de la guerra: la pérdida de vidas y el sufrimiento. Se esperaba que «la Gran Guerra», como se la denominaba, pusiera fin a todas las demás. A pesar de los numerosos conflictos militares devastadores que le han seguido, no ha disminuido la esperanza de lograr una paz duradera. Y la Biblia brinda una promesa esperanzadora y realista de que, un día, las guerras finalmente se acabarán. Cuando Cristo vuelva, la profecía de Isaías se hará realidad: «… no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra» (Isaías 2:4). En ese momento, la hora undécima pasará y comenzará la primera hora de paz permanente en un cielo nuevo y tierra nueva. Hasta que llegue ese día, aquellos que siguen a Cristo deben ser representantes del Príncipe de Paz mediante su manera de vivir y en la diferencia que marcan en nuestro mundo. La paz verdadera solo se logra en Cristo.

martes, 18 de febrero de 2014

SE NECESITAN AYUDANTES

Romanos 16:1-16 El Espíritu Santo vendrá y los ayudará, […] les enseñará todas las cosas… —Juan 14:26 tla Para algunos, la palabra ayudante tiene connotaciones de ser algo de segunda clase. Los ayudantes de cátedra asisten a los profesores capacitados. Otros ayudan a electricistas, plomeros y abogados entrenados en sus trabajos. Como no están tan capacitados en esa profesión, podrían ser considerados de menor valía. Pero cada persona es necesaria para llevar a cabo la tarea. El apóstol Pablo tuvo muchos ayudantes en su ministerio. Los enumeró en su carta a los romanos (cap. 16), donde se refirió de manera especial a Febe, quien «[había] ayudado a muchos, y a [él] mismo» (v. 2). Priscila y Aquila arriesgaron su vida por Pablo (vv. 3-4); y en cuanto a María, el apóstol señaló: «ha trabajado mucho entre vosotros« (v. 6). Según 1 Corintios 12:28, ayudar es un don espiritual. Pablo lo incluyó entre los dones que el Espíritu Santo da a los creyentes en el cuerpo de Cristo, la iglesia. Este don es tan necesario como todos los demás que se enumeran. Incluso el Espíritu Santo brinda ayuda. Jesús declaró: «El Espíritu Santo vendrá y los ayudará, […] les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he enseñado» (Juan 14:26). Cualquiera que sea el don que el Espíritu Santo te haya dado, con su ayuda, lo utilizarás para honrarlo. —Querido Señor, gracias por los dones que me has dado para servirte en el cuerpo de Cristo. Ayúdame a utilizarlos fielmente para tu gloria. Eres una parte necesaria del todo.

sábado, 15 de febrero de 2014

MÁS MÁS, MÁS

Lucas 12:13-21 … Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. —Lucas 12:15 A algunas personas les encanta salir de compras. Tienen un deseo permanente de comprar, comprar, comprar. El frenesí de encontrar la mejor oferta es un fenómeno global. En todas partes del mundo, hay enormes centros comerciales. El incremento de las compras en tiendas y por Internet lo demuestra. Comprar puede ser divertido. Sin duda, no tiene nada de malo tratar de hacer un buen negocio y disfrutar de lo que Dios nos ha dado. Pero cuando obtener bienes materiales se convierte en una preocupación, perdemos el objetivo. Jesús desafió a sus oyentes con estas palabras: «Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee» (Lucas 12:15). Después, relató una parábola sobre un hombre «que hace para sí tesoro», pero al que no le interesa su relación con Dios (v. 21). ¿Cómo podemos estar satisfechos con lo que tenemos y no preocuparnos por acumular más? Aquí hay algunas sugerencias: Considerar los bienes materiales como regalos de Dios para que los usemos sabiamente (Mateo 25:14-30); trabajar con dedicación para ganar y ahorrar dinero (Proverbios 6:6-11); dar para la obra del Señor y a los necesitados (2 Corintios 9:7; Proverbios 19:17); y recordar siempre ser agradecidos y disfrutar de lo que Dios da (1 Timoteo 6:17). Ser rico en Dios es muchísimo mejor que enriquecerse con posesiones.

viernes, 14 de febrero de 2014

DEMASIADO BENDECIDO

Salmo 107:1-8 Alaben la misericordia del Señor, y sus maravillas para con los hijos de los hombres. —Salmo 107:8 En mi viaje diario a la oficina, tengo muchísimo tiempo para leer… me refiero a las calcomanías en los automóviles. Algunas son desagradables, otras ingeniosas, e incluso otras, directamente de mal gusto. Sin embargo, una que vi hace poco desafió sutilmente mi corazón sobre la manera en que suelo enfrentar la vida. Decía simplemente: «Demasiado bendecido como para quejarme». Debo confesar que me sacudió meditar en esas palabras. Con suma frecuencia, me encuentro lamentándome por situaciones que no salen como quiero, en vez de concentrarme en los regalos maravillosos que mi Padre celestial me ha dado. Aquel día, la lectura de ese sencillo mensaje me llevó a renovar mi compromiso de dar gracias en forma voluntaria y constante porque mi Dios ha sido bueno conmigo más allá de lo que puedo enumerar. El Salmo 107 es una canción que procura corregir una mentalidad desagradecida. El salmista (que muchos piensan que fue el rey David) hace un llamado a los corazones enfriados a causa de la ingratitud, para lo cual repite en cuatro ocasiones: «Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas para con los hijos de los hombres» (vv. 8, 15, 21, 31 lbla). Incluso en los peores momentos, tenemos mucho que agradecer. ¡Aprendamos a dar gracias a Dios por su bondad para con nosotros! No necesitamos más para ser agradecidos, sino simplemente agradecer más.

jueves, 13 de febrero de 2014

REGLAS DEL DESAPEGO

Génesis 50:15-21; Juan 8:31-36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. —Juan 8:36 En su libro Throw Out Fifty Things [Deshazte de cincuenta cosas], Gail Blanke bosqueja cuatro «reglas del desapego» para ayudar a la gente a liberarse del abarrotamiento en su vida. La primera declara: «Si [tal cosa] te aplasta, te atasca o simplemente te hace sentir mal, tírala, regálala, véndela, suéltala, y sigue adelante». Pienso que esta regla del desapego también tiene una aplicación espiritual: no tenemos que seguir abrumados por los pecados del pasado. Los hermanos de José lucharon contra esto. Años después de haber vendido a José como esclavo, recordaron su crueldad y tuvieron miedo de la venganza (Génesis 50:15). Entonces, enviaron un mensajero a hablar con su hermano para que le rogara que los perdonase (vv. 16-17). Lo hicieron a pesar de que José había actuado de manera bondadosa con ellos y les había transmitido tranquilidad (45:4-15). Muchos seguimos ligados a agravios cometidos en el pasado, a pesar de la misericordia y la bondad de aquellos a quienes tal vez perjudicamos. Sin embargo, la verdadera libertad llega cuando confesamos nuestro pecado a Dios. El Señor nos perdona (1 Juan 1:9) y nos aleja de él (Salmo 103:12). Tal como afirma un versículo: ¡arroja nuestros pecados a lo profundo del mar! (Miqueas 7:19). Por esta razón, podemos traer a la mente que el Hijo nos ha libertado y que, entonces, somos verdaderamente libres (Juan 8:36). La sangre de Cristo pagó el precio de nuestra liberación del pecado. AHORA..., ESTAS PROMESAS SON TAN HERMOSAS COMO REALES, PERO HAY QUE CREERLAS... Y QUÉ HAY QUE HACER PARA CREERLAS? LAS SAGRADAS ESCRITURAS DICEN: Romanos 10:17 "Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios". O sea el oír, y el oír; ¿qué quiere decir?: ¡El oír y entender! ¡El oír y el actuar! ¡El oír y obedecer! ¡El oír y el andar en el Espíritu de Cristo! ¡Sin fe es imposible agradar a Dios! Santiago 1:22 Pero no basta con oír el mensaje; hay que ponerlo en práctica, pues de lo contrario se estarían engañando ustedes mismos. 23 El que solamente oye el mensaje, y no lo practica, es como el hombre que se mira la cara en un espejo: 24 se ve a sí mismo, pero en cuanto da la vuelta se olvida de cómo es. 25 Pero el que no olvida lo que oye, sino que se fija atentamente en la ley perfecta de la libertad, y permanece firme cumpliendo lo que ella manda, será feliz en lo que hace.

martes, 11 de febrero de 2014

TEMORES ESCONDIDOS

1 Reyes 17:17-24 En el día que temo, yo en ti confío. —Salmo 56:3 Después de haber estado casados doce años, mi esposa y yo estábamos desanimados por el vaivén emocional producido por esperanzas que crecían y se frustraban al intentar tener hijos. Un amigo trató de «explicar» lo que Dios pensaba: «Tal vez el Señor piensa que serías un mal padre». Él sabía que mi madre había luchado con un temperamento terrible. Después, en Navidad de 1988, ¡nos enteramos de que esperábamos nuestro primer hijo! Y entonces, el miedo a fracasar me agobió. En agosto del año siguiente, Kathryn se unió a la familia. Mientras atendían a mi esposa, mi hija lloraba en la incubadora. Le di la mano para consolarla, y sus finos deditos rodearon uno de los míos. En ese instante, el Espíritu Santo me quitó todas las dudas que me habían invadido y me confirmó cuánto amaría a esa pequeña. La viuda de Sarepta también tenía dudas. Su hijo había contraído una enfermedad mortal. Desesperada, clamó: «¿Has venido a mí para traer a memoria mis iniquidades, y para hacer morir a mi hijo?» (1 Reyes 17:18). ¡Pero Dios tenía otros planes! Nosotros servimos a Dios, el cual es más poderoso que las luchas que heredamos y cuyo deseo de perdonar, de amar y de solucionar la pérdida de comunión con Él no tiene límites. El Señor está presente allí donde se esconden nuestros temores. —Padre, manifiéstate en nuestros momentos de debilidad y temores más intensos. Enséñanos a recibir tu amor y expresarlo a los demás. El amor nada contra la corriente de los temores infundados de la vida.

sábado, 8 de febrero de 2014

LA VOLUNTAD DE DIOS

Salmo 37:23-40 Por el Señor son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino. —Salmo 37:23 A menudo, queremos conocer la voluntad de Dios; en especial, cuando atravesamos alguna dificultad. Nos preguntamos: ¿Qué me sucederá? ¿Debo quedarme o Dios quiere que vaya a algún otro lado? La única manera de saberlo con seguridad es hacer lo que te pide que hagas en este momento (tus obligaciones actuales) y esperar que te revele cuál es el próximo paso. A medida que obedezcas lo que ya sabes, cobrarás fuerzas para seguir avanzando. Paso a paso, uno detrás del otro. Así aprendemos a caminar con Dios. Pero tú dices: «Supongamos que doy el primer paso. ¿Y después qué?». Eso es asunto de Dios. Tu tarea y la mía es obedecer hoy y dejar el futuro en sus manos. El salmista afirma que «por el Señor son ordenados» nuestros pasos (37:23). Lo único que necesitamos hoy es su guía para esta jornada. Las instrucciones para mañana no sirven absolutamente de nada. George MacDonald declaró: «No entendemos la página siguiente del manual de Dios; solo vemos la que tenemos adelante ahora. Tampoco se nos permitirá dar vuelta la hoja hasta que hayamos aprendido su lección». Si nos preocupamos por conocer la voluntad de Dios y obedecer diariamente sus instrucciones y advertencias, y si andamos por fe y recorremos el sendero de la obediencia, descubriremos que Él nos guiará durante todo el día. Como señaló Jesús: «Basta a cada día su propio mal» (Mateo 6:34). Bienaventurado el que descubre por dónde va Dios y lo sigue.

jueves, 6 de febrero de 2014

EL CAMINO CORRECTO

Tu vida puede ir por muchos caminos diferentes. • Algunos caminos obviamente son equivocados y llevan a lugares muy malos. •Algunos caminos parecen ser correctos pero todavía siguen siendo equivocados (Proverbios 14:12). • Algunos caminos son correctos por un tiempo, hasta que el sendero se bifurca y una mala elección te aleja de Dios. Si tu corazón desea estar en el camino correcto, tus orejas se pararán un poquito cuando escuches, «me guía por senderos de justicia» (Salmos 23:3). Dios mismo está muy interesado en que te encuentres en el camino que produce justicia. Salmos 37:23 nos dice que los pasos de un buen hombre son ordenados por el Señor. ¿No te alegra que la sumisión a Dios te mantendrá en la dirección correcta? «¡Yo quiero eso!» dirás. «¿Cómo me pongo en el camino correcto?» Ahora bien, hay mucha confusión acerca del asunto de conocer la voluntad de Dios, pero puedo darte algunas señales. Primero que nada, la Palabra de Dios ilumina tu camino; da dirección. Promete ser un faro para ti en lugares realmente oscuros. ¿La lees con regularidad? No te alejarás mucho de la voluntad de Dios si vas a la Palabra de Dios cada día (Salmos 119:105). Segundo, el consejo piadoso te ayudará a discernir el camino correcto. Pregúntale a personas sabias —personas espiritualmente maduras a las que respetes— qué dirección tomar. Pero, ¿qué pasa si me dicen que haga algo que no quiero hacer? Proverbios 12:15 dice, «El camino del necio es recto a sus propios ojos, mas el que escucha consejos es sabio.» Tercero, Filipenses 2:13 revela que Dios obra en nosotros por medio de Su Espíritu. Pero si no estamos leyendo la Palabra de Dios ni buscamos el consejo piadoso, no estamos dándole mucho con qué trabajar al Espíritu. Dios no nos va a decir algo que sea contrario a Su Palabra. Cuando los tres nos sincronizamos, podemos decir desde nuestro corazón, «me guía por senderos de justicia. —JM

martes, 4 de febrero de 2014

UN LUGAR DIFÍCIL

Hechos 8:4-8, 26-35 … No te desampararé, ni te dejaré. —Hebreos 13:5 Cuando un repentino cambio en la tecnología hizo que su trabajo cayera en desuso, un científico altamente capacitado se encontró trabajando en un restaurante de comidas rápidas. Una noche, después de nuestro estudio bíblico, habló de su situación y la describió como algo difícil y humillante. Declaró: «Algo bueno que puedo decir al respecto es que los jóvenes que están allí parecen muy interesados en mi fe». Un miembro del grupo respondió: «Admiro tu humildad. Sé que tu fe debe tener algo que ver con eso». Como en el caso de mi amigo, Felipe tal vez se preguntó por qué Dios lo había sacado de su misión en Samaria (Hechos 8:4-8), para hacerlo aparecer en medio del desierto (v. 26). Pero más tarde, descubrió que el etíope necesitaba ayuda para entender las Escrituras (vv. 27-35), y su situación cobró sentido. Cuando Jesús prometió que no nos dejaría solos (Mateo 28:20; Hebreos 13:5), se refería tanto a los momentos difíciles como a los buenos. Nuestra misión en las etapas complicadas de la vida es trabajar o servir recordando que estamos haciéndolo para Dios; y después, observar mientras Él obra para llevar a cabo sus propósitos. Busca al Señor en medio de tus dificultades y descubre lo que está haciendo allí en y a través de ti. La mejor respuesta a nuestros porqués es confiar en las buenas razones de Dios.

lunes, 3 de febrero de 2014

DECIDIDO A DECIDIR

Romanos 14:1-13 … decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. —Romanos 14:13 Desde 1975, no he adoptado ningún tipo de resolución de Año Nuevo. No lo he necesitado… ya que todavía estoy trabajando en algunas anteriores: escribir aunque sea una nota breve en mi diario todos los días, hacer un gran esfuerzo para leer la Biblia y orar cada día, organizar mi tiempo, tratar de mantener limpio mi cuarto (esto fue antes de tener toda una casa para limpiar). Este año, no obstante, voy a agregar una resolución que encontré en la carta de Pablo a los Romanos: «Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano» (14:13). Aunque esta resolución es vieja (tiene unos 2.000 años), es la que vale la pena renovar. Como sucedía hace siglos con los cristianos de Roma, hoy los creyentes elaboran reglas para los demás, e insisten en que todos se ajusten a ciertos comportamientos y creencias sobre las cuales la Biblia dice poco o nada. Estas «piedras de tropiezo» dificultan que los seguidores de Cristo continúen en el camino de la fe que Él vino a mostrarnos: que la salvación es por gracia y no por obras (Gálatas 2:16). Lo único que se requiere es que confiemos en la muerte y resurrección de Jesús para ser perdonados. En el año que está por delante, podemos celebrar esta buena noticia de Cristo resolviendo no levantar barreras que hagan tropezar a los demás. La fe es la mano que recibe el don de Dios; y después, los pies que caminan junto a Él.

domingo, 2 de febrero de 2014

SE NECESITA GUÍA

Santiago 4:11-17 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad… —Juan 16:13 La iglesia de San Nicolás, en Galway, Irlanda, tiene una larga historia y un presente dinámico. Es la iglesia más antigua de ese país y proporciona guía de una manera sumamente práctica. El edificio sobresale en altura del resto de la ciudad y los capitanes de los barcos utilizan su campanario como guía para navegar y entrar a salvo en la bahía. Durante siglos, esta iglesia les ha indicado a los marineros el camino seguro a casa. Todos podemos identificarnos con la necesidad de recibir guía. Es más, Jesús habló sobre esto en el aposento alto. Declaró que, después de su partida, el Espíritu Santo desempeñaría un papel crucial en la vida de los creyentes. Como parte de ese rol, el Señor prometió: «Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad…» (Juan 16:13). ¡Qué provisión maravillosa! En un mundo de confusión y temores, la guía suele ser necesaria. La cultura que nos rodea o las situaciones que nos quebrantan interiormente pueden desviarnos con facilidad (1 Juan 2:15-17). Sin embargo, el Espíritu de Dios está presente para ayudarnos, dirigirnos y guiarnos. ¡Qué agradecidos podemos estar de que el Espíritu de verdad haya venido a darnos la guía que a menudo necesitamos tan desesperadamente! Orienta el curso de tu vida siguiendo al Señor y llegarás a puerto a salvo. El Espíritu es una guía confiable en todos los mares de la vida

sábado, 1 de febrero de 2014

REMORDIMIENTO DECOMPRADOR

Génesis 3:1-8 … me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia… —Isaías 61:10 ¿Alguna vez experimentaste remordimiento de comprador? Yo sí. Justo antes de comprar algo, siento ese entusiasmo que genera adquirir algo nuevo. Sin embargo, después de comprarlo, a veces me aplasta una ola de remordimiento. ¿Lo necesitaba realmente? ¿Debería haber gastado ese dinero? En Génesis 3, encontramos el primer registro de remordimiento de comprador. Todo empezó con la serpiente astuta y su capacidad para saber vender. Persuadió a Eva para que dudara de la Palabra de Dios (v. 1). Después, sembró incertidumbre en ella al hacerla dudar del carácter de su Creador (vv. 4-5). Le prometió que sus ojos serían «abiertos» y que se volvería «como Dios» (v. 5). Así que, Eva comió. Adán también. Y el pecado entró en el mundo. Pero el primer hombre y la primera mujer obtuvieron más de lo que tenían previsto: sus ojos fueron indudablemente abiertos, pero no se volvieron como Dios. En realidad, lo primero que hicieron fue esconderse de Él (vv. 7-8). El pecado tiene consecuencias tremendas. Siempre nos priva de lo mejor que Dios tiene para nosotros. Pero Él, en su misericordia y gracia, vistió a Adán y a Eva con ropas hechas de pieles de animales (v. 21), simbolizando lo que Jesucristo haría por nosotros al morir en la cruz por nuestros pecados. Su sangre fue derramada para que pudiéramos vestirnos de su justicia… ¡sin ningún remordimiento! La cruz revela la justicia de Dios y ofrece esa justicia a la humanidad.